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Narra Alex
Abro los ojos lentamente, como si la luz que entra por la ventana quemara mis retinas.
Cuando estoy más consciente abro los ojos y me doy cuenta que no estoy en mi habitación. Estoy en la habitación de Elijah, y llegué ayer en la madrugada. Miro alrededor y supera mis espectativas anteriores de lo que podría ser su cuarto.
Es una habitación muy masculina y ordenada. La pared es azul claro y las cortina blancas tranlúcidas. Una moqueta blanca cubre todo el suelo del cuarto. Las sabanas son de seda  de color azul marino y un edredón a juego las cubre. En las estanterías hay algunos libros y perfumes.
Miro al otro lado de la cama y no veo a Elijah, según él su madre ya estaría en casa a estas horas. Así que intuyo que debo de quedarme aquí hasta que me de la señal para poder salir pitando. Veo una puerta en la habitación que está medio abierta, me levanto a acabar de abrirla y hay un baño.
Las cortinas de la bañera están corridas y se escucha agua caer, también se ve una sombra haciendo maniobras de aseo dentro.
Supongo que es Elijah.
Me siento en la taza del váter y comienzo a hacer pis. Elijah asoma la cabeza fuera de la cortina con el pelo enjabonado.
-Me estoy duchando.-dice.
-Y yo haciendo pis, encantada.
Suelta una pequeña carcajada y vuelve a correr la cortina. Me limpio y  veo que en el papel hay sangre.
Lo lanzo corriendo y bajo la tapa del váter.
Elijah descorre la cortina y se ajusta una toalla alrededor de las caderas. La toalla está tan baja que se marca una V cerca de sus partes bajas. Lo miro hipnótica y él sonríe ladino.
Sacudo la cabeza y miro hacia otro lado.
-¿No quieres darte una ducha para quitarte el olor a sexo?-bromea Elijah.
-No, me gusta mi nueva fragancia.
Sonríe y yo me dirijo al váter para tirar de la cisterna.
Me agarra la mano derecha y la mira detenidamente.
-¿Te has cortado con algo?-me pregunta.
Giro mi mano y veo que tengo sangre en el lateral. Me pongo roja al instante.
-No...
-¿Te ha bajado la regla?-pregunta dubitativo.
-No, se me fue hace tres días.
Me suelta la mano y pone cara pensativa.
-Entonces has dejado de ser virgen oficialmente.
Pienso sus palabras en mi mente y suena extraño, he perdido mi virginidad. Es extraño.
-Sí, supongo.
Estoy a punto de irme cuando me agarra de la muñeca y me atrae hacia él.
-Estás tremenda con mi camiseta.-me dice al oído.
Recuerdo que solo llevo una camiseta puesta y es suya. Me miro y voy sin pantalones.
Me empuja suavemente hasta dejar mi espalda pegada a la pared de su baño. Con su mano derecha pega mi muñeca al lado de mi cabeza y con la otra recorre mi muslo.
-Elijah.-susurro con la voz entrecortada.- Tu madre está en casa, y seguro que está despierta.
Me besa para callarme. Lo aparto.
-Elijah, de verdad. He oído pasos...no lo hagas más difícil para mí.
Suspira derrotado. Me da un pico y sale del baño.
Salgo dos segundos después de él y comienzo a vestirme.
-¿ Ya te vas?-pregunta dubitativo.
-Sí.
No dice nada. Es una situación incómoda, es extraño.
Me pongo las botas.
-¿Cómo salgo?-pregunto hablando en voz baja.
Se encoje de hombros.
-Pues...Bajo yo primero y te envío un mensaje cuando mi madre esté lejos de la entrada.
Asiento. Se está a punto de ir cuando pongo mis manos en la cinturilla de sus pantalones y lo pongo frente a mí, lo atraigo hacia mi boca. Mete su mano por debajo de mis pantalones y introduce un dedo en mi sexo, luego otro y mi respiración se entrecorta.
-Elijah...-digo cortando el beso.
Vuelve a besarme. Joder...

Stop WafflingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora