Daniella.
Me dolía la cabeza de una manera que no era normal. Los médicos me habían dado todos los calmantes posibles, pero nada me hacia efecto. Cuando me dejaron sola, pude suspirar y dejar que algunas lágrimas de frustración cayeran por mi mejilla. Miré a mi derecha y vi una bolsa con mi nombre y mis cosas. Ahí estaba lo que tanto quería mi padre, y lo iba a proteger aunque fuera lo último que hiciera. No sabía por qué, pero sabía que mi madre lo hubiera querido así.
-¿Se puede? - la voz de Marco resonó por toda la habitación y me sentí como en casa.
-Si - carraspeé para que no se notara mi ligera afonía.
Tenía el pelo revuelto y una cara de sueño que no podía con ella, pero aún sonreía para que me sintiera tranquila y protegida.
-¿Cómo estás? - se sentó en la silla que había al lado de mi cama y me cogió la mano.
-Mejor, ahora mucho mejor - me acerqué a él y le di un beso. Lo necesitaba tanto - Me han dicho que en un par de días me sentiré mucho mejor. Mañana a primera hora me dan el alta.
Acarició mi mejilla y apoyé mi cara contra su mano, estaba cálida y suave, como las de mi hermano. Su recuerdo me provocó una punzada de dolor que traté de disimular. Marco me miró preocupado pero relajó su cara cuando le besé de nuevo.
-Cariño - se separó de mí mirándome fijamente, dudando en cómo decirme aquello - La policía está fuera, quieren hablar contigo sobre lo que pasó.
-¿Podrás quedarte conmigo? - no sabía cómo iba a funcionar todo esto ahora y tenía miedo, miedo de verdad, de que todo esto no sirviera de nada y volvieran a aparecer.
-No me voy a separar de tu lado, te lo prometo - me besó la mano y me la apretó con fuerza.
Y así fue, los policías llegaron después y él no se movió de la silla. Tuve que contar todo con el mínimo detalle, cada cosa que me había dicho y hecho mi padre hasta que perdí el conocimiento.
-Perdió el conocimiento en el suelo, pero sin embargo, usted la encontró en la cama ¿verdad? - Marco asintió con la cabeza.
-¿Le han hecho las pruebas necesarias para saber si fue violada? - dejé de apretar la mano de Marco y sentí que mi corazón dejó de palpitar.
Marco me miró y yo no pude decir nada porque la idea de que mi padre me hubiera puesto una mano encima se me hacía impensable. Si hubiera sido capaz de eso, dejaría de ser mi padre en ese mismo momento. Por un momento se me pasó la imagen de mi hermano por mi cabeza, no, él sí que no. Es mi hermano, me quiere, o eso creía yo.
-No - fue lo único que pude decirle a la policía.
-De acuerdo, no se preocupe, le diremos a los médicos que se las hagan y nos pondremos en seguida con la búsqueda y captura de su padre y su hermano - uno de los policías se iba a marchar, pero el otro le detuvo.
-Una última pregunta - me miró fijamente y me sentí intimidada - ¿De verdad no sabe para qué sirve esa dichosa llave que están buscando?
-No, siempre la he guardado pero nunca he encontrado ningún lugar que pueda abrir.
-Está bien, que tenga buena noche, ya recibirán noticias de nosotros - el otro policía se despidió y pude respirar tranquila en cuanto desaparecieron de la habitación.
Al momento vinieron las enfermeras para hacerme aquellas pruebas.
-Disculpe caballero, pero no puede estar aquí - él simplemente asintió y se marchó lanzándome una mirada tranquilizadora.
Sin embargo, yo era un matojo de nervios. No porque las pruebas dolieran, sino por su resultado. Si dieran positivo, no sería capaz de recuperarme de esto.
Tardaron media hora larga, repitiéndome que estuviera tranquila, dándome una tila e incluso dejando entrar a Marco para que lograra tranquilizarme.
-Los resultados estarán a primera hora de la mañana.
Asentí con la cabeza, no podía pronunciar nada sin que se me cortara la voz. Iba a ser la noche más larga de mi vida. Al rato entró Isco con una rosa y una caja de bombones, era un sol. Había ido a casa y se había duchado, pero había vuelto a verme. Estaba comenzando a darme cuenta que las personas me querían.
-Marco, vete a casa, descansa y luego vuelves, aún tienes tiempo - dijo Isco con la voz tranquila dándome los bombones y la rosa.
Marco me miró dudando, él no sabía qué hacer y yo tampoco sabía lo que quería que hiciera. Por una parte, le quería a mi lado, le necesitaba, pero por otra, ver sus preciosos ojos cansados y su preocupación no ayudaba mucho. Asentí con la cabeza y una leve sonrisa se le dibujó.
-Te cogeré algo de ropa para que mañana puedas cambiarte aquí ¿necesitas algo? - negué con la cabeza y se acercó para despedirse.
Me dio un beso y me repitió mil veces que volvería pronto. Se fue de la habitación preocupado pero sabiendo que me dejaba en buenas manos.
-Por favor, espero que te puedas incorporar lo antes posible porque sin ti, el club se cae - reí ante el comentario de Isco.
Eso era lo que necesitaba, hablar de algo trivial, de algo que no fuera mi padre, mi hermano o la posibilidad de haber sido violada.
-Siempre quedan las videoconferencias - le guiñé un ojo y él rió sentándose a mi lado.
Me miró fijamente, cogió mi mano y yo no pude evitar empujarle para abrazarle. Y lloré, no quería, pero lo necesitaba. Tenía que dejar que saliera toda la angustia que llevaba acumulando durante todo el día.
No dijo nada, no trató de consolarme, ni tampoco me dijo que todo iba a salir bien, simplemente me dio sus brazos y lo agradecí.
-Lo siento - dije unos minutos después cuando mis ojos se habían cansado de derramar agua.
-Aquí el único que lo siente soy yo - me separé de él y le miré con los ojos dubitativa - Tendría que haber ido contigo y no haber aceptado un "no" por respuesta.
-Ni se te ocurra sentirte culpable por nada de esto ¿vale? - le miré fijamente y él asintió con la cabeza.
Me puse de lado en la cama mirándole y él acercó la silla aún más si podía.
-Duerme un rato, hasta que venga Marco, tienes que estar cansada.
-No quiero cerrar los ojos, no quiero que sea mañana y que... - no me dejó acabar la frase, sabía a lo que me refería, pero él intentó evitarlo a toda costa.
-No lo digas, simplemente descansa, lo que tenga que ser, será, pero no ahora.
Nos quedamos unos minutos mirándonos hasta que habló de nuevo.
-Sara está embarazada - abrí mis ojos como platos y me incorporé dispuesta a darle un abrazo, esta vez sin empaparle la camiseta.
-Me alegro muchísimo, enhorabuena - le achuché todo lo fuerte que pude mientras su risa hacía eco en mis oídos.
-Muchas gracias, aún es pronto para saber sexo del bebé, pero bueno.
Y así me quedé dormida, hablando con Isco sobre pañales, cunas y cómo sería tener un segundo hijo. Escuché que llegaba Marco y me daba un beso de buenas noches mientras maldecía lo incómoda que era la silla, pero estaba demasiado cansada como para abrir los ojos.
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"Again" // Marco Asensio
Fanfiction"-¿Por qué te empeñas en que lo nuestro no puede funcionar? - la miré una vez más, el rímel cubría gran parte de sus mejillas, no era la primera vez que hablábamos de esto, pero sí la primera vez que la veía llorar de esta manera. -Porque lo intent...