59-"No, he elegido al hombre que me ama."

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Los dos salieron de aquel escondite bajo la tierra, Taliyah decidió tomar altura aunque sabía que era peligroso debía estar alejada del punto de ataque o al menos poder protegerse de otra manera. Kayn seguía Asesinando esquivando lo que podía, solo no sabía cuánto tardaría en resistir, cuando estaba a punto de caer fue protegido por las rocas.

La morena había bajado de dónde estaba, sabía que aquellas paredes no servirían por mucho tiempo.— Están usando a todas las personas de este pueblo, no tengo idea de cómo detener esto... ¿Este es el poder que Icathia dejo escapar?— Taliyah estaba muy preocupada pero siguió defendiendose con sus poderes.

— Es claro lo que es, se alimenta de la magia existente y es un ácido que absorbe a la vida misma... Esto es más peligroso de lo que imaginaba...— Pronunció Kayn volviendo a estar de pie pero no estaba del todo recuperado.

— No hay lugar en este mundo donde la magia no exista... No puedo dejar esto como si nada, debe haber una solución...— Taliyah solo trataba de recordar todo lo que había leído hasta que una idea llegó pero no estaba del todo correcta.— ¿Que ocurre cuando los cortas con Rhaast?— Eso sorprendió al Joniano.

— Solo explotan en esa cosa, a veces no los tocó pero se que el filo del aire los toca... ¿Acaso Rhaast es su debilidad?— Estaba confundido, después de todo no tenía sentido.

Taliyah abrió aquellas paredes y con sus rocas atravesó a un objetivo pero este seguía moviéndose hasta que le cortó la cabeza dejándolo caer.

— Así que la debilidad son sus cabezas... Y algunos sus corazones, parece que los seres explotan al reaccionar al poder de Rhaast, tendrás que usar el arma que haz comprado...— Suspiro.

— Está bien por mi, a veces es molesto solo escucharlo gritar.— Colocó aquella arma en su espalda y tomo con firmeza aquella espada.

Los dos seguirían combatiendo aún si fuera toda la noche, tenían que sobrevivir ante todo y descubrir que estaba pasando. Pasaron algunas horas y el sol estaba saliendo, la pareja se sentía cansada y aún no terminaban, realmente era toda la ciudad.

Taliyah se sentía preocupada, no resistirían y no había una debilidad clara para acabar con todos de una vez sin que los dos pudieran salir de ahí sin daño alguno.

— Kayn... Será mejor irnos...— Opino Taliyah sin entender porque tenía que ocurrir aquello en el hogar de Nasus.

— Tranquila, solo acabemos con esto.— El tomo a Rhaast de vuelta soltando aquella espada.

Tan rápido en lo que el tomo a Rhaast de tan solo unos cortes todas aquellas personas estaban por explotar, la tejedora reaccionó rápidamente cubriéndose de aquel virus en un caparazón, la pareja solo descansaba un poco, podrían respirar pero ya que Taliyah no estaba acostumbrada a tal magnitud de pelea no podría seguir.

— Solo... Quédate aquí, yo me encargaré, descansa, no quisiera que salieras herida.— Aquel Joniano estaba por salir cuando ella lo detuvo.

— Solo... Debemos irnos... Tal vez la persona y huyeron, noté que muchos hombres no eran de aquí de Zirima, solo... Ya terminamos... No pudimos defender más este lugar...— Comento ella con una mirada cansada y casi a punto de caer por el cansancio.

Kayn suspiro, no tenía otra alternativa que creerle a su mujer, la llevo en su espalda mientras tenía a Rhaast en una mano, sabía que sería difícil pero era la única forma de huir. Después de salir de aquel caparazón no había ningún enemigo pero no dejaría que ella tocará al suelo.

El Verdadero Sentimiento.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora