"Tengo miedo. Un miedo terrible. Pero aquí estoy, intentandolo por enésima vez... ¿Quien dijo que la tercera es la vencida?" —Anyélen F. Esker
-Solo respira, no esta pasando nada malo- decía Derek, pero no sabia ni que hacer, caminaba de una esquina a la otra en la cama -. ¿Nos vamos ya al hospital?- cuestiono el -Que pregunta tan tonta, claro que debemos irnos al hospital.
-Derek, solo calmate- pedí colocándome de pie, y se acerco a mi rápidamente -. Escucha, llama a tu hermana, yo iré a darme una ducha, él bebé viene en camino, no va a nacer ya, ¿entiendes? Aún faltan unas horas para que llegue al mundo.
-Acabas de romper bolsa, ¿no te duele nada o qué?- una pequeña cabeza avellana se asomo por la puerta, y sus grandes ojos azules, nos veían con atención -Alisa, debemos irnos al hospital, tu hermano esta por nacer.
-Llamaré a la tía- dijo ella con emoción -. Así ella me cuida en el hospital, mientras mi hermano llega al mundo- en sus ojos se veía la felicidad -. ¡Voy a tener un hermanito!
Yo sonreí, y Derek la veía tomar el celular de la casa con la boca entreabierta. Agradecía que en mi ausencia Gabo, Eliza y Anthony, le explicaran a Alisa como debía actuar el día que su hermanito llegara a este mundo. Yo le tomé la mejilla a Derek y sus ojos me miraban con miedo. Sabía que en fondo, toda esta situación, le recordaba a cuando Amelle dejo este mundo. Pero a diferencia de Amelle, yo si podía aguantar un parto, y si podía vivir para criar a mis hijos.
A mi por el contrario, me recordaba a cuando Abril llego al mundo. El nerviosismo, y las ganas de verla me comían. Justo como ahora. Pero me sentía tranquila había llegado a un punto donde me perdone a mi misma, porque al final del día, no había sido mi culpa. Yo la ame, la cuide mientras estuvo conmigo. Y agradecía esos años en las que pude disfrutarla. Si, me hubiera encantado vivir más con ella, pero no pude hacerlo. Así que solo debo agradecer, lo que hoy es.
-¿Quien está lista para ser madre?- pregunto Eliza entrando a sanitario, yo me estaba colocando un vestido de tirantes azul cielo de tirantes y corte en V.
-Bueno, se puede decir que estoy más tranquila, que cuando di a luz por primera vez. Tengo contracciones cada diez minutos, y rompí bolsa hace media hora. Sarah me espera en el hospital. Esta vez se que hacer.
Ella me ayudo a calzarme. Eliza, tenia un vientre de seis meses, y tal parece que es una niña. Al principio Alisa estuvo muy recelosa con el tema, decia que si su tía tenia una hija, ella dejaría de ser la consentida de la casa. Pero todos le explicamos, que jamás la dejariamos de querer, solo porque tendrá una prima. Y luego cambio su actitud, y quiere que nazca para jugar con ella de las muñecas.
-Mami- yo inhale antes de voltear a mirarla -. ¿Me dejarás de querer cuando el bebé nazca?
-¿De donde sacas eso?- pregunto Derek sin quitar su vista del camino, la verdad era que a mi también me tomo por sorpresa tal pregunta.
-Los niños del colegio dicen que cuando los hermanitos nacen, los adultos se olvidan de ellos, pasan de ser el numero uno, a ser el numero dos- ella sonrio levemente -. Además, yo no soy tu hija de sangre. ¿Dejarás de quererme?
-No debes hacer caso a esos comentarios, Alisa- dije con una pequeña sonrisa -Yo nunca dejaría de quererte, eres lo mejor que me ha pasado, y te amaré de la misma forma que amaré a tu hermanito- Derek se detuvo en el hospital, y los dos bajamos, yo abrí la puerta de Alisa y me acerque para abrazarla -Si, no soy tu madre de sangre, pero soy tu mamá porque asi tu lo quieres, y porque te amo, con todo el corazón. Y estaré orgullosa de ti siempre.
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El cielo a mi favor
RomanceCuenta una antigua leyenda que un día estaban la vida y la muerte en una habitación. A pesar de plantearlas como grandes enemigas. Realmente eran grandes amigas, algo que nadie se imaginaría, eran tan diferentes una de la otra. La vida era color...