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Al llegar a casa, Seiya dejó aquel paquete sobre una repisa olvidándose de éste, realmente no tenía la paciencia para ver su contenido, lo dejó y se fue a duchar mientras Taiki dormía en su habitación estando ajeno a los sentimientos de sus hermanos.

Yaten después llamar no sabía si irse de ahí o que hacer, pues aunque no le agradaba "aquel" sujeto, él si lo conocía, pero, cuando se había decidido por fin a ir con él, la ambulancia ya se había marchado, dejándolo sin aliento, haciendo lo que le pareció más correcto "ir a decirle a Serena", emprendiendo su caminata hacia el hogar de la muchacha de nueva cuenta.

Por su parte, llamaron al número más reciente al que había marcado Haruka, siendo Neflyte quien contestará y estuviese al tanto de todo y, ya que tenía el expediente de Haruka se encargo de llamar a Michiru...

Era de día y los primeros rayos del sol surcaban por aquella blanca habitación, la rubia abrió sus ojos pero se sentía muy desorientada, a la vez que trataba de averigüar donde se encontraba, cuando, de pronto observó que Michiru estaba ahí, tomando su mano dormida.

Trató de no despertarla pero no pudo evitarlo, ella abrió los ojos y de ellos gotas saladas emergieron, llevándola a besar la mano de su amada.

-Lo siento tanto, siento haberte preocupado mi bella sirena, yo...-, Haruka habló.

Michiru la miró a los ojos y después la abrazo:-no vuelvas a hacerlo, no lo hagas, Neflyte me contó todo y el doctor avaló el diagnóstico, sufriste un ataque de pánico en carretera-.

-¿Me meterán a la cárcel?-, preguntó la rubia.

-No, fue un accidente, sin embargo, remolcaron tu auto y te quitarán la licencia de manejo por tu imprudencia, descuida..., de todos modos no podrás conducir en un buen rato, el collarín en tu cuello da fe de eso, por lo pronto, Setsuna ya se esta moviendo para evitarte un escándalo y reagendar tus compromisos-.

-¿Cuánto tiempo?-.

Michiru no contestó a la pregunta y Haruka tomó la palabra:-no tengas miedo, solo fue un error mío, no volverá a pasar, conducir es mi vida, solo así soy libre como el viento-.

-Lo sé, pero..., pudo haberte pasado algo peor, ¿Estás tomando bien tus medicamentos?-.

Haruka se tensó y suspiró:-sí, aunque, no sé que lleguen a pensar mis superiores de eso, no sé si es correcto medicarme  con eso en mi carrera profesional, aunque Neflyte diga que todo es seguro y que está bien-.

Michiru le tomó fuerte la mano y le dijo:-Por favor, independientemente de que no sea bueno para tu carrera, promete que seguirás el tratamiento, por favor promételo-.

-Está bien, dime ¿Cuándo me darán de alta?-.

-Están aún haciendo pruebas, apenas chocaste hace unas horas, no te desesperes-.

-Odio los hospitales, lo sabes-.

-Lo sé, sabes..., Serena está aquí, Neflyte fue muy amable al llamarme, pero me pidió que lo disculparás, dijo que tiene ya unas citas pendientes para primera hora del día, Hotaru está en la escuela y Setsuna ha estado haciendo lo que te dije; creo que hoy es la oportunidad de decirle todo a Serena, luce realmente preocupada-.

-Tengo miedo-.

-La gran Haruka Tenho no siente miedo, yo, yo se que lo entenderá-.

-Ahora mismo no soy Tenho si no Crista, ella puede odiarme y la necesito cerca más que nunca-.

-Anda, te hará bien y quién sabe, tal vez luego podrás hablar con tu hermano-.

-¿Y si me odia?-.

-No lo hará, le diré que pase-.

-Michiru ¡no!-, lo dijo pero ya era tarde, aquella mujer estaba saliendo y llamando a la rubia de cabello largo para que entrase, a la par que veía a Yaten que no se separaba de ésta desde que llegaron.

Serena pasó y cerró la puerta tras de sí:-Hola Haruka, Michiru me dijo que querías verme, te traje un conejo, es pequeño pero espero que te guste-.

-Todo lo que venga de ti me gusta-, le respondió Haruka con amor.

Serena al verla con collarín y conectada a un montón de agujas sintió temor expresándolo en sus ojos, a la vez que la mayor se dió cuenta y con una sonrisa maternal le dijo:-todo está bien, no me duele  nada Serena, enserio-.

-¡Que bien!, me espante cuando me avisaron-.

-¿Quién te aviso?, ¿fue Michiru?-.

Ella negó:-Yaten fue a mi casa y me informó, al parecer, el llamó a la ambulancia-.

-Ohhh-, la mujer no supo que decir, solo sonrió y agregó:-tienes mucha gente que te quiere-.

-Supongo, pero, igual tú-, Serena respondió.

Haruka apretó un poco su mano y después dijo:-sabes...,  yo soy adoptada, tengo unos hermanos que no saben que estoy viva e incluso uno de ellos no se si sabe de mi existencia, la apartaron de mí muy pequeña, sé donde están ambos, pero, temo que me odien si se los digo, uno tiene una buena vida y el otro la tenía hasta que perdió a sus padres adoptivos y, no se qué hacer, tengo miedo y no se como decirles que soy su hermana y que me tienen ahí con ellos para lo que sea-, su voz empezaba a quebrarse pero hizo todo lo posible porqué no sucediese y finalmente añadió:-¿Qué harías tú Serena?-.

-Ammm..., no lo sé realmente, creo que debes decírselos, ellos tienen derecho a saberlo, independientemente de como reaccionen, tal vez, al principio las cosas estarán tensas, pero..., eres una gran persona y ya verás que todo se resolverá; sabes..., hace poco me enteré que soy adoptada, bueno, no hace poco..., ya tiene un buen rato, lo que quiero decir es..., si yo tuviese familia quisiera que me lo dijeran, aunque, realmente no se como reaccionaría-.

-Entiendo lo que me dices, Serena..., sabes, hay algo que te quiero decirte desde que te conocí, solo espero que me perdones por no decírtelo antes, yo te quiero mucho..., te amo mi cabeza de bombón, yo...-.

-No me asustes Haruka-, ella apretó más su mano y la mujer en cama la vió directo a los ojos a la vez que decía:-Gatita, yo soy tu hermana, mi nombre de nacimiento es Haruka Crista Argentum y el tuyo es Serena Crista, tenemos un hermano mayor que se llama Tora, te apartaron de mi cuidado a los tres años y, en cuanto pude te busqué por todos lados, yo soy tu hermana...-.

Serena estaba en shock por la información, no pensó que aquello fuese a salir de los labios de su amiga, ahora para ella todo tenía sentido y, se dió cuenta que ella no mentía al recordar los nombres de sus padres biológicos en su acta de nacimiento.

Instintivamente caminó hacía atrás llevándose las manos a su boca a la vez que hiperventilaba un poco, tratando de procesar todas sus emociones.

Haruka la miraba angustiada mientras extendía su mano, pero, luego la dejo caer, ella necesitaba tiempo y ya no dijo ni una sola palabra mientras la otra rubia salía del cuarto y se excusaba buscando aire, dejándola ahí sola en aquella habitación.

Michiru vió salir a Serena pero no tuvo tiempo de preguntar pues ella comenzó a correr seguida de Yaten mientras lágrimas salían de sus ojos y Michiru creía comprender su comportamiento, poniéndose un poco melancólica por Haruka y entrando de nueva cuenta para ver como se sentía y, al hacerlo la vió observando el techo derramando lágrimas silenciosas sin emitir palabra alguna mientras la peliaqua iba a su encuentro, abrazándola y consolándola, sintiendo todo su dolor como propio, sin saber que decirle o hacer...

Bombón, ella y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora