28

27 2 0
                                    

Narra Alex

Un nudo en mi garganta rompe mis palabras en mil pedazos y amenaza con expulsar más lágrimas.

-Si no estás bien puedo llevarte a tu casa.-me sugiere.

Me seco las lágrimas derramadas por mis mejillas y respiro profundamente.

-Estoy bien.

-No estás bien, sé que te has peleado con tu hermano. Pero hay algo más. ¿Qué te hace ser así?

Me giro y me incorporo, ahora lo tengo de frente. Examinando cada rastro de tristeza que asoma por mi cara, esto es terriblemente humillante para mí.

-Yo...

-No te sientas presionada.-dice con voz calmada y dulce.

Respiro hondo y consigo deshacer el nudo que se había insertado en mi garganta.

- Todo empezó hace más de seis años aproximadamente. Mis padres eran un matrimonio inglés, con dos hijos muy guapos. Decidieron mudarse a Estados Unidos, para cambiar radicalmente su vida, cuando yo era bastante más pequeña que ahora. Durante un tiempo me estuve quejando constantemente y haciéndoles la vida imposible,ya sabes como soy, pero finalmente me calmé y hice amigos. Pocos pero de verdad, a día de hoy aún conservo a esas amigas. Un tiempo más tarde, mi madre falleció en un accidente de tráfico, todo un desastre.-empiezan a salirme lágrimas a borbotones.

Elijah agarra mi mano y me tranquliza. Animándome así a continuar.

<< Ella era el soporte de la familia, me entendía. Entendía mi carácter, me quería incondicionalmente. Desde ese día la familia no volvió a ser la misma, mi padre empezó a centrarse en su trabajo y mi hermano siguió como estaba. La relación con mi familia empezó a desvanecerse y no tenía a nadie. Nadie en quien confiar. La única persona en la que confiaba era mi hermano, y aún confío en él. Por eso me duele lo que me ha hecho. Prometimos protegernos el uno a a la otra y así me lo demuestra.

Unos años después mi padre conoció a la madre de Jo' y decidieron casarse, aún no se han casado. Se casan estás navidades. Me dolió bastante ver a mi padre rehacer su vida con otra mujer, pero tuve que aguantarme.>>

Asimila mis palabras.

-No tenía ni idea... Ahora todo tiene sentido, por eso eres...

-Si te refieres a mi forma de ser, no. Siempre he sido arrogante y condescendiente, solo que eso no ayudó a suavizar mi carácter.-le interrumpo divertida.

Hay un rato de silencio.

-Seguro que ahora doy puta pena con estas pintas.

Niega eufóricamente con la cabeza.

-No, que va. Me gusta ver tu yo natural. Siempre sueles mantener las emocione muy a raya, y verte sin filtro me hace sentir afortunado.

Extiende su brazo y me anima a apoyarme en él. Accedo y me acerco, apoyo la cabeza en su pecho desnudo y oigo sus latidos.

Ahora respiro con más facilidad que antes, y no me refiero a hace unas horas. Me he sacado un peso de encima, y sé que ha sido con la persona correcta. Tal vez tiene razón la gente, y es cierto eso de que la noche te hace más sincero que una borrachera cualquiera. He abierto mi pasado y mi corazón a este chico amable y sexy de ojos verdes, y desde ese momento he sabido que no había vuelta atrás. No la hay, a partir de ese momento algo me ha conectado a él con tanta fuerza que sé que me dolerá separarme de él.

-Gracias Elijah.

-He hecho lo que hacen los amigos.-dice franco.

-No, has hecho mucho más. Tal vez no lo puedas comprender, pero desde que te conozco soy mejor persona.

-¿Eres buena persona?-pregunta bromeando.

-Sí lo soy. A lo mejor ahora te parezco mala, pero créeme, si me hubieses conocido antes te habría parecido peor.
Niega con la cabeza lentamente negando sus palabras.

Aparta su brazo y me agarra de las mejillas con suavidad hasta estar a dos centímetros el uno del otro.

-Voy a besarte, si quieres, claro está. Pero quiero que te quede claro que no me estoy aprovechando de la vulnerabilidad que te forma en este momento.

Asiento deseosa por uno de sus besos.

Sus labios impactan contra los míos y comienza la fiesta. Nuestra lenguas bailan en la boca del otro, me muerde el labio. Se lo muerdo y nos besamos con torpeza por la intensidad del momento.

Trepo por encima de su cuerpo hasta quedar a horcajadas en su regazo. Los pantalones de deporte que lleva son tan finos que noto su erección contra mí.

Le gusta el roce instantáneo que he hecho y presiona su miembro contra mi zona íntima, pero con mucha más fuerza que antes.

Mete su mano por debajo del elástico de mis bragas y se detiene. Lo miro expectante. Estoy caliente y está caliente ¿Por qué ha parado?

-Ahora decides tú lo que hacemos, no quiero violentarte.-me susurra con la voz ronca.

Stop WafflingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora