22. True.

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Marco. 

Nada más despertarme fui derecho a desayunar, tenía el entrenamiento dentro de hora y media y me tenía que dar prisa para seguir con los horarios de las comidas. La verdad es que tanto Llorente como yo somos los únicos que respetamos esos horarios cuando no nos concentramos. 

Nada más entrar en la cocina, mi hermano me tenía preparado el café junto a las tostadas. Cuando hacia esto era porque algo quería. Le miré fijamente y no pudo evitar la risa, sabía que había adivinado sus intenciones, cosas de hermanos. 

-¿Qué es lo que quieres? - me senté y comencé con mi desayuno ligero antes del entrenamiento, después vendría uno de recuperación que tomábamos todos allí. 

-No es por querer nada, es para celebrar - levantó su taza con café y yo le imité - He conseguido que me trasladen aquí.

Me guiñó un ojo y chocó su taza con la mía. No sabía como reaccionar. Por fin dejaría de estar solo todas las tardes, sin tener nada en lo que tener entretenida mi cabeza. 

-Pero no todo puede ser bueno - fruncí el ceño y me quedé mirándolo fijamente - Lucía quiere hacer las prácticas del máster aquí y hemos decidido irnos a vivir juntos. 

Vaya, eso no me lo esperaba. Había sacado conclusiones demasiado rápido. 

-Ya sabes, llevamos un par de años juntos y nos gustaría empezar una etapa juntos aquí en Madrid - me estaba diciendo mentalmente que no fuer aun egoísta y que debía alegrarme por mi hermano. 

-Lo entiendo, de verdad, y quiero que sepáis que si tenéis que quedaros aquí en casa hasta que encontréis algo no hay problema, podéis venir cuando queráis ¿vale? - era la pura verdad, en algunas ocasiones le envidiaba, pero siempre me alegraría por todas las cosas buenas que le sucedieran. 

-No lo dudes que lo haré, paro eso están los hermanos - brindamos otra vez y seguimos con el desayuno. Le mandé un mensaje a Daniella para decirla que hoy no iba a ir a buscarla porque estaba de baja y le advertí que ni se le ocurriera aparecer por allí. 

Preparé mis cosas del entrenamiento y me paré en la entrada para coger la chaqueta roja del Real Madrid y las llaves del coche. 

-Oye - mi hermano me llamó la atención desde la cocina - Ni caso de la prensa ¿vale?

Me lo repetía todas las mañanas que estaba aquí, sabía lo importante que era mantener la cabeza en el juego y en la tierra, alejado de toda fama que me acechaba día tras día. 

-Lo tengo todo controlado - me acerqué a él y le di un abrazo antes de irme.

-De esto estoy seguro, Daniella te dará buenos consejos - le tiré el trapo que había encima de la mesa y salí corriendo en dirección al garaje. 

Llegué al entrenamiento el primero, como de costumbre. Me gustaba pasear por los pasillos de las instalaciones para seguir asimilando que mi sueño se había hecho realidad. Al final del pasillo apareció Isco, con una felicidad bastante extraña para ser primera hora de la mañana. 

-Isquito duerme conmigo todos los días excepto los fines de semana que su madre libre de trabajar - no me lo podía creer. Me lancé a sus brazos y le di la enhorabuena. 

-No sabes cuanto me alegro, de verdad - le revolví el pelo de forma cariñosa y caminamos hasta los vestuarios donde ya se oía algunas voces - ¿Habéis conseguido un acuerdo?

-Sí, después de entregar todas las pruebas que he entregado el abogado me ha dicho que no tardarían en llegar a un acuerdo antes de ir a juicio. 

-Es mejor así, por las buenas - entramos al vestuario y comenzaron las bromas. 

Isco estuvo contando de nuevo lo de su hijo. Aquí todos éramos como una pequeña familia, donde incluso hablábamos de las cosas más personales y serias que os podéis imaginar. El tema del hijo de Isco era lo que más nos preocupaba a todos. El pobre niño no dejaba de ir de una casa para otra, y la madre le exigía una pensión a Isco de mi euros solo porque sabía que tenía dinero. Lo peor es que el niño pasaba más tiempo con su padre que con su madre. 

El pobre ha estado durante un año pagando esa cantidad solo para que ella no fuera a juicio a exigir la custodia completa porque Isco no estaba cualificado para cuidar de su hijo por el tipo de trabajo que tenía. 

-¡Ey! ¿Os habéis enterado de lo de Rubén? - Sergio entró por el vestuario haciendo que todos dejáramos de hablar - Le han echado del club y le han puesto una orden de alejamiento contra alguien, el míster no me ha querido dar todos los detalles porque no es de nuestra incumbencia. 

Isco, Nacho, Lucas y yo nos miramos entre nosotros. Habíamos sido los únicos testigos de aquello junto con Álex, que estaba claro que no iba a decir nada. 

-He visto esa mirada Marco, tú sabes algo - Marcelo me señaló con el dedo acusatorio justo después de que comenzara a negar con la cabeza. 

-Vamos a entrar antes de que el míster nos eche la bronca - Isco, Nacho y Lucas se levantaron a la vez para salir del vestuario y eso fue lo que nos delató. 

-Va, soltadlo, sabéis como funciona esto - Marcelo los obligó a sentarse de nuevo y yo me levanté para ponerme en el centro. 

-Lo sabemos, pero no es nuestro derecho decirlo, debe quedarse en las personas que lo sufrieron y nada más.

-¿Cómo puedes ser tan político Marco? - Carvajal pocas veces hablaba, pero cuando lo hacía era porque estaba comenzando a mosquearse - Contadlo antes de que nos enteremos por otro lado, tampoco ha tenido que ser tan grave. 

-Rubén pegó a Dani ayer antes de comer - la voz del gallego cortó el aliento de todos. 

-¿Que hizo qué? - Sergio se levantó de inmediato del banco y apretó los puños - Pero que hijo de puta. 

-Presenciamos la escena, conseguimos pararle antes de que llegara a más, Daniella tiene una semana de baja y después continuará con las prácticas como si nada hubiera pasado - hablé para calmar el ambiente que se había generado en el vestuario. 

-Desde siempre sabía que ese no era de fiar, que tarde o temprano acabaría liándola, y lo ha tenido que hacer con una pobre chica que acaba de venir a hacer las prácticas, cómo se puede ser tan...

-¡Eh! ¡Qué pasa aquí! Todo el mundo al campo - Lopetegui tocó el silbato y Sergio continuó su discurso mentalmente. 

Mañana nos tocaba partido contra el Levante, después jornada de Champions y el sábado siguiente derbi contra el Barcelona. 

Las preguntas en las ruedas de prensa con respecto al derbi comenzaban a hacer presencia y aún no estábamos muy seguros de cómo responder a ello. Justamente, estar tarde a las cuatro teníamos una rueda de prensa aquí, en Valdebebas. 

Nos sentamos en círculo a estirar mientras el míster se quedaba en el centro y nos hablaba del partido de mañana. Ya había dicho la convocatoria y el once inicial no lo sabríamos hasta mañana por la mañana. Muchas veces lo teníamos claro, pero algunas otras no. 

-Bueno, ya sabéis la forma de juego por la que apuesto, así que posesión y concentración chicos, ese tiene que ser nuestro fuerte - todo el mundo dejó de mirar al entrenador para mirar algo que estaba sucediendo a mi espalda. 

Giré la cabeza con igual que Isco que estaba a mi lado y vi la figura de Álex junto a la de Daniella que se dirigían a nosotros con unos papeles en las manos. 

-¿No estaba de baja? - me preguntó el malagueño en voz baja. 

-Eso se suponía. 

Se situaron a mi lado y se sentaron con nosotros. Daniella lo hizo con cierta dificultad y con un gesto de dolor en la cara. Había maquillado su lado izquierdo de la cara y a penas se apreciaba el color púrpura de su mejilla. En la herida tenía vetadine y sabía que acababa de venir de curarse de la enfermería. 

-Oye ¿os pensabais que alguien como Rubén me iba hacer tirar la toalla? - me miró de reojo y sonrió - Si pensabais que sí, es que todavía no me conocéis - miró su papel y se puso seria - Vamos a hablar de lo importante, la rueda de prensa de esta tarde. 

Nuestras caras debían de ser un poema. No había intentado ocultar nada, incluso lo había dejado bien claro. Tenía una seguridad en sí misma que ya me gustaría a mí tener. Comenzó a hablar y no pude dejar de mirarla. 

¿Qué estás haciendo conmigo Daniella?

"Again" // Marco Asensio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora