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Por fin término la operación, Serena había llorado hasta quedar dormida pero cuando el doctor salió, Haruka la despertó, a la par que Amy ya fuera de turno se levantaba de su asiento e iba con el médico a cargo quien le informó que todo había salido bien y que en un rato más podrían pasar a verlo.

Las tres se sintieron aliviadas y tomaron asiento pacientemente para entrar a verlo.

Amy hablaba con ambas amigas cuando de pronto apareció aquel hombre que era colega suyo y con quien había tenido un momento vergonzoso hacía pocas horas, él le extendió un café y le sonrió a la par que se ofrecía a hacerle compañía, su nombre era Steven Alfa y había terminado su turno en el hospital hacía un minuto y al verla ahí, no dudo en ir a su lado y hacerle compañía.

Amy tomó el café disculpándose por aquella vergonzosa situación que había protagonizado y él le aseguro que lo olvidaría y que no había sido nada, sonrió encantadoramente y esperó a que ella le dijese el porqué del que estuviese ahí, Amy lo sabía pero no podía decírselo, así que él comprendió el silencio; habían sido vecinos más de una década, casi desde siempre y ambos se conocían bien, él había sido su sempai y ahora era su colega, observó su reloj y cruzó sus piernas en claro signo de que no se movería de ahí, Amy lo comprendió y le sonrió a la vez que le decía:-descuida, estaré bien, ya tengo quien me lleve, además, me quedaré aquí más tiempo, por eso cambié mi turno y Richard ya lo sabe-.

El hombre suspiró:-has estado muy rara esté tiempo, sé que te estás haciendo cargo de algunos asuntos médicos y cosas por el estilo, pero, date tiempo para ti misma, no te sobresfuerces, sabes que puedes contar conmigo y yo sé que tus amigas también se preocupan por ti (observa a ambas rubias frente a él), se nota que no has dormido bien, cualquier cosa, sabes que Melissa y yo estamos para ti, siempre en el departamento de enfrente-, esto lo dijo guiñándole un ojo y haciéndola reír a la vez que le daba las gracias.

Por su parte, las rubias guardaban silencio y observaban la escena con diversión, pocas veces se podía ver a la Mizuno sintiéndose relajada con alguien y con él parecía estarlo.

De pronto, un enfermero salió dándoles el paso hacía la habitación, pero, de uno en uno, así que la primera en entrar fue Serena que inició su andar con paso lento, pues estaba algo temerosa de lo que fuese a ocurrir.

Haruka la vió entrar y al perderse de su vista, se disculpó con la peliazul yendo a comprar en una máquina expendedora para dejar a aquella pareja sola.

Al quedar solos, Amy trató de no mostrarse nerviosa pero era evidente su nerviosismo, así que Steven con su usual voz sensual le habló cálidamente:-ya te dije, no tienes que cargar con todo tu sola, eres fuerte, pero así terminarás por romperte, sé lo que te digo; Amy Mizuno, desde que eres mi vecina siempre has sido así, una mujer que afronta todo con dedicación y que jamás abandona, pudiste ir a estudiar a Alemania pero te quedaste con tu hermano, pudiste darme la espalda cuando te necesitaba pero no lo hiciste, muchos me llaman narcisista y egocéntrico pero tú, tú jamás..., eres valiosa para mí, eres mi amiga, aunque no sé si para tí solo sea un simple vecino y..., sí, Richard me dijo lo de Alemania, lo que quiero decir es que..., mi puerta está abierta siempre para tí, no lo dudes-.

Ante aquellas palabras, el hombre se levantó e iba a irse, pero ella le tomó la manga de su camisa mientras bajaba su mirada y derramaba lágrimas sin querer soltarlo, él volteo a verle y su corazón se estrujó, abrazándola como gesto de protección, ella necesitaba a alguien que estuviese ahí con ella, que no la dejara sola, que le dijese que todo estaba bien y que la acompañase, más aún ese día, más aún que ese era el aniversario del día en que su madre había fallecido, el día que decidió ser médico, el día en que la perdió..., tenía a sus amigas pero no quería abrumar a ninguna de ellas, guardando todas sus emociones bajo llave, pero ante su hermano y ante sus amigos y vecinos (Steven y Melissa) era muy difícil hacerlo ya que prácticamente los conocía de toda la vida, demasiado, pues con ellos era como un libro abierto, dejándose llevar y sacando todo su dolor frente a aquel hombre de rostro tranquilo.

Mientras tanto, Serena observaba a Seiya, él le sonrió y palmeó la cama en la que estaba para que se sentara a un lado, ella dudó un poco, pero así lo hizo.

Con temor tocó sus manos con las yemas de sus dedos y él, algo cansado, entrelazó sus dedos con los de ella a la vez que le decía:-estoy bien bombón, solo, un poco cansado..., soy muy torpe, quería darte el anillo en mejor condición, pero, temo que soy muy impaciente, sabes, te dedicaré mi próxima canción, se llamará "Luz de Luna", no sé si lo llegaré a hacer en un concierto, pero haré uno solo para tí aunque sea en privado, también..., compraré una gran casa con un gran jardín de rosas y tendremos un perro, no, mejor no, se comerá a tu gatita..., sin perro, una gran casa, y, seremos muyyyy felices-, habló el pelinegro, haciendo énfasis en lo último, mostrándose muy enamorado e ilusionado.

Serena río ante aquello y luego negó con su cabeza:-no quiero una gran casa, una pequeña está bien, con un pequeño jardín o si no podría marchitarse, si yo fuese Lita, esa casa y jardín grande serían lo ideal, pero, para mí una pequeña casita o un departamento donde estar ambos es suficiente-, sonrió, pero después su semblante se oscureció al momento que retomaba la palabra:- hablando de eso, ella quiere que seamos los padrinos de su hija, quiere llamarla como yo-, bajó la mirada un poco triste y Seiya al verla así, respondió para alegrarla:-¿Cómo?, ¿Quiere llamarla Bombón?, ¡me parece estupendo!, pero..., no creo que sea un nombre muy común.

Aquello la hizo reír suavemente, apretando más la mano de su compañero a la vez que volvía a hablar:-sabes..., he estado leyendo cosas, tal vez algún día podremos adoptar, sé que aún somos muy jóvenes, pero..., tal vez en un futuro...-.

Él la observó con detenimiento y ella se sintió incómoda, creyó haber dicho algo mal, así que se iba a retractar de sus palabras, cuando, él volvió a tomar la palabra:-¿Tú..., leyendo?, Wao, si que te afectó estar en el hospital, bueno, te he visto leer mangas y cómics pero...-, Seiya comenzó a reír mientras le sacaba la lengua como un infante.

La chica cada vez más roja de  la vergüenza comenzó a golpear el pecho de él mientras éste seguía riendo y, al ya no sentir su golpe, Seiya bajó su mirada para verla, ella traía algunas lágrimas en su rostro y él lo único que pudo hacer fue tomar uno de sus largos mechones rubios y besarlos, acto seguido la abrazo esperando que ella no se apartara ante tal acción, tomándola con delicadeza y a modo de protección.

Ella se removió un poco a punto de hiperventilar, pero, se calmó recordando que no estaba con Diamante, era Seiya, "su Seiya" y él, al notarlo, solo la pegó más a su pecho y comenzó a calmarla hablándole y acto seguido comenzó a cantar muy suavemente aquella canción que había compuesto solo para ella y nadie más, aquella canción que nadie había escuchado y que daba fé de cuanto la amaba, haciéndola sentir confortada y protegida, dejando atrás sus miedos y penas, dejándose embargar por aquellas hermosas sensaciones, escuchado de la boca de su amante esa hermosa melodía titulada "Luz de Luna", haciendo que el tiempo se perdiese en aquella habitación, dejando fluir emociones y sensaciones que solo eran para ambos enamorados, solo para los dos.....

Bombón, ella y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora