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Seungmin abrió los ojos lentamente al escuchar la odiosa alarma resonar por sus cuarto. Se escuchó un gracioso gruñido por parte de su compañero. Eran las cinco de la mañana y ya era hora de levantarse. Si bien era cierto que las clases no empezaban hasta las ocho, Seungmin, que era el presidente, debía de estar listo a las seis y media, para coordinar todas las clases y para hablar con los profesores. Era un sacrificio que debía de hacer si quería ser presidente escolar. A pesar de el sueño que tenía (ayer se había quedado hablando con Jisung  hasta la una, o más) se levanto con energía de la cama. Iba a empezar un año escolar nuevo y quería empezarlo lo mejor posible. Ese año no tendría ni una distracción, lo prometía.

— ¿ Ya es la hora? — un adormilado Jisung se incorporó de la cama al escuchar el ruido que hacía Seungmin. El menor negó con la cabeza a la pregunta.

— Todavía puedes dormir un poco más, yo tengo que vestirme y eso.— explicó en un susurro, mientras se dirigía al armario, sacando la ropa que el día anterior había ordenado responsablemente. Después, fue al baño y se duchó lentamente. Le gustaba quedarse en la ducha y pensar sobre sus cosas o lo que iba a hacer ese día.
Mientras que Seungmin hacía toda esa "tarea", Jisung volvía a intentar dormirse, tapando sus ojos con la almohada para evitar que la luz se filtrara entre sus párpados. Seungmin estuvo listo en menos de un cuarto de hora. Decidió vestirse en el baño, pues tenía allí la ropa y así no molestaba a su amigo.

Salió de su cuarto a las seis y diez. Tenía un buen recorrido hasta llegar al aula, y como siempre, prefería ir despacio que corriendo y con prisas. Una vez dentro, saludó a un par de sus compañeros con la cabeza. Se sentó en su mesa y estuvo repasando los documentos hasta que dieron y media. En ese pequeño rato, le dio tiempo suficiente para comprobar que por suerte no estaba en la misma clase de Hyunjin. Eso tan solo significaba una cosa: menos distracciones. Pero para su desgracia, Hyunjin no tenía pensado dejarle ir tan a la ligera.

(...)

Hyunjin abrió los ojos al sentir unas manos sacudirle. Dio un pequeño bufido y se giró, dando la espalda a su compañero, quien soltó un suspiro cansado. Llevaba media hora intentando levantar al pelinegro pero parecían siglos. El chico no quería levantarse por nada del mundo, aunque le dijera que había un incendio.

— Hyunjin por dios. Levántate ya.— suspiró con desespero el pecoso, sacudiendo una vez más al chico.— Vamos a llegar tarde.

Llegar tarde. Esas palabras resonaron en la mente de Hyunjin. Si llegaba tarde tal vez le llevaran a donde el presidente estudiantil, ósea, Seungmin. Y si estaba con Seungmin tal vez le podría convencer para que les ayudara a escapar del internado. A pesar de ello, decidió levantarse. Ya tendría tiempo de sobra para hablar con el perfecto. Se vistió y peinó lo antes posible y salió del cuarto, seguido de un Felix bastante nervioso por su primer día de clase.

Llegó al pasillo principal, donde estaban las listas de las clases, y comenzó a buscar su nombre y el de Seungmin. Localizó el del presidente, pero el suyo no estaba en la misma clase.

— "Así que clases diferentes eh..." — pensó al mismo tiempo que chasqueó su lengua con molestia. No le gustaba eso de no poder ver al querido pelirrojo durante sus clases. Era la mejor distracción que tenía.

Como siempre, las clases empezaron a las ocho. Hyunjin entró con aburrimiento a su clase, sentándose en el último sitio al lado de la ventana. Con su buenísima suerte, había terminado solo en esa clase. Conocía a gente de vista, sí, pero no consideraba a nadie su amigo.

Las clases comenzaron, y con ellas, el aburrimiento de Hyunjin. El único entretenimiento que tenía era mirar por la ventana y ver quien pasaba. Tal vez con algo de suerte encontraría a algún amigo suyo y pediría permiso para "ir al baño".
Dicho y hecho. Un cuarto de hora después vio pasar a una conocida cabella por la ventana. Casi como un reflejo, Hyunjin alzó la mano.

— Mister Hwang, ¿Quiere algo?— cuestionó el profesor en un monótono tono de voz.

— ¿Puedo ir al servicio, señor? — si bien no era la forma más elegante de decirlo, obtuvo un si por parte del profesor.

Casi con emoción, Hyunjin salió de clase en dirección al baño, que era donde había ido Seungmin. Entró con sigilo al baño, esbozando una pequeña sonrisa al ver a Seungmin enfrente del lavabo, intentando ponerse bien la corbata. Como otras veces, se le hacía difícil. Al menor nunca se le había dado bien ponerse corbatas o pajaritas y era algo que le hacía mucha gracia a Hwang. Con lentitud se acercó al pelirrojo, hasta quedar detrás suyo. Tan concentrado estaba en hacer el nudo de la corbata que ni siquiera se dio cuenta de su presencia.

Con una sonrisa ladina, Hyunjin recostó sus dos manos en la cadera de Seungmin, dando un leve apretón. Esto hizo que el menor diera un pequeño brinco, enfocando sus orbes en el espejo para ver quien era aquella persona. Las orejas de Seungmin enrojecieron ante el tacto de esa persona.

— ¿Qué haces aquí? — preguntó con seriedad, tratando que la voz no le fallara. Hyunjin no respondió a su pregunta, tan solo giró bruscamente la cadera del pelirrojo, haciendo que se diera la vuelta y quedaran cara a cara. Hyunjin esbozó una inocente sonrisa, pero Seungmin mantuvo -con dificultad- una expresión neutra.

— Siempre me ha hecho gracia como te atabas las corbatas.— murmuró con dulzura mientras subía lentamente sus manos, hasta rozar la suave tela de esta. Seungmin sintió como sus piernas flaqueaban ante aquel simple contacto. Era demasiado débil ante Hyunjin. Pero no quería serlo.— ¿Nervioso?

El menor negó con la cabeza ante aquella pregunta, pero su corazón gritaba que lo estaba con todas sus fuerzas. No podía creerse esa situación. Hyunjin estaba atándole la corbata con un gesto tan inocente que parecía hasta un buen chico.

— Me gustaría pedirte algo... — susurró contra su oreja en cuanto terminó, volviendo a dejar sus manos en la cadera del contrario. Seungmin soltó un bufido. Estaba claro que no todo iba a ser tan perfecto.

— Ni lo sueñes Hwang.— negó con firmeza, intentando soltarse de su agarre, aunque tampoco hizo mucho esfuerzo.

— Por favor...— murmuró en un pequeño quejido. Al terminar esa palabra, bajó sus carnosos labios hasta el cuello del otro, dejando un leve beso que derritió a Seungmin. Seungmin volvió a negar, pero un segundo beso le nubló la vista.— Por fa...

Unos pasos interrumpieron la pedida de Hyunjin. Gracias a sus buenos reflejos, Hyunjin empujó a Seungmin dentro de un cubiculo, cerrando la puerta con cerrojo justo cuando alguien entró. Hyunjin esbozó una sonrisa traviesa al observar el reducido espacio que había. Con lentitud, se acercó a Seungmin, quien no podía retroceder por culpa de la pared.
Pegó su cuerpo por completo al del menor, sacando un pequeño suspiro a Seungmin en el proceso.

Volvió a llevar sus labios a su oreja, pero esta vez, con una propuesta diferente.

— Si me haces el favor, no tocaré más.— murmuró con una sonrisa ladina. Seungmin no sabia a qué se refería hasta que sintió unas frías manos recorrer su abdomen, dirigiéndose hacia su torso.— Dudo que te guste que alguien te encuentre de este modo, ¿no?

Si bien era cierto que Hwang había puesto el pestillo, Seungmin no se habia dado cuenta, estaba realmente asustado. Si le encontraba así... Si le encontraban así estaba muerto. Así que con un nudo en la garganta, Kim murmuró un pequeño si.

— Muchas gracias bebé. Te enviaré todo por Whatsapp.— tras decir eso, Hyunjin retiró sus manos de su abdomen, haciendo que Seungmin suspirara de alivio.

Esperaron a que el desconocido saliera del baño y entonces Hyunjin salió del cubiculo, seguido de Seungmin. Pero, antes de salir del baño, el mayor agarró de nuevo la cintura del menor y le pegó a él. Buscó sus labios con algo de desesperación. En cuanto se encontraron, Seungmin rodeó el cuello del contrario con sus manos, por miedo a que sus piernas le fallaran. Fue un beso apasionado, sin nada de amor por parte de Hyunjin. Oh, pero el beso del menor estaba cargado de sentimientos. Sentimientos de odio, de rabia y de desesperación. Y al final del todo, se podía degustar un poco de amor. 

Otro capítulo más, yay. Espero que os esté gustando.
¿Os gusta la relación de Seungmin y Hyunjin?

Bad boys; stray kids.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora