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Ambos miraron al profesor que tenían frente a ellos. Jisung sintió como Félix se aferraba su brazo con fuerza. Han desvió su vista al menor, cada segundo que pasaba podía ver como el miedo inundaba por completo sus ojos. Con un nudo en la garganta, Jisung logró levantar a Lee del suelo, agarrándole de la cintura para evitar que sus piernas le fallaran. Sentía que si no lo hacia, podría ser peor para el pecoso.

— ¿Acaso tengo que repetirlo dos veces? — cuestionó mientras alzaba una ceja.— A mi despacho, ya.

Jisung vio por el rabillo del ojo como Félix abría su boca, dispuesto a protestar por aquella decisión. El mayor fue lo suficientemente astuto como para tirarle disimuladamente del cabello, intentado que no dijera nada. En la mente de Jisung todavía se repetían las normas que Seungmin le había dicho. "Nada de contradecirles, eso tan solo hará que vaya a peor". Al parecer, Félix entendió el mensaje, pues cerró la boca, pero no sin antes mirarle fulminantemente.

Lo hago por tu bien.— quiso decir. Pero aquellas palabras nunca fueron dichas.

Jackson salió del baño, no sin antes mirar con una pequeña sonrisa a los de primer año. Una sonrisa que parecía gritar: "vais a sufrir más que nunca."
Félix suspiró profundamente antes de comenzar a seguirle, zafándose del agarre del mayor. Resignado, Jisung también le siguió, no sin antes sacar el dedo medio a los abusones, quienes sonreían ampliamente.

El camino hasta el despacho del profesor Wang fue silencioso y tortuosamente lento. A medida que avanzaban, diferentes situaciones aparecían en la mente de Jisung. ¿Les reprendería? ¿O tal vez les pegaría? No tenía ni idea, pero lo que sabía es que estaba realmente acojonado. Su compañero, Félix, tampoco parecía estar mucho mejor. Han pudo ver como sus manos temblaban y sus piernas apenas tenían fuerza para sujetar todo su peso, así que prácticamente iba tambaleándose.

Con algo de vergüenza, Jisung avanzó lo suficiente como para rozar sus dedos con la mano contraria. En un primer momento, Félix se giró hacia el con el ceño fruncido, pero cuando Jisung volvió a insistir, y esa vez, juntando sus palmas, Lee terminó rindiéndose y entrelazó sus manos con una pequeña sonrisa sus dedos.

Aquel gesto relajó notablemente al mayor, quien se mantuvo justo detrás de Lee para que si Wang se girara, no pudiera ver sus manos juntas. Según iban avanzado, el miedo también incrementaba con ello. Jisung pudo notar como no era el único, pues el menor cada vez apretaba con más fuerza su mano, y para calmarle, Jisung inició un lento vaivén circular sobre la mano del menor, justo con su pulgar.

— Entrad.— aquella voz les  sorprendió, y con temor a ser cazados, ambos soltaron las manos rápidamente.—  Y la camiseta fuera.

Con confusión, ambos jóvenes se miraron entre ellos. Félix se encontraba con el ceño fruncido. La última vez que tuvo una "charla" con Jackson no le había mandado quitar la camiseta. Eso si, sabía que nada bueno podía pasar de ello. Con resignación, poco a poco e quitó por completo la camiseta. Sus heridas no habían desaparecido, pero la mayoría estaban cicatrizadas, menos una que cruzaba su espalda desde principio a fin. Aquella que Changbin se encargo de cuidarla. Y como no olvidarlo, de besarla. Y ese recuerdo escocía. Escocía, pues en esos momentos su salvador ya no era Changbin. Quien estaba a su lado y le había salvado no era la misma persona que le había prometido salvarle. Irónicamente, su salvador no era nadie más ni nadie menos que la persona que había roto su pequeño corazón.

Han Jisung.

Un nombre que desde un primer momento había marcado su vida, sea para bien como para mal. Un nombre que aunque el no quisiera, le iba a acompañar por toda una vida.

— Sigo sin comprender, Lee Félix.— aquella frase le sacó rápidamente de sus pensamientos. Centró su mirada en el profesor, sin expresar absolutamente nada.— ¿Qué es lo que lleva a alguien a cometer tal atrocidad? ¿Acaso es el morbo?

Lee tardó en darse cuenta, pero un brillo proveniente de la mano del profesor, le alertó. Aquello parecía un cuchillo, pero era mucho mas fino y -aparentemente- afilado. Jisung también se percató de ello, pues agarró a Félix del brazo y tiró suavemente de el, alejándole del profesor.

— Y tu... Han Jisung, ¿verdad? — cuestionó mientras jugueteaba con aquella arma, mirándole fijamente.

— Sí, señor.— murmuró con un pequeño temblor en la voz. Carraspeó levemente para volver a recuperar su voz.

— Sabes que las agresiones están penadas en el centro, ¿verdad? — con cada palabra, Jackson se acercaba aún más a Han, jugueteando con su especie de daga.

— Pero señor, los otros alumnos estaban pegando a mi compañero.— musitó al mismo tiempo que baja la cabeza, mirando al suelo. El aire acondicionado apuntaba directamente a su cuerpo, haciendo que los vellos de este se erizasen por completo.

— ¿Y acaso es culpa suya que Lee les haya provocado? Te diré la respuesta, no lo es.— tras esa frase, fijó sus orbes en el cuerpo de Félix, que estaba justo detrás de Han.— Es su culpa ser gay, y debe de pagar por ello.

— Eso no es algo que se pueda elegir.— musitó inaudiblemente, captando la atención del mayor.

— ¿Cómo has dicho? — Wang dejó de mirar al pecoso para mirarle a él. Aquella sonrisa burlona no se borraba de su rostro, y eso hacia que la furia de Jisung comenzara a nublar su juicio.

— He dicho que una persona no puede elegir de quien enamorarse.— cuando terminó la frase, dudo unos segundos antes de volver a hablar.— Hay que respetar lo que sienten los demás, señor.

Una carcajada estalló por parte del profesor, mientras un confuso Jisung le miraba. Mientras tanto, Félix tan solo estaba observando como hablaba Han. Le parecía que cada vez que abría la boca, ganaba un pequeño hueco en su corazón.

— Pero cuando lo que sienten los demás está en contra de mi religión.— colocó el cuchillo justo en el pecho de Han, con una leve sonrisa. La piel de este se erizó aún más al sentir el frío metal.— Solo me queda la opción de odiarlo.

Un pequeño quejido de dolor se escapó de los labios de Jisung en cuanto Wang terminó aquella frase. Menos de un segundo después, un fino hilo de sangre recorría el torso del alumno. Ese corte fue tan inesperado que Félix tardó unos diez segundos en darse cuenta de que Jisung estaba sangrando. Sin dudarlo, avanzó unos centímetros dispuesto a ayudarle, pero algo le detuvo.

El frío filo de la daga era presionado contra su yugular firmemente. Y tras ese arma, se encontraba Jackson Wang, sumergido por completo en locura.

Team Jilix or team Changlix? uwu.
Me siento mal por dejaros así, pero bueno, es lo que toca.

Bad boys; stray kids.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora