Bad boys; stray kids.

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Soft boys

Seungmin salió de aquella aula el último. La reunión había sido tan aburrida como de costumbre, ni siquiera sabía porque se había apuntado a esa mierda. O espera, si lo sabía. Lo había hecho para complacer a su padre. Durante esas dos horas, no habían hablado de nada importarte, cosa que casi hacía que se durmiera; de no ser porque de repente salió el tema de que unos alumnos se habían escapado para ir a una fiesta. Por suerte, las cámaras de seguridad "mágicamente" habían perdido el vídeo donde salía como escapaban.

El pelirrojo soltó un pequeño bostezo en el camino hacia su cuarto. Estaba que se moría de sueño. Es cierto que en la semana de exámenes dormía mucho menos, pero al haber sido al principio del curso y no haber madrugado en meses, parecía que no dormía desde hacía días. En es momento se encontraba recorriendo el pasillo principal para llegar a su cuarto, pues era la vía más rápida.

— Te lo digo enserio Minho.— al escuchar aquella voz, Seungmin se frenó en seco. Reconocía aquella voz en cualquier parte: Hyunjin.

No estaba de humor para soportar sus gilipolleces ni la de su amigo. Comenzó a caminar hacia el lado contrario, ganándose la curiosa mirada de las personas que antes le habían visto pasar. Cada vez con más desesperación y ansia, Seungmin comenzó a caminar con rapidez para intentar no ser visto por Hyunjin. Era tal la desesperación, que entró en la primera aula que pudo, cerrando con fuerza.

En cuanto se dio cuenta de que no le habían visto, dejó soltar un gran suspiro. Estaba estresado. Muy estresado. Desde que conocía a Hyunjin, siempre había tenido una relación odio con el, por el simple hecho de que siempre que estaba con el, se sentía culpable. Culpable de traicionar la confianza de sus padres y por no ser capaz de controlarse.
Por eso era muy normal en el la vida de Seungmin tener el estrés a flor de pie. Si tan solo... si tan solo pudiera desconectar de la vida sería todo mucho mejor.

De nuevo, los pensamientos se acumularon en la mente del menor. Sin que se diera cuenta, las lágrimas se a galopaba en el lagrimal.

— No jodas, que no quiero llorar.— pensó con fastidio. Le solía pasar. A veces lloraba por las noches, pero no por nada en particular.

— Te lo juro Minho, no me quiere ni oír.— de nuevo esa maldita voz. Pero esta vez, parecía estar más cerca de lo que quería.— Cada vez que estamos juntos se enfada o se va. Ni siquiera me deja hablar...

Eso ya era suficiente para Seungmin. Ignorando el pequeño hecho de que sus mejillas estaban humedecidas por las lágrimas, abrió con fuerza la puerta, quedando cara a cara con un sorprendido Minho y con un (menos sorprendido) Hyunjin.

— Mira, no me jodas. Tu eres el que solo quería verme para presumir luego con sus amigos.— reprochó Seungmin.

— ¡Oh no! Tú eras el que cuando estábamos juntos te ibas sin decirme nada.— antes de que el menor le dijera algo, Hyunjin hizo un pequeño gesto para continuar que, a regañadientes, Seungmin acató.— Y además, cuando yo te saludaba no me hacías ni puto caso.

Seungmin entreabrió la boca para rebatir aquello, pero se quedó en blanco. Era obvio porque no le saludaba en los pasillos: Hyunjin era el peor estudiante y él el mejor. Sería muy cantoso si de repente se saludaban como amigos.

— Creo... que tenéis mucho de lo que hablar.— comentó Minho ,mientras poco a poco iba caminando hacia atrás.— Mejor me voy. Por cierto, estaré con Jisung en el comedor, si no se pierde por el camino...

Seungmin miró a Hyunjin por el rabillo del ojo y suspiró. Comenzó a caminar en dirección a su cuarto, esperando que Hyunjin le siguiera. Pero como no escuchó ningún paso tras el, se giró.

— ¿Vienes o que? — preguntó con una ceja alzada. Hyunjin miró sorprendido al contrario. Con pequeños pasos y con las manos en los bolsillos, camino hasta quedar a su lado.— En algún momento teníamos que hablar...

Hyunjin no dijo nada, tan solo asintió. En parte estaba avergonzado por haber mostrado sus sentimientos tan abiertamente. Y por otra parte, Seungmin le intimidaba.
Con una pequeña sonrisa y sin decir nada, ambos llegaron al cuarto de Seungmin. Como Minho le había sugerido, Jisung no estaba.

— Entra.— dijo mientras le hacía un hueco. Una vez dentro, cerró la puerta.

Antes de comenzar a hablar, Hyunjin le tendió un pañuelo a Seungmin. El menor miró con confusión el pañuelo sostenido por el contrario.

— Sigues...— la voz de Hyunjin se rompió levemente y este carraspeó.— Sigues con algunas lágrimas.

Con delicadeza, y con algo de miedo,Hyunjin acercó el pañuelo a la mejilla de Seungmin, limpiando lentamente las lágrimas. Eso sí, no conectaron miradas en todo el proceso.

Este capítulo no está terminado, pero quería subirlo ya que hacía tiempo que no lo hacía. Mañana estará la segunda parte. Perdón por el retraso uwu,