Seiya Kou tiene a la novia más linda que pudiera desear, sin embargo, tiene un gran problema y ese es Haruka Tenho, una chica temperamental que odia a los chicos guapos y que sobreprotege a su querida novia, además de que en un principio él no sabe...
Al despertar, un fuerte dolor lo embargo, trató de observar a su alrededor pero llevaba una venda en los ojos y se dió cuenta que estaba amarrado, lo habían descubierto y maldecía en sus adentros por ello, tomó aire y trató de morder su mordaza justo cuando alguien le quitó la venda de los ojos y frente a él estaba una mujer con cabello verde abundante que lo veía con malicia:-vaya traidor que eres Rubeus, me decepcionas mucho, pero..., te agradezco, gracias a que te deshiciste de tu vínculo con Black Moon yo pude progresar y subir escalones, lamentablemente pronto morirás, nadie traiciona a los Black y se sale con la suya, eso debiste saberlo hace mucho, mmm..., te diré algo de cortesía para que te prepares, yo seré tu ejecutora, te quemarás vivo-, esto lo dijo con una gran sonrisa mientras caminaba por el sitio como si para ella aquellas palabras fuesen cosa normal, tapando su boca con un abanico y después desapareciendo de aquel lúgubre sitio soltando una sonora carcajada.
El pelirrojo maldijo aún más y se puso a observar con detenimiento el lugar, cuando, se percató de que no estaba solo, a unos metros de él se encontraban una muchacha castaña también amarrada con un poco de sangre en su ropa y, más allá un joven a quién reconoció como el menor de los Kou de la misma forma que él, golpeado y amordazado a la vez que sangraba de la cabeza, observó toda la escena y solo estaban ellos, trató de moverse pero su cuerpo dolía mucho, aún así lo intentó, tenía que escapar como fuese, sabía que los Black no eran gente tranquila y que se había metido a la boca del lobo al investigarlos, pero, tenía una deuda de sangre que debía de cumplir con Haruka, algo que nadie más sabía y que no podía traicionar...
Mientras tanto..., Serena yacía profundamente dormida en una gran cama con sábanas blancas mientras un hombre de cabello plateado la miraba con sumo detenimiento y devoción, su mano viajaba por el rostro de la chica una y otra vez a la par que contemplaba la hermosa figura de ella en aquel hermoso vestido blanco y dorado escogido especialmente por él, muy concentrado estaba que no escuchó la puerta abrirse.
-Señor, perdone por interrumpirlo pero, me han informado que la policía esta en casa de esta muchacha-, aquello último lo escupió como si fuese veneno ya que ella amaba a Diamante desde que lo conoció y se le hacía injusto el trato especial que le daba a aquella muchacha, estaba tan celosa y maldecía que la hubiese ido a buscar después de ser la responsable de que hubiese estado en la cárcel y la infelicidad de su amado, tal y como ella pensaba.
-No te preocupes, no nos hallaran, todo lo hemos cubierto, además..., tengo gente infiltrada que desviará la investigación hacía otro rumbo, mientras tanto..., nosotros nos iremos de aquí y todo será perfecto-, Diamante respondió y después agregó:-Esmeralda, ¿haz sabido algo de mi hermano?-.
La mujer negó:-no, le perdimos el rastro en Hong Kong y desde ahí no lo hemos podido localizar, lamento decirle esto, pero, él es un traidor, debemos proceder como lo haremos con Rubeus y...-.
-¡Cállate insolente!, él solo perdió el camino, es mi hermano y tiene tanto derecho como yo de tener el poder que dejó mi padre al morir, mejor no digas tonterías y déjame solo con mi novia, ella y yo necesitamos mucho tiempo a solas-, dicho esto siguió tocando el rostro de la mujer.
-Pero...-, Esmeralda trató de debatir pero fue callada por Diamante de inmediato:-vete y vigila a los prisioneros, también ordena que redoblen la seguridad y que nadie moleste, dentro de algunas horas procederemos a quemar al traidor y deshacernos del niño bonito, en cuanto a la chica..., aún no sé que hacer con ella, es linda, tal vez sirva para el negocio-, sonrió con malicia y Esmeralda no tuvo de otra más que asentir y salir, pero al hacerlo cayó al suelo y lloró en silencio, pues ella siempre le había demostrado su devoción y amor a aquel "príncipe" de la mafía pero él nunca la volteaba a ver...
Diamante quiso más y lentamente se acercó besando la comisura de los labios de la chica a la par que movía sus manos por el cuerpo de la joven y después la besaba cada vez más abajo llegando al nacimiento de sus senos, levantándole el vestido y tocando sus muslos extasiándolo, poniéndose a horcadas sobre ella sin dañarla, besándola como le fue posible, pues ella no reaccionaba, seguía "dormida", él pronto ya no se conformaba con aquello, pero, paró de golpe a la vez que decía al aire:-pronto serás mi mujer y serás mía, solo debo esperar hasta que nos casemos mi bella princesa y así seremos felices, me muero por tocarte y hacerte mía, la última vez no pude hacerlo pero está vez lo haré, siente mi corazón mi princesa, te amo...-, poso la delicada mano de ella en su pecho y después la besó a la par que se retiraba de ella delicadamente y se metía al baño para deshacerse de su problema creciente, mientras aquella muchacha ignoraba lo que querían hacer con su cuerpo y todo lo que ocurría a su alrededor.
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Al llegar, Michiru fue rápido con Takano Torajima (Ojo de Águila) contándole lo que pasaba e informando el porqué sospechaba de que algo le ocurriese a su amiga, evitando algunos detalles a la policía, aunque, la aquamarina no confiaba en todos, más aún con lo que sabía, decidiendo hablar con Takano en privado, ya que él era su amigo y vecino de antes de huir con Haruka y hace algunos años lo había vuelto a ver recobrando su amistad, confiaba tanto en él, que incluso podría confiarle su vida con los ojos cerrados.
La policía estaba iniciando la investigación así que no le prestaron mucha atención a la chica quien comenzaba a hablar con aquel pelirrosa con total sinceridad dejándolo mudo y temiendo por la vida de la muchacha que vivía en aquella residencia y la de los posibles involucrados en el caso, pues si lo que Michiru decía era cierto, era más de una persona la que estaba en peligro, además, conociendo los antecedentes de los Black no se avecinaba nada bueno, pues bien se sabía que Diamante había estado dirigiendo todos los negocios de la familia desde la cárcel y ahora afuera, su poder no tenía límites.
Takano hizo unas cuantas llamadas sin que sus compañeros se enterasen y cuando colgó la última llamada, Seiya llegaba, observando aquel lugar lleno de policías temiendo lo peor yendo directamente a Michiru quién al verlo no supo que decir, a la par que Takano se pasaba las manos por el cabello y maldecía, pues él tampoco confiaba en todos sus compañeros y ya que había encontrado "aquel suceso", él estaba fuera del caso, pero, si se involucraba a un cantante todo aquello sería un circo si se filtraba información a los medios, tomó aire y decidió llevarse del sitio a la aquamarina, necesitaba pensar fríamente y debía llevarla a declarar así que tomó su mano y se la llevó frente a la mirada atenta de Seiya quien los siguió de cerca pues Takano la metió a su auto y se marcharon de aquel sitio.
