#52 Cat, baby, ice cream

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Hyunjin deja la pala a un lado y toma el vaso de limonada que su esposo le extiende. La cara llena de preocupación de Changbin no deja en paz a Hyunjin por más que lo intente.

―¿Cómo le decimos que Donggie murió? ―Changbin toma el vaso nuevamente.

―Vamos a decirle que escapó ―responde Hyunjin, apartándose de la reciente tumba del gato―. Podemos decirle que se fue detrás de una gatita.

Changbin se muerde los labios.

―Hay que hablar con el vecino. Ese perro pudo atacar a Hongjoong o a alguno de nosotros ―murmura.

El gran perro del vecino saltó la cerca que divide ambos jardines y atacó de un mordisco certero en el cuello al gato de su hijo, matándolo al instante.

―Llorará como un desquiciado ―dice Hyunjin, riendo un poco―. Salió sensible, llorón, y enano como tú.

―Chistoso. ―Changbin patea las pantorrillas del más alto―. ¿Qué te parece si ambos vamos a hablar con el vecino y luego pasamos por Hongjoong?

―Está bien ―alarga Hyunjin, quitándose la camisa llena de sudor mientras se limpia las sucias manos con ella―. Voy a cambiarme.

Unos veinte minutos más tarde, después de haber hablando con el señor Kim sobre su perro, Hyunjin subió al auto en el asiento piloto y vio con confusión al mayor, quien estaba tomándose una fotografía donde se veía su estómago.

―¿Qué? ―pregunta Changbin―. Mis papás me la pidieron. Ellos viven muy lejos a comparación con tus padres.

Hyunjin alza las manos en señal de rendición sin decir nada. Tras ponerse el cinturón de seguridad, comienza el rumbo hacia la escuela de su hijo.

―Recuérdalo, Dong escapó ―repite Changbin antes de que ambos bajaran del automóvil.

―Sí, sí. ―Hyunjin se aleja más rápido en dirección a su hijo―. ¡Joongee!

―¡Papá, Appa! ―grita el niño, en los brazos de su papá.

―Appa, ¡mira! ―Hongjoong estira su camisa, mostrando la estrella de metal dorado que su maestra había abrochado en ella―. ¡Soy un alumno de honor, soy de honor!

―¡Muy bien, ese es mi niño! ―Changbin despeina su cabello―. ¿Vamos por un helado para celebrar?

―¡Sí!

Los tres se dirigen al automóvil rumbo a la heladería favorita de Hongjoong. El niño se pega a la ventana durante el camino, viendo con atención cada casa y calle.

―Appa... ―Hongjoong asoma la cabeza por el hueco de los asientos por un momento―. ¿Después de la heladería puedo ir a la casa de Pinky?

Hyunjin mira a su esposo por un segundo dándole así su respuesta, mordiéndose los labios.

―Claro, ¿él ya sabe que vas? ―pregunta Changbin, más aliviado.

―Sí, queríamos ver una película de perritos y gatitos... ―alarga, volviendo a acomodarse correctamente en el asiento―. ¡¿Podemos pasar por Donggie?!

Bueno, el alivio se fue al carajo.

Hyunjin frena enfrente de la heladería y gira medio cuerpo para ver a su hijo.

―Verás, Joongee... ―Hyunjin titubea.

―Donggie escapó ―suleta Changbin, negado a dejarle a su esposo toda la responsabilidad―. No lo hemos visto desde la mañana...

Hongjoong abulta los labios, que comienzan a temblar, y sus pequeños ojos se desvían a sus propios pies llenándose de lágrimas.

―¿Adónde fue...? ―murmura con voz aguda―. ¿Por qué se fue? ¿No me quería? ―solloza, más alto.

Changbin muerde sus labios y acaricia la cabeza de su bebé.

―Claro que te quería, bichito ―murmura―, pero a veces los gatitos se van con otros gatitos para formar una familia. Quizás ahora está paseando con su parejita por ahí... ―inventa, abultando los labios―. Imagina si llegase a volver, ¡volvería con gatitos bebés!

Hongjoong deja de llorar y mira a sus padres con ilusión.

―¿De verdad?

―Claro que sí, bichito ―incluye Hyunjin, quitándose el cinturón―. ¿Vamos por el helado?

―¡S... sí! ―Hongjoong se quita el cinturón y sigue a su padre.

El pequeño está sentado en las escaleras de la heladería mientras sus padres se acomodan en las mesitas de afuera, bajo una sombrilla.

―Fue duro ―dice Hyunjin en un murmullo―. Amaba a ese gato.

Changbin posa la vista en su esposo y sonríe al notar un poco de helado debajo de su nariz.

―¿Qué...? ―pregunta frunciendo el ceño.

―Te ves muy lindo con ese bigote de helado ―ríe, pasando el dedo por la zona para limpiarlo.

―Y tú te ves muy lindo con esa pancita de treinta semanas ―alarga Hyunjin, posando la mano sobre el estómago de su esposo.

―Ay, ajá ―ironiza, dando vuelta los ojos.

―¡Es en serio! ¿No me crees? ―Hyunjin finge ofenderse.

―Ya me hiciste dos bebés, si me viera feo sería por tu culpa. ¿Sabes las estrías que me salieron? ¡Dos! En mi pancita.

―Ya te dije que te compraría tus cremas más tarde ―consuela Hyunjin, dándole un lengüetazo al helado ajeno mientras hace una extraña expresión parecida a las de “La Máscara”―. Menta...

Las risitas de Changbin causan furor dentro del pecho de su esposo.

Las risitas de Changbin causan furor dentro del pecho de su esposo

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Sáb., 3 de agosto 2019

Bueno

¿Alguna vez enterraron a una mascota?

El año pasado un perro que mi ex me regaló murió y le dijimos a mi hermanita que escapó con una perra

Más tarde vimos a un perro parecido en la calle y la niña dijo "que hdp, míralo"

Jajaja k creici

Who's NOT? ⸺hyunbin。2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora