23. Publicación.

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 Daniella.

Todos me miraban fijamente, pendientes de los movimientos que hacía o de las muecas de dolor que ponía. Pero en ninguna de esas miradas veía pena, solamente lo que veía era admiración y superación. 

-El derbi está a la vuelta de la esquina y sabemos que será el centro de las preguntas que os hagan a partir del partido de mañana. Ya sabéis lo que os digo, si queréis dar respuestas directas tened cuidado, porque son las que todo el mundo espera para darlas la vuelta y crear polémica - miré el papel y había dicho lo fundamental, ahora era turno de Álex. 

Estuvo quince minutos más hablando de la previa del partido y organizando toda la semana. Habíamos pasado de ser periodistas a planificadores de horarios. Ya me lo había advertido Álex, cuando uno está de prácticas se vuelve polifacético. 

-Mucha mierda mañana chicos, y nos vemos el lunes a primera hora - miré a mi izquierda y Marco no había dejado de mirarme desde que me senté a su lado. Seguramente estaría cabreado por no haberme quedado en casa y estaba preparada para que me echara la bronca. 

Al fin y al cabo desde que dejé de vivir con mi padre, nadie me había echado la bronca aún. En cuanto hice un gesto de levantarme, gruñí por lo bajo apretando mis labios e intentando ignorar el pinchado de dolor. 

-Espera, que te ayudamos - Marco junto con Sergio se acercaron y me ayudaron a levantarme con cuidado. 

-Gracias - solté con un suspiro de alivio al comprobar que había dejado de doler. 

Fui caminando a lo largo del césped mientras sentía otra vez las miradas sobre mí. 

-¡Dani! - la voz de Sergio retumbó por el campo y me obligué a girarme - Que sepas que tienes todo nuestro apoyo y que no vamos a permitir que Rubén pise estas instalaciones.

Me mordí el labio intentando ocultar toda la marea de emociones que se amontonaban en mi garganta. 

-Muchas gracias chicos - se fueron acercando uno a uno para darme todo su apoyo.

-Bueno, ya es hora de que os vayáis a la ducha que necesitamos trabajar - Álex pasó un brazo por mis hombros y nos dirigimos al interior. 

Nos pasamos el resto de la mañana redactando y subiendo a las redes el entrenamiento de hoy. Álex tenía que reseñar el entrenamiento y lo estuvimos haciendo juntos, para que yo, por lo menos, no perdiera práctica. 

-Tengo una cosa para ti - le miré extrañada mientras buscaba la página web del diario marca. En cuanto se cargó pude leer el título de mi artículo en primer plano, junto a él aparecía mi nombre el letra más pequeña. 

-No puede ser - abrí los ojos de par en par y le abracé con fuerza haciendo caso omiso a mis costillas. 

Salí directa del despacho, en busca de una persona en concreto para contarle lo que acababa de pasar. Llegué a la sala de estar y allí estaba, junto a alguno de sus compañeros. 

-¿Y esa sonrisa? - preguntó con su voz grave. 

-¡Han publicado mi artículo! - lo dije en voz bien alta para que todo el mundo allí se enterara. Corrí hacia él y le abracé con todas mis fuerza - Ay...

-Ten cuidado con las costillas, mira que eres bruta eh - Marco me soltó y depositó un beso en mi cabeza mientras nuestras manos seguían juntas. 

-Eso demuestra lo buena periodista que eres - me dijo Sergio mientras me revolvía el pelo y se reía a carcajadas. 

-No te ha bastado con echar a Rubén sino que además vas por ahí plagiando artículos de los demás - me puse tensa, al igual que todos y me giré para ver a Álvaro.

Estaba de pie en medio de la sala con los brazos cruzados sobre el pecho y cara de cabreado. Aquí venía el problema, que era su palabra contra la mía. 

-Todos saben que ese artículo era mío, solo hace falta ver los tuyos anteriores para darse cuenta.

Marco no me soltó la mano mientras intentaba mantener el control de mis palabras y evitar lo que sucedió ayer. 

-¿Y en Turín también se dieron cuenta de que esos artículos eran tuyos? - apreté con fuerza la mano de Marco y suspiré antes de contestar. 

-Eso no es asunto tuyo, así que será mejor que nos dejes en paz - era consciente perfectamente de que mi secreto había dejado de ser un secreto hacía unos segundos. 

-Que sepas que haré todo lo necesario para que Rubén venga y te eche de aquí, porque esto no acaba aquí.

Se dio la vuelta y desapareció por el pasillo tecleando algo en su teléfono. Suspiré cuando le perdí de vista, ahora llegarían la ronda de preguntas, pero no dejé que hicieran ninguna. 

-La bronca de ayer vino porque yo había redactado ese artículo y Álvaro me lo había plagiado cuando lo dejé en el despacho. Había cambiado el nombre y había puesto el suyo - los chicos abrieron los ojos de par en par, era para alucinar - Le dejé bien claro a Rubén por qué ese artículo no podía ser de él. Me echó a la calle y fue cuando me visteis salir. No es la primera vez que menosprecian mi trabajo simplemente por ser una mujer. 

-Todos aquí te creemos, tú palabra vale mucho más que la de ese miserable - Ramos señaló con odio al pasillo por donde había desaparecido Álvaro - Hiciste lo que tenías que hacer, no te preocupes. 

Me dio un abrazo antes de salir y dejarme a solas con Marco, los demás fueron desapareciendo tras Sergio. Me senté en el sofá y él a mí lado. 

-¿Entonces todo lo de ayer fue simplemente porque Rubén le tiene un cariño extra a Álvaro y se negaba a admitir que ese artículo era suya? - preguntó Marco aún con asombro. 

-Sí, Rubén sabía perfectamente que ese artículo era mío, pero se negaba a que fuera mejor que Álvaro. No entiendo por qué le tiene ese cariño.

-Bueno, eso ahora no importa, porque ya no está aquí - asentí con la cabeza y apoyé mi espalda con el respaldo y toqué la parte dolorido de mis costillas. 

-¿Quiere que te lleve a casa? Necesitas descansar - negué con la cabeza. Tenía trabajo por hacer y más ahora que por fin había conseguido publicar mi primer artículo en España. 

-¿Estás enfadado? - le pregunté de repente. 

-¿Cómo?- Marco tenía que estar alucinando conmigo. 

-¿Estás enfadado conmigo porque he venido a trabajar y tendría que haberme quedado en la cama? 

-Que va - me miró y su ceño se frunció - ¿He dicho algo que te haya molestada o te haya hecho pensar en eso? 

-No no, no es eso - le miré a los ojos con cariño. Muy en el fondo aún no había superado a mi padre y estaba acostumbrada a que me echaran la bronca por cada cosa que hacía, siempre tenía que estar dando explicaciones de todo. 

-¿Estás bien Dani? - movió una mano por delante de mi cara para que reaccionara. 

-Sí, estoy bien - miré la hora y me levanté del sofá - Tengo que ir a trabajar. 

Me di la vuelta directa para marcharme pero me cogió de la mano. 

-¡Espera! - me quedé en frente de él y el mundo se paró, dejé de escuchar las risas de fondo de los chicos y la voz de Álex dando instrucciones - He pensado que podríamos quedar el domingo para quedar, yo invito. 

-¿Me estás pidiendo una cita? - las palabras salieron de mi boca por sí solas, antes de que pudiera pararlas. 

Las mejillas de Marco comenzaron a teñirse de un ligero rojo y las mías hicieron lo mismo. 

-Bueno, sí, más o menos - se rascó la cabeza nervioso, esperando que una respuesta saliera de mi boca. 

-El domingo estoy libre ¿a las dos? - él soltó una carcajada y asintió. 

-El domingo a las dos estoy en tu puerta. 

Me dio un apretón de mano y me guiñó un ojo antes de irse por el pasillo en busca de sus compañeros. 

Iba a tener una cita con Marco Asensio, el jugador promesa del momento. Suspiré y me preparé para rezar, quería que esta vez todo saliera bien. 

"Again" // Marco Asensio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora