Who's NOT? ⸺hyunbin。2018

#65 Butterflies

kids. ────── Hyunjin siente raro cuando ve a su vecina; Changbin le ayuda con eso.

Hyunjin se sentó en el trampolín, apoyó una mano que subía desde su estómago hasta su pecho y la otra en su cabeza; del otro lado de la cerca acababa de ver a su vecina. Era la primera vez que la veía desde que había vuelto de un viaje a Europa.

Alzó la vista hacia su mamá que estaba sentada junto a la madre de su amigo Changbin, y la llamó soltando un chillido.

―¡Mami! Me duele mi panza ―murmuró Hyunjin sentado en el borde del trampolín, sacándose su corona de rey por un momento.

Changbin, vestido como rey, se acercó a él más rápido que su mamá, y llevó su manito a la panza de Hyunjin sintiendo cómo se movían sus tripas.

―Tienes un monstruo ahí ―jadeó Changbin, sorprendido.

―Comiste muchas golosinas y pastel, te dije que no te subieras al trampolín ―riñó su mamá ayudándole a bajarse―. Te haré un té, ve a sentarte y quédate quieto.

Changbin y Hyunjin se sentaron en la mesita del jardín junto a sus madres y tomaron el té, porque Changbin también quería uno. Mientras ellas hablaban de temas que a los niños no les interesaban, ellos comenzaron su propia conversación.

―Siempre te duele la panza ―se quejó Changbin, viendo que Hyunjin había dejado de sobar su pancita.

Hyunjin miró a su mamá antes de darle un último sorbo a su té y tomo la mano de Changbin, avisando que sólo subirían a su habitación. Ella dijo que no hicieran desorden y Hyunjin prometió ser un buen chico, aunque Changbin no lo hizo.

―Tengo un enorme problema. ―El niño de once años apenas cumplidos miró a su amigo con curiosidad―. Me duele aquí cada vez que veo a la vecina ―murmuró señalando con la cabeza la casa de al lado.

―¿La señora Choi? A mí me da miedo, tiene músculos. ―Changbin se sentó entre los peluches de Hyunjin y tomó el de retriever con sus pequeñas manos.

―No, no la señora. ―Hyunjin rio bajito―. Siento algo aquí... como si fueran cosquillas... cuando veo a Sana.

―¿Te da miedo Sana? ―preguntó Changbin, balanceando sus pies y acomodando su vestido de Rey, confuso―. O... son ¿mariposas...?

―¿Mariposas? ―Hyunjin dijo aterrado, llevando sus manos a su pancita―. ¿Cómo llegaron ellas ahí?

Changbin soltó una risita.

―Cuando te gusta alguien, sientes mariposas en la pancita, eso me dijo noona. No sé quién las pone ahí, debe un misterio todavía.

Hyunjin infló las mejillas y se sentó a un lado de Changbin. No le gustaba tener mariposas en el estómago, ¿y si se morían? ¿Le apestaría la boca por el hedor de sus cadáveres? Los ojos de Hyunjin comenzaron a llenarse de lágrimas ante la idea de tener mariposas muertas.

―Tomaste un té recién, ¿y si se ahogan? Seguro las quemaste, caldo de mariposas hervidas ―murmuró Changbin chasqueando la lengua.

Hyunjin abrió los ojos en grande y soltó un bufido empujando a Changbin por el hombro.

―¡No digas eso! ―Hyunjin tapó su boca sintiendo ganas de vomitar―. Si... si Sana deja de gustarme, ¿las mariposas se irán? ¿O debo matarlas para que Sana deje de gustarme?

Changbin, que ya se creía un experto en el tema gracias a la poca información que su hermana mayor le dio, asintió.

―¿Cómo lo logro? ―preguntó el Hyunjin, desesperado, tomando al menor por los hombros.

Los ojos de Changbin se achicaron tratando de buscar una solución para su amigo, que seguía sacudiéndolo ligeramente.

―No lo sé. ¿Cómo haces que algo deje de gustarte? ―Changbin frunció las cejas, y luego dejó salir un globo de saliva que estalló sobre sus labios―. ¿Y si sólo tienes ganas de ir al baño?

Hyunjin se encogió de hombros, confuso. Tomó la mano de Changbin y ambos fueron al baño, se bajó los pantalones y se sentó en la taza mientras que Changbin se sentaba en la sillita junto a la ducha. Se conocían desde bebés y todavía no sentían vergüenza al hacer aquello.

―No sale nada ―murmuró Hyunjin unos segundos después, un poco desesperado.

Hyunjin suspiró pesadamente y aprovechó para hacer pipí.

―Toma más agua, ¡ahoga a las malditas! ―exclamó Changbin parándose de golpe, con una expresión de molestia que rápidamente cambió a una de sorpresa―. No le digas a mi mami que dije eso.

Hyunjin asintió varias veces afirmando que guardaría el secreto de las malas palabras y ambos bajaron a la cocina tomados de las manos.

―¿Cuánto debería tomar?

―Llevemos dos botellas ―Changbin tomó un par de botellas de litro y unas galletitas―. No permitiré que Sana siembre mariposas en tu pancita.

Hyunjin se aferró al brazo de Changbin y ambos volvieron a subir a su habitación. Hyunjin se bebió las dos botellas de agua de manera intermitente mientras veían la primera película de spider man en el televisor y jugaban con los peluches.

―¿Ya se murieron?

Hyunjin se encogió de hombros, ¿cómo podría saberlo? Llevó la mano a su pancita, pero no sentía nada.

Changbin se acercó a él y dejó un pico en sus labios, sabían a chocolate producto de las galletas que estaban comiendo. Los labios del mayor eran suaves y esponjosos, Changbin siempre quería tocarlos, pero sus manitos estaban sucias todo el tiempo.

―¿Sentiste algo? ―preguntó Changbin, dejando otro besito más.

No era la primera vez que se daban besos, solían hacerlo con más frecuencia cuando eran más pequeños, pero hace varios años dejaron de hacerlo.

Changbin siempre decía que los besos curaban las heridas.

―¡Binnie! ―Hyunjin abrió los ojos con sorpresa, pero entonces frunció el ceño y luego asintió―. Hazlo de nuevo.

Hyunjin ya no sentía nada extraño en su pancita, quizás sólo eran gases.

10092021

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