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Algo muy inocente para ambos, aunque más tarde sería algo serio.
Alex, aún leyendo infinidad de libro de amor y drama no se dejaba llenar la cabeza de estúpidas historias de amor. En este sentido Elijah es igual que Alex, no le gusta lo que es romántico. Elijah había tenido pocas relaciones con chicas, las más largas de tres meses. Empezó a mantener relaciones sexuales sin compromiso y no buscaba nada serio.
De todos modos no le hizo falta buscar a nadie, el destino le pondría en su camino a una hermosa chica castaña de ojos azules.
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Narra Alex
El segundo día de instituto parece ser que será nublado y lluvioso.
¡Perfecto! Me encantan esos días.
Josephine me llevará en su coche y probablemente tendré que escuchar música de Taylor Swift.
Me subo en el coche y efectivamente se escucha música pop.
- Por lo menos no es machista.-refunfuño desde el asiento de copiloto.
- Tu creías que yo escuchaba música de esa, dios Alex, que poco me conoces.
Tal vez tiene razón y no la conozco tanto, aun que tampoco quiero conocerla.
-Josephine.-digo
-Dime.
-¿ Te gusta la lluvia? -pregunto mirando la carretera.
Piensa su respuesta.
- No, la verdad.-dice.
-Entonces haz el favor de quitar esa música si no quieres que llueva más.
Rueda los ojos y comienza a cantar con fuerza el estribillo.
Por suerte hemos llegado. Aparca con facilidad.
Apaga la radio y coge un paraguas lila.
Se mueve el pelo y se lo hecha a un lado del hombro.
-No tardes en llegar luego, seguramente tendré hambre.-digo.
Abro la puerta y saco un pie fuera mientras me subo la capucha, sigue lloviendo, pero con menos fuerza.
-Espera, coge un paraguas.-dice preocupada señalando la guantera.
-Josephine, casi no llueve y además, los paraguas no me entusiasman. Pero tu paraguas de flores lo detesto con toda mi alma.-digo.
Es verdad, es un paraguas de lo más cutre.
La pobre no se esfuerza en discutir, he agotado su paciencia.
-Como quieras.-dice rendida.
Me coloco la capucha de nuevo y salgo del coche. Josephine va con su paraguas lila, que mona :) La primera clase me ha pasado volando.
Voy hacia mi taquilla para coger los libros de esta asignatura que me toca ahora.
Ahí se encuentra el chico del aparcamiento junto a otros dos.
Ahora que lo recuerdo, uno de ellos es el que estaba en el patio ayer.
Me encojo un poco, no me suelo mostrar insegura nunca. Así que me pongo recta y continuo mi camino, no creo que me digan nada.
Mierda, se han parado a hablar justo en frente de mi taquilla.
Me la suda, los apartaré y punto.
Me planto delante de ellos y toso un poco.
Me mira un chico castaño de ojos azules, le da un codazo al rubio.
-Bueno bueno, tú eres la del aparcamiento ¿Qué tal tu moto ahora que hay lluvia?-dice tratando de humillarme.
-Ah, ¿ Mi moto? Está perfectamente, aparcada en un garaje. Ahora dejame abrir mi taquilla.
Cruza los brazos y no se dispone a moverse.
No podría empujarlo porque al igual que sus amigos, es un puto armario.
- ¿Cómo te llamas? -me pregunta el mismo chico.
-Alex ,¿Me dejas pasar ya o tengo que esperar otro puto año?
El de ojos verdes reprime una risa y el de ojos azules abre estos como platos.
-Veo que no tienes mucha paciencia, soy Erick.-dice tendiendome la mano.
Está utilizando un tono de burla que no me gusta nada. Así que como de costumbre decido ser borde.
- No te he preguntado tu nombre ni tu DNI. Te he dicho que te apartes.-digo.
Oigo que el de ojos verdes le dice al rubio 《 Va déjala, no seas pesado》.
-Haz caso a tu amigo.-digo mientras el echo una mirada.
La mirada la utilizo cuando es necesaria, es una técnica muy simple. Solo tengo que bajar las cejas y poner media sonrisa. Eso parece intimidar a la gente así que la utilizo cuando la necesito.
El chico se rinde y decide irse. Los otros dos lo siguen aún que el chico de ojos verdes se queda atrás. El rubio y el castaño se han ido y el otro está apoyado en mi taquilla.
-Soy Elijah.-dice tendiéndome la mano.
Le tiendo mi mano, en cuanto nuestras manos tienen contacto siento un cosquilleo que va del cuello por toda la columna vertebral. Creo que él también ha sentido algo, porque su cara ha sido un poco extraña.
-Alex, aun que ya lo sabes porque lo he dicho antes.-digo nerviosa.
¿ En serio? ¿ Te vas a poner nerviosa?
Aún estamos cogidos de la mano, ambos nos damos cuenta de que parecemos retrasados y las soltamos bruscamente.
-Nos vemos Alex.-dice sonriendo.

Se va y veo que entra al aula que tenemos en frente, la de 1r de bachillerato

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Se va y veo que entra al aula que tenemos en frente, la de 1r de bachillerato.
Pensé que iría a la clase de Josephine, aparenta ser mayor.
Pico en la puerta de mi clase, que está justo al lado de la suya, y la clase ya ha comenzado. Abro la puerta y me quedo en el umbral de esta.
El profesor que da clase es un señor aproximadamente de 40 años y con barba.
Cuando se da cuenta de que estoy observandolo sin mediar palabra me habla.
-Has llegado tarde, así que fuera de mi clase.-dice.
-Técnicamente no estoy dentro de la clase así que no puedes echarme.
Se frota la barba.
-Solo por tu ingenio dejaré que te quedes, pero no te acostumbres a llegar tarde.-dice medio sonriendo.
Voy hacia mi sitio arrastrando los pasos, nunca suelo caminar con mucha energía. Me ha caído bien este profesor, tal vez no me coja manía.
Dejo mi mochila Vans encima de la mesa y saco Orgullo y Prejuicio, me inundo en la emocionante historia de Darcy y Elizabeth, cuando el profesor se acerca a mi mesa.
-Uhm, veo que eres de esas que leen Orgullo y Prejuicio y posiblemente sueñan con encontrar a un Darcy.-dice agarrando mi libro y mirando la cubierta.
Hahaha, está tan equivocado.
-Discrepo a su prejuicio, yo no sueño con encontrar a un Darcy, de hecho lo único que sueño es no encontrarme a nadie al levantarme por las mañanas. Pero si encontrara a alguien yo sería su Darcy. No hay nadie más Darcy que Alex Tiffin.-digo mirándolo a los ojos.
Asiente lentamente.
-Disculpa mi forma de juzgar tan a la ligera, en algunos entornos es necesario.-dice mirando a los alumnos.
Lo comprendo, son tan tontos que no se acaban de enterar de que este profesor les ha llamado... algo ofensivo pero no se decir el que.
-Veo que estabas bastante interesada en el libro ¿me podrías decir cuánto duraron las guerras punicas y en cuantas se dividieron?-dice tratando de pillarme.
Aun que este leyendo me entero de todo.
-Las guerras punicas se dividen en tres guerras, comenzaron en el 264  a.c y terminaron en el 146 a.c.-digo sin apartar la vista del libro.
Oigo murmurar a gente, probablemente estén pensando 《 La rarita de la última fila es prodígio》.
Por otro lado he roto los esquemas del profesor.
-Bien, sorprendentemente bien.-dice juntando las manos.
Se va del sitio en el que me encuentro y vuelve a su mesa. Se ajusta el reloj y lo mira.
- Queda 1 minuto, podéis ir tirando al patio.-dice.
No me molesto en guardar el libro.
Ya ha salido casi toda la clase, así que para cuando voy a salir no hace falta empujar la puerta.
Está abierta.
Abro el libro y salgo disparada por la puerta.
Bajo al patio y no puedo dejar de pensar en como me ha sonreído Elijah, el chico de ojos verdes.

Stop WafflingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora