54. Car.

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Marco

Habían pasado dos semanas sin tener noticias de nada. Hoy Daniella volvía al trabajo después de haberse recuperado perfectamente de todo lo que había pasado. Mi padre se fue ayer dejándonos un vacío que tardaríamos en acostumbrarnos. 

Nos ha ayudado tanto a mí como a Daniella. En estas dos semanas había comenzado a dejar de echarme todas las culpas y a ver la vuelta de Zidane como el comienzo de una nueva etapa. Me sentía mejor conmigo mismo y me dejaría la piel en el campo. 

En cuanto a Daniella, ha aprendido a dejarse querer y ayudar. Seguimos sin tener noticias del abogado y de cómo iba la denuncia, pero en cuanto sepamos algo mi padre ha insistido en que se lo digamos para venir a ayudarnos. 

-¡Final del entrenamiento! - gritó Zidane y todos nos fuimos camino al vestuario. 

Era viernes y en dos días jugábamos contra el Huesca. No teníamos nada que ganar, eso lo sabíamos, pero debíamos mantener la misma actitud y luchar por el segundo puesto. 

-¿Cómo está Daniella? - me preguntó Isco quedándonos los últimos en el campo. 

-Mucho mejor, la presencia de mi padre la ha ayudado muchísimo, tanto a ella como a mí - Isco pasó un brazo por mi hombro y con el otro me revolvió el pelo. 

-Me alegro muchísimo, y en cuanto a las cartas ¿se sabe algo más? - negué con la cabeza intentando olvidar ese tema.

-Necesito contárselo a Dani, me reconcome por dentro todos los días - era la pura verdad, pensar en que llevaba todo este tiempo engañándola me hacía sentir que la estaba traicionando y echando a perder toda nuestra relación. 

-Hagamos una cosa - me paró justo antes de cruzar la puerta que nos llevaría al pasillo del vestuario - Si recibes otra carta, se lo diremos ¿vale? Sino, dejaremos que las cosas sigan su curso y que el abogado se encargue de todo esto. 

Asentí con la cabeza no muy convenido, cambié el chip y me adentré en la nube de vapor que salía de las duchar donde todos bromeaban y reían. 

Quedamos todos en la sala principal esperando a Zidane para que diera la lista de convocados para el partido del domingo. Pero aprovechando que quedaban aún diez minutos hasta que llegara, decidí pasar por la oficina de Dani para ver cómo estaba yendo su primer día de trabajo. 

La puerta estaba abierta y ella leía atentamente la pantalla de su ordenador con sus gafas de pasta que utilizaba cuando trabajaba y su barbilla apoyada en una mano. Llamé al marco de la puerta y se sobresaltó. 

-Hola cariño - habíamos empezado a coger la costumbre de llamarnos así y era lo mejor que habíamos podido hacer en mucho tiempo. 

-¿Qué tal tu primer día de trabajo? - me acerqué a ella y me senté al lado de su silla dándola un beso. 

-Bastante bien, he organizado vuestras agendas que tenéis unos cuantos días de promociones y he hecho la crónica del entrenamiento - miré la pantalla del ordenador y tenía el correo de la universidad abierto - En un mes entrego el tfg y me ha dicho mi tutor que el borrador entregado está listo para ser presentado. 

Era una de las mejores noticias que podía recibir, últimamente había estado muy agobiada con ese tema porque le costaba mucho encontrar bibliografía sobre la mujer en los medios de comunicación, pero había hecho un trabajo asombroso. 

-Eres la mejor - acerqué su silla de ruedas a la mía y la besé de nuevo disfrutando de sus labios y su cariño. 

-¿Ya sabéis la lista de convocados? - preguntó cambiando de tema. 

-En diez minutos nos la dicen y después comeremos aquí todos juntos ¿te apuntas? - miró la hora del ordenador y se quedó varios segundos callada mientras calculaba la cantidad de cosas que tenía que hacer. 

Asintió con la cabeza, se levantó y me acompañó hasta la sala principal donde los demás nos miraban atentamente. Solo Isco estaba al corriente de todo, los demás seguían preguntando el por qué de la baja de dos semanas de Dani. Siempre contestábamos los mismo: gripe. Pero muy pocos eran los inocentes que se lo creían. 

Se dio la vuelta y desapareció por el pasillo cruzándose con Zidane quien le guiñó un ojo y entró por la puerta con la lista de convocados de la mano. 

La comida había pasado, como de costumbre, entre risas, contando chistes y vacilándonos los unos a los otros. Por mucho que se viera tensión, el ambiente en el vestuario seguía siendo el mismo. 

-Bueno chicos, va siendo hora de que nos vayamos que al final nos echan de aquí - dijo Daniella mientras mirábamos a nuestro alrededor. Eran las 4 de la tarde y los camareros habían recogido las meses hacía una hora. Sólo quedábamos Isco, Reguilón, Ramos, Lucas, Dani y yo, los de siempre. 

-¿Alguien necesita que le llevemos? - pregunté sabiendo que en muchas ocasiones veníamos varios en un coche. 

Todos negaron con la cabeza así que pusimos rumbo al garaje. Daniella y yo íbamos de la mano bromeando con los demás y acercándonos al pasillo donde estaban nuestros coches. Solté la mano de Dani para rebuscar en mi bolsa de deporte las llaves del coche cuando escuché un susurro de sorpresa. 

Miré hacia atrás y todos se habían detenido mirando fijamente a un punto. Me giré y vi mi coche completamente destrozado. La luna delantera estaba rota, los faros estaban hechos añicos y la carrocería que antes era negra tenía brochazos de pintura blanca. 

Un sobre blanco estaba enganchado en uno de los parabrisas y antes de que pudiera reaccionar Daniella iba derecha a él. Tenía los ojos vidriosos y sabía que en los más profundo de su ser era consciente de quién había hecho todo aquello. 

-No puedo ser - murmuró controlando el temblor de su voz. 

Abrió el sobre cómo pudo leyendo el contenido sin hacernos partícipes a los demás. Isco apoyó una de sus manos en mi hombro y ambos pensamos lo mismo: esto iba completamente en serio. 

Dani me miró fijamente, derrumbándose por dentro y apoyándose contra la columna que había junto al coche. Se dejó caer hasta el suelo y comenzó a hiperventilar. Nos acercamos todos rápidamente corriendo, unos para ayudar a Dani y otros para ver qué ponía en la maldita carta. 

Reguilón se encargó de lo primero situándose a su lado y ayudándola a respirar una vez más. Los demás cogíamos la carta que yacía en el suelo y con manos temblorosas la di la vuelta para ver la parte escrita. 

"La cuenta atrás comienza ya, 48 horas. Te estamos vigilando". 

Se había desatado el caos. 

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Buenos días!!! Lo primero de todo es que lo siento muchísimo por tardar tanto en subir capítulo, pero ya sabéis es época de exámenes y el tiempo es oro. Espero poder subir con mayor regularidad, pero no prometo nada. 😪😟

Muchísimas gracias por leer💕💕, y espero vuestros comentarios 💫😌

"Again" // Marco Asensio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora