El Verdadero Sentimiento.

68-"Parece que estás escondiendo algo..."

Después de cenar los dos decidieron tan solo hablar de algunas cosas como siempre lo hacían pero Taliyah no podía dejar de lado un tema.

- Ver tus marcas, solo me hace sentir culpable...- Comento melancólica admirando aquellas marcas.

- No, no tienes porque sentirte así, sabía que ocurriría si perdía el control y ahora comprendo un poco más como dominar y detener a Rhaast... Creeme, habían más marcas antes de saber que seguías viva.- Respondió mirando su brazo.

- Ya veo... Entonces, prometo cuidarme mejor... No quiero ver qué a quien más amo le ocurra una desgracia y pierda sus sentidos...- Suspiró.

- Taliyah.- La nombrada parecía confundida.- Parece que estás escondiendo algo...-

- ¿De que hablas?-

- Bueno, es algo difícil detectar cuando me estás escondiendo algo pero por alguna razón estás más melancólica y paranoica, hasta el punto de que no dejas de golpear la mesa con tus dedos a pesar de la situación tan seria.- Dijo Kayn apuntando y comentando todos los puntos.

- Ah... Pensé que había dejado de hacer eso desde pequeña... Es tan gracioso.- Rió nerviosa.

- No te desvies, dime... ¿Que es lo que escondes?- Pregunto con seriedad.

- No escondo nada, es solo que había hecho una amistad aquí y quiere conocerte junto a toda su familia, de hecho, si no fuera por el hecho de conocerte perfectamente y de que es lo que quieres, hubiera aceptado sin más pero... Pensé más en tener hoy este día para nosotros.- Sonrió.

- Taliyah, sabes que no me gusta relacionarme con los demás, no si no obtengo nada.- Dijo enojado.

- El esposo de Lone es el cazador de la aldea, gracias a qué soy amiga de Lone el también cuida y me da algunas comidas... Así que... Deberías de estar agradecido, ¿No?- Pregunto confiada en que estaría bien.

- ¿Agradecido porque el haga mi trabajo? Por favor, lo que haré en esa cena será decirle que ya no se tiene que preocupar por ti, yo lo haré.- Respondió con orgullo.

- Tengo un mal presentimiento ahora...- Susurro la morena para si misma.

Decidieron descansar pues la noche había llegado a su punto para dormir, los dos tan solo pudieron disfrutar con un sueño profundo pues para ellos, ahora aquel lugar era su hogar.

- ¡Señorita! ¡Señorita!- En la puerta una mujer tocaba una y otra vez la puerta de aquella casa, la morena se terminaba de arreglar para abrir la puerta.

- Lo siento por la tardanza, ¿Que puedo hacer por usted el día de hoy?- Sonrió con amabilidad.

- Bueno, mis vestidos de han roto... Pero siento que también los he usado por demasiado tiempo... ¿Podría ser amable en poder hacer algo nuevo con lo que tengo? Ah, prometo pagarle algunos condimentos que tengo en casa.- La señora venía a hacer negocios.

- Claro, estaré encantada de recibir ese pago, ¿Esas ropas en sus brazos son sus vestidos? Prometo arreglar esta ropa para usted.- Sonrió.

La mujer se iba a despedir cuando de reojo pudo mirar a Kayn, había quedado embobada. Taliyah había notado eso pero seguía confundida, miraba a su esposo y luego a la señora, no quería interrumpir a la mujer pero quería hacer algo.

- Ah, ¿Le gustaría pasar?- Pregunto la morena con tranquilidad.

Kayn al escuchar aquello no le había gustado nada, se acercó a su esposa y tan solo se colocó a lado de su rostro detrás de ella.- Vamos Tali, no creo que la mujer esté interesada, tal vez tenga cosas que hacer.- Comento el tratando de defender aún su tranquilidad con su esposa.