"Again" // Marco Asensio

19. Enfermería.

Daniella.

No sabía qué había pasado, todo se había vuelto oscuro y una pequeña neblina negaba mi visión. Escuchaba voces de fondo, algunas más fuertes que otras, también sentí una patada en mi estómago antes de soltar un grito de dolor.

Todo se había ido a la mierda en cuento Rubén fue en mi búsqueda. Sentí unas manos sobre mí y me encogí, pensando que podía ser otra vez él.

-Tranquila, tranquila, todo está bien - la vista se me aclaró y pude ver el rostro de Nacho que estaba tratando de ayudarme. Había puesto una mueca en cuanto me había apartado las manos de la cara, tenía algo pegajoso junto a mi ojo derecho, debía ser sangre.

-¡No vas a volver a pisar este sitio! - la voz de Rubén se seguía escuchando por encima de todos los insultos que Marco o Isco estaban relatando por su boca.

Quería levantarme, incorporarme y ver qué era lo que estaba pasando pero el dolor de la patada se extendió por todo mi costado derecho estremeciéndome.

-Será mejor que no te muevas - Nacho me acarició el hombro para que me tranquilizara, cosa que era imposible en un momento como este. La impotencia inundaba cada parte de mi cuerpo adueñándose de sí misma, haciéndome temblar y que si aguaran mis ojos.

En ese momento, otro rostro al lado de Nacho apareció, una cara de preocupación y de dolor al verme. Se agachó junto a Nacho y me acarició la mejilla con todo el cariño del mundo mientras se aseguraba de borrarme las lágrimas de impotencia que estaban cayendo de mis ojos.

-No va a volver a tocarte, te lo prometo - nunca había oído la voz de Marco con tanto dolor y preocupación -Todo va a salir bien ¿vale?

Asentí con la cabeza y tragué saliva, tenía la boca seca y pastosa, todo había pasado en tan poco tiempo que no me había dado tiempo a asimilarlo. Intenté de nuevo incorporarme, obviando el dolor de mis costillas.

-Espera, que te ayudamos - Nacho se colocó a mi izquierda y Marco a mi derecha, colocaron sus manos en mi espalda y me ayudaron a incorporarme con cuidado.

-Deberíamos ir a la enfermería - dijo Nacho mientras observaba de cerca mi lado derecho de la cara.

En cuanto mi mirada se dirigió a la puerta negué automáticamente con la cabeza. Ni de coña iba a volver a entrar ahí sabiendo que el loco de Rubén podía seguir por ahí.

-Ey - Marco habló de una forma suave haciendo que girara mi cara para mirarle - Rubén no está, se lo han llevado los de seguridad, no volverá a pisar estas instalaciones, todo está bien Daniella.

Pronunció mi nombre de una manera dulce y sincera, con esa voz podría calmar a cualquiera. Me incorporaron con cuidado y fuimos a la enfermería. El camino se me hizo eterno hasta llegar allí, no paraba de mirar por encima de mi hombro por si acaso. Cada vez que lo hacía Marco me apretaba fuertemente la mano, asegurándome de que no había nadie allí, solo nosotros que íbamos a la enfermería.

Una vez allí, Marco le contó todo a Juan, el médico, porque yo no me veía con fuerzas como para contarlo todo de nuevo. Y a decir verdad, no sabía realmente qué era lo que había pasado antes de que me pegara.

-Túmbate cariño, vamos a ver qué ha pasado - me cogió del brazo con cariño y obligó a Marco y a Nacho a salir de la consulta - Túmbate boca arriba.

Lo hice de manera lenta, intentando no marearme y controlando mis emociones para que no se descontrolaran ahora mismo. Juan me puso la linterna sobre los ojos examinándolos, me limpió la herida y también me miró el costado donde había recibido la patada.