63. Eterno.

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Marco

Una semana más tarde estábamos en casa como si nada hubiera pasado. Daniella descansaba con la pierna en alto en el jardín y yo terminaba de preparar la cena. Todo se había calmado, ella terminaba su tfg desde casa y también trabajaba desde casa, mientras que yo me había puesto al día con los entrenamientos y volvía a darlo todo. 

Coloqué todo en la bandeja y salí al jardín dónde Daniella esperaba pensativa. 

-¿Pasa algo? - pregunté mientras colocaba su plato y el mío en la mesa. 

-Después de cenar... - me miró dubitativa - ¿Podemos leer la carta de mi madre?

Casi derramo todo el agua cuando lo dijo. Llevaba una semana entera esperando a que Daniella diera el paso ella sola, a que estuviera preparada para afrontar lo que esa carta guardaba. Y así fue, cenamos y en cuanto recogí todo nos fuimos al sofá con el sobre en la mano y el ordenador. Seguramente dentro del sobre había un USB, o al menos lo parecía. 

Lo primero que hizo fue leer la carta que iba destinada a mí, donde me pedía que protegiera a su hija ante todo peligro. 

-Has cumplido tu cometido - me dijo Daniella con los ojos llorosos tras leer la primera carta. 

A continuación, abrió el sobre y, efectivamente, había un USB que metimos en mi ordenador. Solo había un único archivo y era un vídeo. Daniella me miró dudosa y yo fui quien hizo play en el vídeo para que se reprodujera,  pero antes de nada Dani me cogió de la mano. 

Una mujer de mediana edad, con el pelo canosa y claros síntomas de cansancio apareció en la pantalla. Suponía que era la madre de Daniella porque tenían la misma sonrisa y los mismos ojos. 

"Hola cariño, no sé por donde empezar". La mujer también había comenzado a emocionarse al igual que nosotros. "Me arrepiento de tantas cosas, de tantas malas decisiones que he tomado. Pero lo único de lo que no me arrepiento es de haberte tenido a ti. Eres lo mejor que me ha pasado en toda mi vida y no he sabido valorarlo. Quiero que sepas, que aunque tú no me vieras yo siempre he estado ahí, siguiendo todos tus pasos y apoyándote de la mejor manera posible." 

Daniella me agarró más fuerte de la mano. 

"Pensarás que he sido una cobarde, y lo fui. Por eso estoy haciendo esto mi vida, porque me he cansado de esconderme de tu padre y...de tu hermano. Porque había comenzado a seguir los pasos de tu padre hacía unos meses atrás, y tú lo sabías aunque no quisieras admitirlo".

Miré a Daniella de reojo y vi cómo las lágrimas caían por su cara, pero es que las mías también. 

Estábamos presenciando una despedida, sabíamos cómo iba a acabar este vídeo, pero jamás pensábamos que nos iba a doler tanto.

"Todo tiene que terminar conmigo porque fue con quien empezó. Aquella llave que te di antes de huir de casa es la llave de una caja fuerte de un banco. Sí, lo que oyes, todo lo míos pasará a ser tuyo en cuanto yo me muera. Tu padre y tu hermano perseguían esa llave porque sabían de la existencia de la caja fuerte al encontrar mi testamento en una de las tantas cajas que dejé en Italia. El problema es el falló que cometí al hacer el testamento. En él decía que podrían abrir la caja fuerte tu padre, tu hermano y tú en el caso de que yo estuviera viva. Pero cuando yo muriera solamente podrías abrirla tú". 

Todo pareció encajar tras esas palabras. Dani y yo nos miramos y comprendimos qué era lo que iba hacer. 

"Me he cansado de huir, de luchar y puede que esta sea la decisión más cobarde de mi vida, pero será la última y yo me iré sabiendo que estás a salvo y que tienes a tu lado a un chico que te quiere." Daniella había comenzado a sollozar y yo la estrechaba contra mi pecho mientras mis lágrimas aterrizaban en su melena. 

"Siento no haberte dado la mejor infancia cariño, pero espero darte un mejor futuro. Cuida de Marco porque te quiere, y... yo también te quiero mi vida". La madre de Daniella se levantó del sofá y apagó la cámara. 

Todo se quedó en negro, no había nada que hacer. La madre de Dani se había sacrificado por ella. 

-Se ha muerto sin saber que mi padre y mi hermano también - sollozó Dani - si hubiera esperado un poco más... - lamentó. 

Necesitaríamos terapia después de todo esto. Las imágenes de su madre comenzaban a mezclarse con las de la muerte de su padre y de su hermano. Todo lleno de sangre, todo esto sufrimiento simplemente por dinero. 

Daniella cogió el sobra donde estaba el USB y vio que había una tarjeta. 

-Debe ser la dirección del banco - le dio la vuelta a la tarjeta y efectivamente, era la dirección del banco con el número de la caja fuerte y las instrucciones a seguir.

Nos quedamos en silencio intentando recuperarnos del vídeo. Ya no podíamos hacer nada, todo se había acabado mientras nosotros esperábamos a que apareciera el siguiente asalto. 

-No me puedo que creer que todo haya acabado, y que haya sido de esta manera - Daniella se juntó más a mí estrechándome con fuerza. 

-Lo sé cariño, pero nos recuperaremos de todo esto, siempre lo hacemos - eran palabras que salieron de mi boca sin pensar porque no sabía que tipo de consuelo podía darle y eso me frustraba más de lo que podía imaginar. 

-Me he quedado sin nada Marco - se separó de mi y me miró a los ojos - Ya no tengo a nadie, era la única familia que me quedaba. 

-Escúchame - cogí su precioso rostro entre mis manos - Me tienes a mí ¿vale? No estás sola en este mundo, jamás lo estarás. 

-¿Y si... y si esto se acaba? - preguntó con miedo. 

-No se va acabar porque nos queremos y porque hemos luchado por esta relación como nadie más. Esto será eterno.

-Esto será eterno y un poco más. 

Sonreí antes de besarla y empezar a sentir cómo todos los cimientos de nuestro alrededor comenzaban a construirse de nuevo. 

"Again" // Marco Asensio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora