El Verdadero Sentimiento.

10-"Pero los idiotas no merecen nada."

La joven Shurimiana estaba sentada en una roca observando los cultivos de la pequeña granja, no se sentía aburrida pues podía sentir las corrientes de magia que recorrían diferentes lugares y a veces cambiaban de lugar haciendo que ella tratara de saber si tenían un patrón.

— Querida...— Llamo la anciana hacia Taliyah.— ¿No crees que ya has pasado mucho tiempo con nosotros? ¿El clan de las sombras no debería estar buscándote?— Aquella mujer estaba más preocupada por su vida pacífica con su esposo ya que sabía que la joven podía defenderse muy bien.

— Posiblemente lo estén... Posiblemente no.— Respondió para levantarse de aquella roca.— No se preocupe, si me buscan iré con ellos, tampoco quiero darles problemas a ustedes... Pero me siento tan agradecida que no quiero dejar de ayudarlos.— Comento con un poco de melancolía... En mucho tiempo sentía lo que era tener algo parecido a una familia.

— Te entiendo... Pero has estado aquí por demasiados días que ya no se si solo quieran encontrarte o hacer daño.— La mujer estaba nerviosa, sentía miedo de que algo le pasará ahora a la joven delante de ella.

— Si intentan hacerles daño no los dejaré... Además, sé que podré escapar si hacen algo.— Sonrió así terminando aquella plática.

— Creo que tienes razón... ¿Quieres comer algo de fruta?— Taliyah solo asintió y siguió a la mujer.

Aunque no lo demostraba o decía... No es que extrañara aquel lugar, sabía lo de su misión pero por juzgar el carácter de aquel compañero sabía que debía dejarle un poco de espacio... Y más con las decisiones que ella había tenido.

Taliyah y la mujer comían unas galletas mientras bebían Té, ella disfrutaba aquel momento... Un momento de paz y sin correr peligro a cada segundo.

Por otra parte Kayn seguía buscando por todo el bosque, está vez ya iban dos días seguidos siguiendo avanzando por el bosque, más que le preguntaba a cualquiera nadie la había visto, algo que lo molesto.

— Deberías dejarla, podrías mentirle a Zed sobre que está muerta y seguiremos con nuestros asesinatos.— Comento el arma tratando de convencer a su portador.

— No creas que Zed se tragó mi mentira, sabe que este también es mi error y debo repararlo.— Respondió molesto, no le agradaba para nada buscar a aquella chica, no tenía ni una pista así que se detuvo a respirar.

— Como quieras niño...— El arma dejó escapar un suspiro por lo estúpido que era su portador.

Kayn se dió cuenta de algo golpeando su arma contra el suelo con furia.— Búscala.— Dijo en lo bajo.

— ¿Disculpa? ¡¿QUE DEMONIOS TE PASA?! NIÑO INSO-?!— Grito el arma pero fue interrumpida.

— ¡BÚSCALA PEDAZO DE INSTRUMENTO! ¡SI NO LA ENCONTRAMOS NO PODREMOS TENER UN PODER DE LA LUZ DE NUESTRO LADO!— Respondió Kayn sin paciencia y por aquel deseo de encontrarla el arma comenzó a moverse a una dirección.— Así esta mejor...— Aquel chico se había calmado un poco y siguió buscando, ahora ya no se sentía perdido después de tantos días.

Por otra parte Taliyah ya había terminado su parte, estaba sentada en una roca creada por ella en el acantilado, veía el atardecer, algo que le gustaba pues podría ver después las estrellas que le recordaban a su hogar.

Pero un sonido y un retumbar del suelo le hizo saber que ya la habían encontrado... Y no sería nada bueno, agradecía un poco estar alejada de los dos ancianos pues aún no sabía de qué era capaz Kayn enojado.