El Verdadero Sentimiento.

36-"Un juramentó justo, palabras correctas. "

— ¿Quien eres? ¿Otra mujer traída por Kayn?— Pregunto una Kunoichi sarcástica.

— Yo-.— Taliyah iba a darles la razón pero Kayn había llegado tomándola de la cadera.

— No, es mi mujer.— Todos se impresionaron por el comentario.

— ¿Ya lo hablaste con el Maestro Zed?— Pregunto Taliyah confundida.

— El no está, desgraciadamente salio un poco antes de que llegáramos.— Suspiro cansado.

— Tranquilo, al menos ya estamos aquí, solo el problema es donde guardar esa absurda magia...— La morena estaba muy pensativa al respecto como también miro que el grupo de chicas parecía enojadas y susurraban algunas cosas.— Cierto, ¿Van a contarme porque Kayn las trajo?— Aquella pregunta sorprendió hasta el nombrado.

— Taliyah yo-.— El no pudo responder ya que su pareja le había colocado su mano para que no respondiera.

— Después das tu excusa Shieda.— Sonrió.

— ¡El solo nos rescato, es todo!— Grito una de las chicas enojadas por el trato que la morena hacia a su pareja.

— Ya veo... Ni siquiera ustedes lo saben... Es normal, diganme, ¿Han leído historias o escuchado leyendas?— Pregunto la Shurimiana con mucha emoción lo cual las chicas odiaban de ella.

— ¿Que tiene que ver eso con el tema?— Pregunto una firme y tranquila.

— ¿Ustedes realmente están aquí para servir al clan?— La mirada seria y aquella sonrisa desaparecido de la morena comenzaba a confundir a todos, hasta su pareja.

— Es un honor servir al clan, palabra en su contra se merece la muerte.— Se inclino solo aquella chica la cual parecía nada que perder y las demás la siguieron.

— Un Juramento justo, palabras correctas.— Susurro y dio la media vuelta.

De pronto unas kunoichis salieron de su escondite alejando a Taliyah de Kayn el cual estaba muy molesto, estaban dispuestas a atacar a la Shurimiana la cual parecía muy calmada hasta que escucharon la tierra rugir y aquella joven tejedora había levantado piedras filosas lastmandolas, algunas de gravedad.

— Nunca, jamás, volví a dudar.— Comento con una sonrisa mirando a su pareja la cual estaba sorprendido ya que ella, odiaba lastimar a todos.

Taliyah continuó caminando llevando aquella magia, además de buscar un lugar adecuado quería golpear a un viejo conocido, uno que le pediría que dejara lo que esta haciendo.

Ella encontró un lugar y enterró aquello ahí, sabia que no perturbaría a nadie si no se acercaban por lo que creo una estatua de un monstruo el cual advertía peligro, ella se alejo de ahí y creo una tabla, se movía en la tierra, había pasado tanto tiempo desde que había usado su habilidad en solitario.

A su mente llegaban los recuerdos del caliente desierto, de la arena volando en el aire, el sonido pacifico, de su familia y su pueblo, tan solo continuaba sin darse cuenta de sus lágrimas, en su mente, estaba muy concentrada.

Llego al Clan, parecía mas silencioso de lo normal, se preguntaba si era porque trataban de colocar en orden todo lo que había hecho, dañar a sus compañeras, pensar en eso la hizo enojar un poco pues ella se estaba convirtiendo como su pareja cuando llego, pero era la única forma de que no dudaran de ella.