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La semana había pasado muy rápido. Demasiado rápido para un nervioso Seungmin, que esperaba que le diera un infarto antes del día. Pero no, no ocurrió nada.
Era la hora de comer y como todos los días, Seungmin estaba sentado en la tercera mesa junto con Felix y Jisung. Estos dos últimos estaban charlando animadamente sobre la fiesta, la ropa que iban a llevar y que esperaban que ocurriese.

— ¡Yo quiero que haya alcohol! — exclamó lo suficientemente bajo para que solo le escucharan sus compañeros de mesa. Felix asintió contento ante esa petición, mientras que Seungmin sólo negaba con la cabeza. Estaba haciendo un verdadero esfuerzo mental para no ir a donde el coordinador y contarle todo lo de la fiesta.

— Yo quiero que un bonito chico pelirrojo me coma la boca.— al escuchar esa voz y esa frase, Seungmin se tensó casi por instinto. Sintió unas manos acariciar su pelo y a alguien sentarse a su lado.— Venía a recordaros que hemos quedado a las diez en vuestra habitación.

— No tenemos memoria de pez, nos acordamos.— aquella frase había sonado más suave de lo que pretendía. Hyunjin soltó una pequeña risa y soltó el pelo de Seungmin.

— Entonces, nos vemos más tarde. Adiós bebé.— Seungmin sintió como el color subía como la espuma a su rostro y pudo escuchar la risa de sus amigos. Hyunjin se levantó del sitio con una sonrisa ladina y se fue, seguido de sus dos amigos a los que Seungmin no había prestado atención, pero si lo había hecho Jisung.

— ¿Quién era el castaño? Solo por saber...— preguntó con poco disimulo Jisung en cuanto el trío desapareció de su campo de visión. Felix dejó escapar una pequeña sonrisa, algo falsa para Seungmin.

— Creo que era Minho.— respondió. Jisung asintió ante aquel dato, y volvió a comer de su plato.

— ¿Porque lo preguntas? — cuestionó Felix, fijando su vista en su amigo.—

— Solo por saber. ¿Acaso estas celoso? — picó sonriendo traviesamente, provocando que las mejillas de Felix se encendieran.

Seungmin suspiró. No podía haberle tocado de compañero a alguien que le guiara por el buen camino, no. Le había tenido que tocar a Jisung.

(...)

Eran ya las diez menos tres minutos. Jisung salió del baño ya vestido. Llevaba una camisa negra junto con unos pantalones negros. Tenía el pelo estilo peinado pero despeinado (un estilo que Seungmin realmente no entendía)  y por lo que pudo apreciar, se había maquillado ligeramente el ojo para que fuera más "afilado".

— "Es muy guapo".— admitió Seungmin en sus pensamientos, analizando el cuerpo y vestimenta del contrario. Soltó un suspiro y luego bajó la vista a su ropa. ¿Tal vez iba demasiado formal?

No le dio tiempo a preguntárselo, pues alguien llamó a la puerta. Jisung fue casi corriendo a abrirla. Se encontró con un Hyunjin a punto de volver a llamar y con un Felix cruzado de brazos. El último esbozó una ligera sonrisa al ver a su amigo salir.

— Voy a entrar.— sin siquiera dejarle tiempo a Jisung para procesar todo, Hyunjin entró en el cuarto. Observó a Seungmin, quien estaba con el móvil en la cama y se colocó enfrente suyo.— No vas a ir así.

Seungmin alzó la cabeza con confusión y miró al contrario. Segundos después, volvió a bajar la cabeza, ignorándole. Había decidido no prestarle atención en toda la noche, y eso iba a hacer. Hyunjin suspiró y en un rápido movimiento arrancó el móvil de las manos de Seungmin y lo bloqueó, recibiendo un quejido por parte del menor.

Bad boys; stray kids.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora