3. Daniella.

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Narra Marco

Miércoles, último entrenamiento abierto que Lopetegui permitía antes de batirnos en San Mamés. Odiaba demasiado los entrenamientos a puerta abierta, sabía que teníamos que ser agradables con la prensa, pero cada vez que estaban delante tenía que medir todos tus comportamientos y asegurarte de no hacer nada que se pudiera sacar de contexto.

Me hacía gracia cuando leía un nuevo titular en el que recalcaban piques entre compañeros en un rondo o por una falta echa adrede pero sin ninguna maldad. Cuando alguien nos daba una colleja y nos poníamos serios era parte de la broma, para acojonar al otro. Pero eso la prensa nunca lo entiende.

-Venga Marco, que siempre andamos los últimos - Isco estaba sentado frente a mí en el vestuario atándose las botas mientras yo me terminaba de poner la camiseta de entrenamiento.

-Eso lo serás tú - salí corriendo del vestuario escuchando un "capullo" por parte del malagueño. Siempre se las apañaba para acabar saliendo el último del vestuario.

Sin embargo, para los viajes largos siempre era el primero en llegar, no sabía cómo se las apañaba, era un chico peculiar. Llegué al centro del campo poniendo mi mejor sonrisa e intentando no gastar ninguna broma entre nosotros para evitar malentendidos como os he hablado antes.

-¿Y Alarcón? - Lopetegui se había aficionado a llamarnos por nuestros apellidos y era extraño porque aún no estábamos muy acostumbrados.

-Ha tenido un problema con las botas, ahora sale - poco a poco se me iban acabando las excusas para cubrir a mi compañero.

Apareció corriendo un minuto más tarde y pudimos comenzar con el entrenamiento. Carrera continua para mejorar la resistencia mientras asistencias diseñaban los circuitos que luego tendríamos que hacer con el balón.

-¡Oye Lucas! - la voz de Nacho interrumpió el silencio que se había generado mientras corríamos - ¿Qué tal está mini Luquis, a ver si nos le traes un día y le conocemos!

-Ni loco, no quiero traumatizarlo tan pronto - todos soltamos una carcajada y Nacho se hizo el ofendido.

Mientras tanto yo decidí dejarles bromeando para apretar un poco y conseguir alcanzar a la primera línea del grupo formada por Kroos y Bale, siempre tan concentrados en los entrenamientos, aunque también se les escapaba de vez en cuando alguna broma. Entre nosotros eso era inevitable.

El sonido del silbato de Lopetegui nos hizo parar y reunirnos de nuevo en el centro.

-Quiero un grupo de 10 y otro de 11, porteros os esperan allí - señaló una de las mitades de campo - Y los demás estaréis en las otra mitad del campo. Hoy toca condición física, así que ya sabéis, a sudar.

Isco resopló en voz baja, la última vez que lo hizo en alto el míster le echó la bronca del siglo por no mostrar interés. Estuvimos toda la semana gastándole bromas sobre ese tema. Cuando venía la prensa solíamos hacer condición física y desviar la atención de nuestra forma de juego.

Empezamos con abdominales, cada uno en una esterilla esperando que pasara el minuto más largo de nuestra vida.

-Marcos vas a tener que hacerme una de esas dietas tuya para poder superar estos entrenos - la broma de Ramos nos hizo a todos estallar en carcajadas mientras Marcos Llorente le hacía un corte de mangas para volver a la tarea de los abdominales.

-¿Podéis cortaros un poco que tenemos a la prensa delante? Seriedad - esa había sido la norma principal de Lopetegui, seriedad, no nos pedía nada más.

Dirigí mi mirado al lugar donde se solía colocar la prensa, estaban todos hablando por sus micrófonos con nosotros de fondo. Nunca terminará de gustarme la prensa.

-Por parejas y cogeis un cinta elástica - Nacho que estaba a mi lado fue a por la cinta y se colocó en frente de mi -Os la ponéis en la cintura y cada uno intenta correr hacia un lado ¿vale?

Eso estuvimos haciendo durante unos diez minutos en los que el calor se hizo más intenso, el Sol estaba justo encima de nosotros. Serían las doce y sólo nos quedaba media hora de entrenamiento.

-Equipo de Sergio coge los petos amarillos - el míster cogió una botella de agua y se la echó por encima, era septiembre pero hacia un calor de julio - El otro equipo elige campo, venga chicos, no tenemos todo el día.

Hasta el propio míster se volvía irritante cuando la prensa estaba presente. La última media hora la pasamos jugando al fútbol, de manera libre, sin demostrar el tipo de juego que íbamos a tener este año. En una de las jugadas de ataque, Ramos me entró un poco más fuerte de lo normal y acabé en el suelo con un golpe en el costado.

-¡Joder! - maldije en el suelo con mis dos manos en el costado derecho.

Jesús, el fisio, vino corriendo hacia mí para examinarme. Yo seguía con los ojos cerrados esperando a que se me pasara el pinchazo que sentía.

-Ponte boca arriba Marco - le obedecí y abrí los ojos para encontrarme con la cara de Ramos y Nacho - ¿Te duele aquí? - presionó en el costado y asentí un poco con la cabeza.

Me ayudó a incorporarme y pude respirar mejor. Salí fuera del terreno de juego y Jesús me examinó mejor.

-No ha sido nada, sólo el golpe, podrás seguir jugando sin problema - cogí la botella de agua y me la terminé antes de que Jesús volviera a dirigirse hacia mí - Pero puede que sea mejor que no juegues más, quedan sólo 5 minutos, quédate estirando bien la espalda.

Asentí con la cabeza y me puse manos a la obra. Minutos más tarde se unieron mis compañeros.

- Lo siento mucho Marco, nosabía que iba tan fuerte - Ramos era muy buen tío y lo último que quería era hacer daño a alguien.

- Tranquilo que no ha sido nada - me removió el pelo con la mano y siguió estirando.

-Mañana todas las portadas de fútbol "Ramos manda a Asensio al banquillo" - el chiste de Isco nos hizo reír a todos.

El malagueño siempre estaba igual, no callaba ni debajo del agua. Sin darnos cuenta vimos que la prensa había bajado a pie de campo y nos esperaban con sus cámaras al lado de la puerta.

-Anda, id a ducharos y luego volvéis, en unos 30 minutos, y hablaremos del partido del sábado ¿vale? - todos asentimos con la cabeza y fuimos derechos a los vestuarios.

-Isco ¿cómo os encontráis para hacer frente a San Mamés? - el periodista se puso realmente en frente de él y se vio obligado a contestar. Reí para mis adentros y entré en el vestuario sin mirar atrás.

Cinco minutos más tarde, apareció al final del pasillo maldiciendo mientras corría a ducharse.

-¿No quedan periodistas decentes que no pregunten por tu vida privada? - me sequé el pelo con la toalla mientras Lucas negaba con la cabeza y se iba con Isco a la ducha.

Nos sentamos en círculo al lado de la puerta de entrada, el único lugar donde daba la sombra. A unos metros de nosotros se encontraban numerosos cables y alguna de nuestras cámaras. Sabía que eran nuestras porque aparecía el logo del Real Madrid.

-Debéis estar concentrados, esa es la palabra cable, es un estadio que siempre se nos resiste y esta vez no va a ser así ¿vale?

No era nada que no hubiéramos podido hacer antes. La mentalidad de ganar siempre ha estado ahí y es lo que haremos.

La puerta de nuestra izquierda se abrió y aparecieron Álvaro y Alex con una chica joven, no tendría más de 20 años.

-Por fin os encontramos- fue Álex el que habló, como casi siempre que no callaba - Os queríamos presentar a alguien, esta es Daniella y va a hacer las prácticas de erasmus aquí con nosotros.

"Again" // Marco Asensio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora