38. Te quiero.

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Marco. 

Lo que pensé que nunca iba a pasar, estaba ocurriendo. La película era un tostón, ni si quiera la había seguido desde el principio, pero el mero hecho de mirar a mi derecha y ver a Dani comiendo palomitas mientras se ría de los chistes malos de los protagonistas, hacía que la noche estuviera siendo maravillosa. 

Salimos de la película a eso de las once de la noche. El frío y la niebla habían dominado las calles y mi coche era el único que quedaba en el parking del centro comercial. Parecía que nos acabábamos de meter en una película de suspense. 

-Me encanta el humor de las películas españolas, de verdad - Daniella aún seguía riéndose de la escena final. 

-Tampoco ha sido para tanto - montamos en el coche mientras la hacía de rabiar. Me sacó la lengua y arranqué el coche. 

Encendió su móvil que lo había apagado segundos antes de que empezara la película, y yo también. Queríamos evadirnos absolutamente del mundo entero, y en cierta medida lo habíamos conseguido. 

-Mañana ¿a qué hora tienes el entrenamiento? - me preguntó con los labios fruncidos. 

-Pues tengo que estar allí a las 10, me han dicho que a lo mejor empiezo mañana a entrenar con los demás.

-Eso es una muy buena noticia - acarició mi pierna con cuidado - Yo tengo que estar allí también a las 10. Nos espera un día muy duro, tenemos que organizar las ruedas de prensa previas a la copa del rey y luego volvéis a jugar el domingo ¿verdad? 

Asentí con la cabeza intentando cuadrar el calendario. Si todo iba bien podría jugar en una semana. 

-Genial, el jueves podré ir con vosotros al Bernabéu, pero no sé si viajaré a Barcelona con vosotros para cubrir el partido del Español. 

-Seguro que tarde o temprano Álex acabará dejándote en frente de la cámara - ahora fui yo el que acarició su muslo dejándome la mano allí durante unos minutos. 

Llegamos a mi casa y tuve que insistir para que se quedara a dormir conmigo.  

-Así vamos los dos juntos al trabajo, nadie sale perdiendo, iremos en un solo coche y el ambiente te lo agradecerá. 

-Sí, claro - rió - Lo haces por el medio ambiente, que buen ciudadano. 

Creo que ese fue el motivo por el que aceptó quedarse a dormir conmigo. Nos metimos en la cama nada más ponernos el pijama, estábamos agotados pero a la vez felices. Me sentía con un adolescente que había tenido su primera cita. 

-Gracias por esta noche Marco - la cabeza de Dani descansaba a escasos centímetros de la mía. 

-Me siento una persona normal y corriente después de tanto tiempo, y eso es gracias a ti - acarició mi mejilla para acercarse y darme un beso. 

-Te quiero, te quiero de verdad y me da un miedo terrible - se mordió el labio intentando contener las emociones. 

Pase mi brazo por su cabeza y la abracé con todas mis fuerzas. 

-Cuando me di cuenta que te quería, pasé la peor noche de mi vida, pensé que lo nuestro se estaba acabando y que no podría hacer nada para evitarlo - mi confesión hizo que mi cuerpo temblara y que el de ella me abrazara más fuerte.

Yo tenía miedo de perderla, y ella tenía miedo de quererme. Dos sentimiento muy diferentes, pero a la vez iguales y sinceros.

-No me vas a perder nunca, te lo prometo - selló su promesa con un beso.

-Y yo te abrazaré cuando sientas ese miedo y te diré "te quiero" todas las veces que haga falta  - acaricié su mejilla y mi mano se perdió por su espalda.

Seguimos así abrazados hasta que su respiración se volvió monótona. Entonces fue cuando pude mirarla más detenidamente, sin que sus mejillas se sonrojaran y sin hacerla sentir incómoda.

-Te quiero - susurré antes de quedarme dormido.

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La mañana estaba siendo tranquila, había comenzado a entrenar con los demás y ya era noticia en Twitter. Y como siempre, había tanto buenos como malos comentarios, pero decidí apartarlos en mi mente, bloquear el móvil y seguir en busca de Daniella. 

No la había visto en toda la mañana, estaban muy liados con todos los partidos de esta semana y es que desde que se fue Álvaro, son uno menos y no tardarían en contratar a alguien más para que ellos gozaran de algunos días libres a lo largo de la semana. 

Revisé primero la sala de prensa por si estaban preparando la entrevista de esta tarde, pero solo había algunos técnicos colocando las cámaras. Fui a su despacho, pero estaba cerrado con llave. Me di por vencido y fui derecho a la sala donde nos juntábamos todos. 

Y ahí estaba ella, al lado de un chico que era más o menos de mi altura, tenía su mismo color de pelo y se podía ver a la legua que era italiano, debía de ser su hermano. 

-¡Marco! - Daniella cogió la mano del chico y se acercó a mí dándome un beso antes de hacer las presentaciones - Este es Pietro, mi hermano - le tendí la mano - y él es Marco - le dijo a su hermano quien también me tendió la mano.

Tenía una sonrisa encantadora pero a la vez fallaba algo, no era igual que la sonrisa de Daniella y cada vez que me miraba estaba comenzando a tener una mala sensación. 

-¿Y cómo te va por Madrid? - decidí preguntar para sacar un tema de conversación. 

-Le he conseguido una entrevista de trabajo para hoy mismo, estamos esperando a que venga Pablo - Pablo era el fisioterapeuta que controlaba todo, por decirlo de alguna manera, era como el jefe de todo el equipo técnico. 

-Pues mucha suerte, seguro que entras sin problema - no sabía si eso era lo que quería decir exactamente, pero tenía que hacerlo, más que nada porque se suponía que era mi cuñado,  el hermano de mi novia y no podía defraudarla. 

En seguida apareció Pablo por el pasillo y se fueron a una sala para realizar la entrevista. Daniella y yo nos quedamos en la sala junto a algunos otros de la plantilla que esperaban la hora de comer. 

-Tu hermano es poco hablador ¿verdad? - nos habíamos sentado en los sofás con vistas a los campos. 

-No sé qué le pasa, desde que vino a Madrid se ha vuelto más callado, intento sonsacarle algo, pero no hay manera - note la preocupación en su cara, y no supe qué hacer. 

Se notaba a leguas que algo le sucedía, pero no iba a decirlo eso a Daniella. Así que, por primera vez en mucho tiempo mentí. 

-Seguro que es porque aún no se adaptado a todo esto, ya verás que cuando encuentre trabajo y se haga a Madrid vuelve a ser el de antes - Dani me miró con una sonrisa y me besó. 

-Tengo que irme a trabajar, que aún nos quedan muchas cosas, tengo que prepararme para mi primer partido en el Bernabéu - me guiñó un ojo y me volvió a besar - Por cierto, yo también te quiero. 

Me acababa de contestar a lo que el había dicho mientras ella dormía, o eso creía yo. Salió de la sala y no pude apartar la mirada de ella hasta que que giró a la derecha y se perdió por el pasillo.  

"Again" // Marco Asensio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora