Capítulo 30: Debilidad.

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Las calles estaban literalmente vacías mientras Hyukjae las recorría en su auto a alta velocidad.

Su teléfono había sonado al menos tres veces en los cinco minutos que llevaba de viaje. El aparato se hallaba en el asiento del copiloto y Eunhyuk había sido capaz de leer que todas las llamadas habían sido de Donghae.

En realidad, el bailarín no estaba muy seguro de lo que iba a hacer. Solo fue un impulso. Una necesidad.

No podía quedarse en casa luego de escuchar las cosas que el menor había dicho, y como lloraba.

Trataba de pensar en métodos para abordar la situación, pero antes de darse cuenta ya estaba allí.

Dio un frenazo brusco y miró por la ventana del vehículo.

El edificio donde Donghae vivía.

Recordó la última vez que estuvo allí. Una memoria sin duda desafortunada... aun dolía, pero las cosas que Donghae le había dicho por teléfono hace un rato de alguna forma lograban que no doliera tanto.

"Todavía te quiero".

El corazón de Eunhyuk se aceleró. Respiró profundo, agarró su celular y salió del vehículo.

Sus pies parecían de plomo en tanto avanzaba hacia la entrada. El valor que había tenido durante la llamada de pronto no aparecía por ninguna parte en su interior.

Al entrar, la persona que cuidaba el lugar le preguntó quién era. Tuvo que explicarle que era Eunhyuk de Super Junior y que venía a visitar a su amigo que no se encontraba bien. Él no había estado ahí muchas veces —Donghae se mudó a aquel sitio tras acabar el servicio militar— así que era normal que no fuera reconocido.

El hombre se mostró dudoso. Eunhyuk lo entendía puesto que eran las cuatro de la mañana, pero sus pies se movían solos y rogaban por correr al departamento del castaño.

Finalmente se le fue permitido subir.

Hyukjae tomó el ascensor —que a esa hora le dio una impresión jodidamente tétrica— y llegó al piso del castaño.

Llegó corriendo a la puerta donde días atrás estuvo sentado llorando... y golpeó. Lo hizo una vez. Luego otra. Y otra... de forma muy pausada.

Se dijo a sí mismo que debía parecer un idiota, pero es que trataba de escuchar si Donghae venía a la puerta o no.

Transcurrió un minuto. Todo era silencio y las luces del pasillo estaban apagadas.

Se agachó un poco para mirar por debajo de la puerta del departamento. No se veía luz.

Eunhyuk se angustió y esta vez golpeó de modo más persistente, importándole una mierda si despertaba a los vecinos.

Estaba a punto de ponerse a gritar su nombre cuando oyó un ruido.

Detuvo los golpes y todo su ser se remeció.

No volvió a oír nada, pero de pronto estaba seguro de que Donghae estaba apoyado en la puerta. Podía imaginárselo... por eso pegó su cuerpo ahí y habló:

—Donghae... ábreme la puerta, ¿sí?

Nada. Ninguna respuesta.

—Sé que estás ahí... mira...

La puerta se abrió de golpe, haciéndolo trastabillar hacia adelante. En cuanto logró incorporarse, se encontró de frente con Donghae... y se paralizó.

Miró el rostro del castaño, rojo, de ojos vidriosos y labios partidos. El rostro de un borracho.

—... ¿Qué se supone que... que haces acá?— Preguntó el menor.

Bad Blood (Eunhae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora