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Era de mañana y una linda rubia despertaba muy agitada llorando y sudada, otra vez a su mente venían gritos y rostros de personas que no conocía, a la vez una pequeña mano tomando la suya sin querer soltarla y una voz que la llamaba, pero esa figura no podía distinguirla, era como si solo fuese una imagen vacía.

Calzó sus pantuflas y fue a echarse agua en el rostro, no sabía quien la llamaba cada noche y no tenía idea de a quienes pertenecían esos rostros.

Fue a la cocina y después tomó unos analgésicos para tratar de volver a dormir, observó el almanaque y se percató que ese día era el aniversario del día en que todo había cambiado.

Con pasos torpes se metió en su cama y comenzó a llorar sin consuelo mientras su gatita se acurrucaba con ella...

Todo iba estupendo en su vida, tenía una amada familia, iba a la escuela y ya estaba en la universidad, todo le sonreía a Serena Tsukino, hasta que..., la muerte la marcó de por vida.

Era un día de lluvia en que ella estaba en la universidad y sus padres habían salido fuera junto a su hermano menor, ella no era buena en la escuela pero resultaba extrañamente buena en lo que aspiraba a hacer, lo cual era una carrera en comunicación y como no podía perder clases, se quedo en Tokio.

Todo iba de maravilla, se encontraba con Amy y Molly en casa cuando recibió la llamada que destrozó su corazón, su familia había muerto en un accidente de coche al caer en un barranco, ella no podía creerlo, todo su mundo se derrumbó y ella se sintió morir.

Después de su muerte todo fue en picada, le quitaron su casa porque estaba hipotecada, abandono la escuela por falta de recursos y buscó algunos trabajos no tan buenos, sus amigas le ofrecieron ayuda y aunque no quiso aceptar, término haciéndolo, pero, lo peor de todo fue enterarse que toda su vida era un engaño pues encontró "su acta de nacimiento" y fue ahí que supo que mamá Ikuko no era su verdadera madre si no una mujer llamada Angelina Argentum (plata en latín) de nacionalidad alemana y su padre no era Kenji Tsukino sino Tsubasa Crista, a la vez que se enteraba que era adoptada; según el diario de su madre ella no podía tener hijos y la adoptaron a la edad de tres años pero muchos años después ocurrió un milagro y Sammy nació (su hermano), en él describía cuanto amaba a ambos por igual, hubiese o no parido a la muchacha ella era su hija, no los culpaba por no decirle la verdad, ni por enterarse de esa manera, pero, aquello había sido un shock muy grande del que no sabía si se recompodría, pero como toda una guerrera lo hizo.

No mucho tiempo después conoció a Haruka, una amiga muy buena, algo temperamental pero que se hizo demasiado cercana a su persona y con ella Michiru, Setsuna y Hotaru, las cuales parecían ser parte de su familia, con todo eso pudo avanzar hasta ahora, había conseguido unos trabajos mejores, uno en una radio y otro conseguido por su novio en ese entonces "Darién Chiba" con quien ella pensó que se casaría, pero, no todo ocurre como uno quiere...

Eran las nueve de la mañana cuando volvió a levantarse, puso cereal en un plato y vertió leche a la vez que encendió el televisor, ese día lo tenía libre y aún si no fuese así, no tenía ganas de salir ni hacer nada, muy apenas  había salido de su cama.

Alcanzó de una repisa una caja musical y escuchó la triste melodía, aquella se suponía era la muestra del amor que Darién le profesaba, pero, como siempre, era una mentira, así como su nombre; quería romperla pero no se atrevía, amaba a Seiya demasiado, era lo mejor que le había ocurrido pero no dejaba de dolerle lo de aquel hombre así que lo conservó como un recordatorio de que no puede dar nada por sentado.

Comenzó a comer mientras un programa se acababa y daba paso a uno de espectáculos en donde la imagen de su ex-novio aparecía, era Darién con su actual novia o más bien su prometida, la supermodelo Rini Tsukino alías Black Lady, eso era lo que más le dolía a la muchacha de ahora veintiséis años ya que él pudo haber estado con cualquier persona y terminó en los brazos de su prima a quien ella estimaba pero tal parecía que aquella no.

Con toda la tristeza que ese día le causaba apagó el televisor y dejó su cereal a medio comer, algo muy raro en ella, pero, todo el apetito se le había quitado.

No quería llorar pero era tanta su angustia que lo hizo, quería llamar a Seiya pero sabía que ese día tenía un trabajo muy importante así que desistió de hacerlo, las muchachas tampoco podían acompañarla pues tenían asuntos pendientes, Lita tenía que preparar un pastel para una boda, Amy tendría por fin su oportunidad de estar en una cirugía real y participar en ella, Rei no se encontraba en la ciudad y Mina, ella estaba igual o más mal que ella, pues ese era el aniversario luctuoso de la muerte sus padres y el día en que el amor de su vida y una de sus mejores amigas se casaban y en ese instante tal vez estaría llorando o preparándose para la boda, tal vez, ambas.

Resignada a pasar su día en soledad alguien llamó a su puerta y al abrir, ahí estaba Haruka con unas cuantas películas y una expresión suave mientras ella se arrojaba en sus brazos llorando y la otra rubia la recibía abrazándola fuertemente mientras el tiempo parecía detenerse...

Bombón, ella y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora