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Narra Elijah
Ayer le quité el libro a Alex, estaba tan enfadada... Me encanta cuando se enfada, aun que puede llegar a ser peligrosa.
He estado toda la tarde pensando nuevas maneras para cabrearla.
Tengo su libro de Orgullo y Prejuicio, no lo he leído nunca. Pero sé quien es Jane Austen.
Abro el libro y empiezo a ver frases subrayadas. A medida que las voy leyendo me doy cuenta que son cosas que Alex siente o que tal vez le gustaría que le dijeran.
Aquí van algunas.
"Hubiera podido fácilmente perdonar su orgullo, si no hubiera sido porqué se metió con el mío."
Creo que esa le recuerda a la conversación que tuvimos cuando me preguntó que cambiaría de mí mismo.
Fui un capullo, cambiaría mi respuesta sin duda alguna.
"He sido egoísta toda mi vida, en la práctica, más no en la teoría."
"Las locuras y tonterías, los caprichos y las inconsistencias me divierten, me pertenecen, y me río de ellas cada vez que puedo."
Tras leer un par de frases más veo un papel haciendo de punto de libro. En el hay algo escrito.
"He estado meditando en el gran placer que un par de espléndidos ojos en la cara de un hombre hermoso puede otorgarle."-de Darcy y Alex.

Debajo de la frase hay unos ojos verdes y felinos, son muy bonitos

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Debajo de la frase hay unos ojos verdes y felinos, son muy bonitos. Se parecen a los míos, pero dudo que ella sea el tipo de chica que dibuja a chicos.
Me levanto de mi cama y meto el libro en mi mochila, no sé cuando se lo devolveré. Tal vez le pida otro beso.
Por alguna extraña razón sus besos me producen un escalofrío que va de mi cuello por toda la medula.
No me gusta besar a las chicas, pero ella tiene un sabor diferente.
Cojo las llaves del coche de mi mesita de noche y bajo las escaleras con emoción.
Es la primera vez que siento ilusión por ir al instituto.
Cuando llego al salón veo a mi hermanita sentada en la mesa comiendo cereales.
-¿Ganas de ir al cole pequeña?-le digo besándole la mejilla.
-No.-dice seca.
Tiene 6 años, hace un tiempo se volvió distante y eso me tiene bastante preocupado. Ojalá supiera que demonios le pasa y pudiera ayudarla.
Le beso de nuevo la mejilla y salgo al garaje.
Abro el coche y lo arranco, debería de cambiar la tartana que heredé de mis padres.
Pongo la radio y  como no, la canción que suena me recuerda a Alex. Es de Jason Derulo.
'Girl you're the one I want to want me...'
Canto el estribillo bastante alto y para cuando está a punto de empezar otra canción ya he llegado al aparcamiento del instituto.
Entro a mi clase y hay poca gente, ahora nos toca clase de biología.
De un momento a otro llega la profesora y Shane y Erick están a mi lado.
Cuando miro el reloj llevamos 20 minutos de clase.
-¿Qué son las biomoléculas, Roxanna?-pregunta la profesora.
La puerta se abre con suavidad, sea quien sea no se ha molestado en llamar antes de entrar.
La profesora mira confundida. Su expresión cambia cuando ve que es Alex.
-¿Puedo decirle algo a Elijah?-pregunta Alex sorprendentemente educada.
-Claro, adelante.-dice la profesora.
¿Qué me quiere decir?
Demasiada curiosidad.
Alex no se molesta en avanzar tras el umbral de la puerta.
-Elijah, ayer te dejaste esto en mi casa.-dice sonriendo.
No tengo ni idea de que está hablando, yo no estuve en su casa.
Saca unos calzoncillos blancos con estampado de corazones rojos y me los lanza por el aire hasta que aterrizan en mi mesa.
Toda la clase me mira, algunos se ríen, otros parecen escandalizados.
-Gracias profesora...profesora.-dice Alex cerrando la puerta.
Shane se ríe y Erick también.
Esta tía me la ha jugado pero bien, me jode mucho que me haya dejado mal. Pero tengo que decir que su picardía es muy extensa.
Un rubor sube por mis mejillas al instante. Oigo a la gente hablar en voz baja pero no logro entender lo que dicen.
Me centro en mi libreta y en los deberes que tengo que corregir.
Acaba la primera hora y mis amigos salen disparados hacia mi mesa.
-¿Qué nos hemos perdido?-dice Shane.
Agarro los calzoncillos con fuerza, pero los suelto al instante al recordar que son calzoncillos y no sé de quien son.
-No tengo ni puta idea, no estuve en su casa ayer. Nunca he estado, y yo no llevo esto...-digo refiriéndome a los calzoncillos.

-Ya te dije que le tenías que devolver el libro.-dice Erick.

Durante la clase me dedico a tomar apuntes y a hacer los ejercicios.
Llega la segunda hora y salgo disparado por la puerta para ir a la clase de Alex, que se encuentra al lado de la mía.
Entro y la veo sentada vacilante, como si me estuviese esperando.
-¿Qué demonios te pasa? Solo te he quitado el libro, no te he humillado.-digo buscando explicaciones.
-Tú me quitas mi libro y yo te humillo. Espero que lo entiendas, porque no tengo tiempo para explicártelo. Bueno si que lo tengo, pero no me da la gana de gastarlo en ti.
Llevo el calzoncillo en la mano y lo estoy apretando mucho para focalizar mi ira.
-Si lo que quieres es tu libro, está en la parte de arriba de las taquillas.
-Muy bien genio ¿Y cómo se supone que voy a llegar a lo alto de las taquillas?-dice sarcástica.
Me encojo de hombros.
-Búscate la vida.-digo dándole la espalda a punto de irme.
Seguramente me pedirá ayuda, yo la ayudaré a cambio de un beso. Y así todos contentos.

Doy un paso hacia adelante y oigo mi nombre saliendo por su boca.

-Elijah.-dice la castaña de ojos azules.

-¿Si?

-¿Puedes bajar mi libro de la taquilla?-pregunta tratándo de ser amable.

Me giro y estoy frente a ella. Se ha puesto de pie.

-Y ¿por qué debería de ayudarte?-digo relajado.

-Porque fuiste tú el que me robó el libro.

-No me sirve, piensa otro argumento más convincente y tal vez te ayude.-digo a punto de largarme.

No dice nada, le doy la espalda y estoy dispuesto a caminar. Cuando se planta delante de mí y dice en voz baja.

-La gente ahora cree que nos hemos acostado, podría ir diciendo que tienes problemas de higiene ahí abajo.-dice bajando la mirada a mi paquete.

Mierda! Me tiene cogido por los huevos.

Debí de imaginar que con ella no sería tan fácil obtener lo que quiero.

-Está bien.-digo rendido.

Asiente contenta y va hacia su taquilla con la seguridad de que la voy a acompañar.

No hay nadie en el pasillo, su clase estaba llena cuando he entrado pero el profesor aún no había llegado.

Me subo en la superfície de metal de las taquillas más bajas y desde ahí subo a las más altas.

Miro hacía el suelo y veo a Alex mirándome aturdida y a la vez nerviosa. 

No entiendo por que.

Stop WafflingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora