Bombón, ella y yo

26°

Advertencia: Escenas fuertes, leer bajo su propio riesgo.

Aquello había terminado, los hombres de Diamante habían escuchado todo lo que pasaba adentro, sabiendo de su muerte, le eran leales y serían leales hasta la muerte, cada uno tomó su arma, sonrieron y se dispararon ante la mirada atónita de los oficiales mientras ambulancias y la ayuda llegaba rodeando el lugar, pero, ya era tarde, muchas vidas se habían perdido.

Nanami fue el primero en salir del shock y devolver su estómago, había estado en varios tiroteos pero nunca en una masacre así, Eliot le siguió a la vez que Takano trataba de contener el aliento cayendo al suelo consternado y temblando, sin duda necesitarían un psicólogo después de aquello.

Ninguno de los tres oficiales podía hablar mientras que adentro una mujer estaba totalmente histérica, lloraba y pataleaba mientras observaba el cuerpo irreconocible de su compañera, a la vez que era detenida por otra de sus compañeras (Ves Ves) y una peliazul tenía sus ojos en blanco sin poder creer la escena frente a ella, observando el cuerpo de su también amiga y compañera completamente ida y pálida como un fantasma.

No hubo tiempo de reaccionar, la granada explotaría, así que Jun Jun no lo pensó, sus amigas vivirían un día más, estaba cerca, así que, solo se arrojó a la granada y..., se inmoló, sonrió en su momento final mientras veía a sus amigas y les dedicaba aquella sonrisa, su última sonrisa y gracias a ella, todos se habían salvado, gracias a ella sus amigas vivirían para sonreír otro día más...

Para Para se levantó con furia en sus ojos y sin ninguna pizca de misericordia disparó a Esmeralda y los otros guardias que seguían con vida y en shock, vaciando todo su cartucho en el intento, seguido de eso cayó al suelo de rodillas como si de una muñeca de trapo se tratase a la vez que sus compañeros y paramédicos llegaban a aquella abrumadora escena, tratando de armarse de valor y  entrar para averiguar quien seguía con vida...

Ni siquiera le importó a la peliazul que su brazo sangrara ni que su pierna tuviera una bala incrustada,  venganza era solo lo que quería y venganza fue lo que obtuvo, aunque, no hacía la diferencia, pues Diamante se había suicidado dejándole un amargo sabor de boca y un profundo rencor, maldiciendo aquel cadáver con odio.

Seiya luchaba por mantenerse despierto, tomaba la fría mano de Serena y trataba de hablar pero sus palabras no salían, ya no podía moverse, su cuerpo parecía peso muerto, vio a un paramédico y lo último que pudo hacer antes de perder la consciencia fue señalar a su novia tratando de suplicar ayuda para ella.

Mientras tanto, en el hospital Haruka estaba fuera de sí, gritaba una y otra vez lo mismo, el nombre de Serena, los sedantes no le hacían efecto y Setsuna temía por ella, estaba muy asustada, los enfermeros la estaba tratando de dominar y poner amarres pero aquella mujer era muy fuerte y luchadora, aquello le partía el corazón a la peliverde quien no podía contactar con su amiga y cliente.

Había llamado varias veces a Michiru y esta no contestaba a la vez que comenzaba a ponerse de nervios y se desesperaba sin saber que hacer.
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El dron había dejado de grabar, había caído hacía varios segundos, una bala perdida lo había perforado y los aparatos de Moly habían dejado de transmitir también sin saber aún la razón de ello.

Amy socorría a Lita que se había desmayado ante la impresión a la vez que Mina vomitaba una y otra vez, no habían podido observar todo lo que había acontecido, pero, lo que lograron ver las altero demasiado, no sabían que pasaría, tenían miedo y temblaban.

Andrew no sabía que hacer solo seguía las indicaciones de Amy que velaba por su mujer ya que lo que vió lo dejó perplejo, no podía dar crédito de ello, era una pesadilla y no sabía que podría ocurrir, todo era un caos y su cabeza no podía pensar en nada.

Taiki no se quedó quieto, buscó respuestas a lo que pasaba, sin embargo, no encontró ninguna, así que alarmado trató de contactar a sus conocidos sin éxito alguno, justo cuando en la radio escuchó de un evento que transcurría en Ueno, donde el involucrado era ni más ni menos que Diamante Black, temiendo lo peor ante ese nombre que su hermano había sacado de aquellos documentos, tratando de contactarlo con más desespero, sin éxito alguno.

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Seiya sentía que moría y toda su vida pasaba frente a sus ojos, lamentándose de ella, podía verse a él mismo llorando como un niño, solo, en una habitación vacía y, de pronto, Serena apareció dándole la mano, la cual, no dudo en tomar, despertando violentamente y encontrándose en una ambulancia siendo atendido por unos paramédicos al lado de una inconsistente Rei, empezando a llamar a su bombón con tanta desesperación que tuvo que ser sedado, volviendo a caer en el abismo.

Por otro lado, Michiru había sido "desesposada", encontrándose a lado de Takano quién no decía palabra alguna, no sabía que pasaba pero sabía que era muy malo, pues, había visto a varias personas salir con bolsas de cadáveres y varios oficiales vomitando ante tal traumática experiencia así como otros más con sangre en su ropa, no supo que hacer y solo lo abrazo para darle consuelo, sabía que lo necesitaba y éste le correspondió soltándose a llorar sin querer desconsolado.

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Llegaron lo más rápido posible al hospital, tenían varias personas a punto de morir y aunque solo un milagro podría salvarlas, no perdían la esperanza, llevando a urgencias de inmediato a los casos más severos y encomendándolos a Buda.

Un hombre con una herida de bala en el cráneo y hombro, una mujer con perforación del abdomen y bazo, un hombre con quemaduras de tercer grado y un golpe severo en la cabeza y otro con intoxicación y una costilla rota, mientras los demás eran remitidos a otro hospital, una mujer con una contusión en el cuello, otra con un brazo roto y otras con rozaduras de bala que necesitaban sutura y con una crisis histérica severa, un cruel y desalentador panorama...