"... Me di cuenta que todo el mundo sufría continuamente, incluidos aquellos que fungian no sufrir" —Charles Bukowski, Se busca una mujer.
Tres meses más tarde
-¿Alisa estas lista?- pregunte mientras terminaba de colocarle los calcetines al pequeño niño de tres meses sobre su cambiador.
-Si, mami- dijo ella entrando a la habitación -. Solo no consigo hacerle una trenza a mi cabello, ¿me puedes ayuda?- yo sonreí y tomó al bebé para colocarlo en su cuna.
-Muy bien, te enseñaré- la senté en el reposa pies de la mecedora de la habitación y comencé a trenzar su cabello.
Alisa acaba de cumplir los siete años, y no quiso una fiesta, ella dijo que lo unico que queria, era ir al cementerio, y pasarla con las personas que ya no estaban. Así que, organice un picnic, y le regale un hermoso un vestido azul cielo, como el color de sus ojos. El mismo que a Derek le gustaba.
Además, antes de asistir pasaremos por el hospital porque hoy darían de alta a la pequeña niña de Elizabeth, es una verdadera guerrera, nació con seis meses de gestación. Debido a todo lo sucedido, a Elizabeth se le adelantó el parto, por suerte, gracias Amelie la policía y las ambulancias llegaron justo a tiempo para atenderla. La llevaron al hospital, y le hicieron una cesárea de emergencia.
Mis abuelos fallecieron, creo que ambos sabían lo que hacían al ir para alla. Supongo que fue su forma de recompensar tantos años de agonía para mi madre, padre y para mi. Herede todo, su fortuna completa. Y con respecto al aparato, hoy tendría que ir a tecnologías White, para firmar el contrato donde nos vamos a deshacer de aquel aparato.
-¿Te digo algo?- ella asintió -Te tengo un regalo- fui hasta el armario de Amel y saque una caja azul de terciopelo -Pero debes usar el cabello suelto para hoy- ella miró la caja con atención y yo se la entregue.
Era una pequeña diadema azul como su vestido. La había diseñado junto a Anastasia Beaumont hace unos meses, es una gran diseñadora de joyería, vestidos de novia, smoking, y una gran planificadora de eventos. Bueno, según los medios de comunicación, del mundo. Por lo que hacer este trabajo con ella nos hizo amigas y sobre todo, buenas colegas.
-¡Oh, pero si tenemos a la una hermosa princesa!- exclamó Gabo tomando a mi pequeña niña en brazos -¿Lista para poder tocar a tu prima?
-Ven aquí, Alisa- pidió Elizabeth abriendo la puerta de la habitación de la bebé -. ¡Feliz cumpleaños, princesa!- le dio un beso en la coronilla antes de llevarla adentro -Tu no tardes- yo le dedique una sonrisa -Y no vayas a llorar, porque lo haré yo también.
-¿Como la llevas?- preguntó Gabo tomando asiento en las sillas del pasillo -Se que no ha sido fácil. Y te agradecemos que te hagas cargo de Alisa, pero si en algún momento, quieres irte o algo. Solo debes decirnos.
-Alisa jamás será una carga, Gabo- aseguré con una sonrisa -.Es lo mejor que ha pasado a mi vida en años, y sin ella, no hubiera podido con tanta mierda junta- el me tomo la mano en señal de apoyo -. Además, jamás la separaría de su hermano- yo sonreí -. ¿Como paso Denise la noche?
Han sido meses difíciles para todos. Al nacer la bebé prematura, ellos han pasado los últimos treses meses en el hospital, sin descanso, casi viven aquí. No se han separado de la bebé un solo minuto, y nos los culpo, yo tampoco lo haría.
Alisa y el bebé duermen conmigo, las pesadillas y los malos ratos que hemos pasado nos han llevado a eso. No quiero que suceda algo y luego no pueda hacer nada por no estar ahí con ellos. No me lo perdonaría, nunca.
ESTÁS LEYENDO
El cielo a mi favor
RomanceCuenta una antigua leyenda que un día estaban la vida y la muerte en una habitación. A pesar de plantearlas como grandes enemigas. Realmente eran grandes amigas, algo que nadie se imaginaría, eran tan diferentes una de la otra. La vida era color...