UNO

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Los minutos pasaban lentos en el gran reloj que colgaba justo arriba del gran pizarrón blanco. En donde un hombre de mediana edad no paraba de escribir conceptos ajenos a los jóvenes que, sin ánimos, anotaban aquellas palabras confusas en sus libretas. La mañana había pasado tan lentamente que Jimin, un joven veinteañero apasionado al arte, comenzaba a dudar si en verdad aquel horrible reloj funcionaba. Pues él juraba que la manecilla no se estaba moviendo en lo absoluto. Sin embargo, al contrario de lo que el joven peli-naranja juraba, el reloj funcionaba perfectamente. El problema era que el día no era el mejor para ninguno de los que estaban presentes en aquel salón de clases. A decir verdad, las dos últimas semanas habían sido horrorosamente aburridas, esto debido a que la mayoría de sus compañeros se habían enfermado con lo que al parecer era el virus del Ébola.

Por lo poco que había visto en televisión, sabía que el brote se había dado sólo en Seúl, sin llegar a afectar a las demás ciudades del país, por lo que ahora nadie salía a la calle sin un cubrebocas y gel antibacterial para evitar el contagio.

Por suerte, Jimin y su hermano Taehyung no se habían contagiado aún con el peligroso virus, por lo que aún podían seguir con su rutina de todos los días. Sin embargo, había algo que le preocupaba al joven Park, su padre. El cual, debido a un viaje de trabajo, llevaba más de dos semanas en Japón sin posibilidad de entrar al país, debido a los protocolos de seguridad que había implementado el país vecino.

...

El maestro tenía una cara de total fastidio tras haber sido interrumpido varias veces, por las insistentes toses que se oían por toda la parte trasera del salón. Donde por protocolo de salud se habían sentado los chicos que, aún enfermos, se aferraron a ir a clases.

-Como decía, las vanguardias artísticas son obras que... - intentó continuar, para solo lograr ser interrumpido por décima vez. Sin embargo, esta vez el sonido de aquella tos fue diferente, por lo que el maestro cambió su expresión de molestia por una de horror en un instante. Era como si el chico que se apretaba el pecho con desesperación, estuviera ahogándose.

-Tae min, ¿estás bien? - Preguntó el maestro, mientras le daba suaves golpes en la espalda, como un intento de aliviar el sofocamiento del pobre chico. Pero lo único que recibió como respuesta, fue una tos aún más fuerte. Como si Tae min quisiera expulsar sus pulmones por la garganta. Sin embargo, la expresión de terror en el rostro del peli-castaño era la que más preocupaba al hombre robusto. Quien sin saber que hacer exactamente, se pasaba las manos sudorosas por sus pantalones de pana.

- Vamos, tranquilo. Trata de respirar un poco... - Volvió a decir el maestro al momento en que, más al fondo, una chica comenzó a toser aún más fuerte que Tae min. Por otra parte, Jimin no sabía cómo debía actuar, nunca en su vida se había tenido que enfrentar ante una situación como esa. Por lo que lo único que se le ocurrió en ese momento, fue correr por su botella de agua y entregársela a la pobre muchacha, que ahora abría y cerraba la boca luchando por respirar un poco.

-¡Escuchen! Tengo que ir a buscar al médico, así que por favor no se acerquen a sus compañeros. Volveré pronto. - Dijo el maestro, antes de salir corriendo en busca del médico escolar.

Por su parte, Jimin se sentía un poco impotente al no poder acercarse a ayudar a sus compañeros, los cuales con cada minuto que pasaba su situación empeoraba. Sin embargo, el chico de cabello anaranjado no podía negar que en el fondo temía acercarse a ellos y terminar contagiado. Él más que nadie, sabía qué pensar así era algo egoísta, pero aunque así fuera, tenía que mantenerse sano por su propio bien y el de su familia.

Después de unos minutos que parecieron horas, el maestro llegó corriendo junto con el médico, quien cargaba con su botiquín de primeros auxilios. Pero por como se veían sus compañeros, nada de lo que hubiera ahí dentro ayudaría a controlar ese horrible ataque de tos. El maestro se veía desesperado, no sería nada bueno que dos chicos murieran en hora de clase, mucho menos en "su clase". No sabía si acercarse o guardar una considerable distancia. Después de unos minutos de incertidumbre, el hombre se alejó unos cuantos pasos girando a ver a los demás chicos, sin saber si debería dejarlos ir o mantenerlos ahí.

RESURRECCIÓN |ZOMBIES| (Yoonmin) *EN EDICIÓN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora