Capítulo 7

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    "El 'ser' siempre trasciende la apariencia, lo que sólo parece ser

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"El 'ser' siempre trasciende la apariencia, lo que sólo parece ser. Una vez que empiezas a conocer el ser detrás de la cara muy bonita o muy fea, según lo determinan tus prejuicios, las apariencias superficiales se desvanecen hasta que sencillamente dejan de importar" -W. Paul Young.

     La mujer frente al espejo era alguien totalmente diferente a mi. Ella se sentía bien, pero al mismo tiempo, está rota. E irónicamente vestía del color más puro que había, el balco. Una falda talle alto que me llegaba más arriba del muslo, una camisa del mismo color de lana y un blazer que me llegaba a la misma altura que la falda con botones dorados.

     Leyna hubiera amado ese conjunto en cuanto lo viera. Solía decirme que aunque estemos de luto, ese debe aprender a llevarse por dentro, porque no podemos amargarnos la vida.

     —Se que duele cariño, a mi también me duele— le tomo las manos —. Pero, ¿Nos rendiremos?

     —Ya no puedo más, Leyna— dije en un sollozo ahogado —. No puedo más, no puedo.

     —Estas pasando por un mal momento, pero aprenderás a vivir con ese dolor— me miro a los ojos —. Vamos, cariño, respira conmigo. Concéntrate en mi, en este cariño inmenso que te tengo.

     —No puedo respirar— dije intentando hacerlo —. No puedo, no puedo.

     —Si puedes, confía en mi— le sonrió con amor —. ¿Recuerdas cuando te conocí? Una chica atrevida que no estaba dispuesta a soltar a su padre, incluso pusiste un sapo en mi bolso, ¿Lo recuerdas?

     —Para ese entonces no te quería— me saco una sonrisa —. Eras solo una bruja intentando robar el lugar de mi madre.

     —Pero no fue así — siguió respirando conmigo —. Y me quesiste un poquito más cuando te diste cuenta.

     Sacudí mi cabeza ante en recuerdo. Mis ataques de ansiedad son fuertes y me dejan sin fuerza. Los años me había enseñado a lidiar con ellos, pero muchas veces ellos son más fuertes que yo. Crecí rodeada de personas que morían o se iban de mi vida sin dar explicaciones, el dolor era parte de mi. Con cada perdida me hice más fuerte, pero al mismo tiempo partes de mi se iban con ellos. Mi cable a tierra era Leyna, la última persona que me quedaba en el mundo era ella. Pero ahora, ella no estaba, y necesitaba un cable a tierra, porque sentía que podía irme en cualquier momento.

    —Hanna— voltee a ver a la pequeña luciérnaga —. ¿Donde está mi bolso?

     Sacó un short de talle alto de jean, una camisa blanca y un blazer negro, todo era una versión mini de lo que podría ser ropa de adulto. Le coloque unas medias blancas que le llegaban a la rodilla que tenían dos franjas negras al comienzo de las mismas, y unas botas negras al tobillo. Ella saco unas gafas de sol y me sonrió mientras hacía morisquetas. Alisa es preciosa, y estaba segura que era idéntica a su madre, porque Derek es un hombre guapo, pero Alisa no se parece a él, ni siquiera en los ojos. Ella es rubia, él es un moreno guapo.

El cielo a mi favor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora