El domingo me levante bastante tarde, me había despertado unas notas fuertes y rudas en el piano, claramente provenientes de Aida, pues era la única que lo tocaba. Miré mi teléfono, 12:23. Bajé, todavía un poco adormilada.
–¿Qué tratas de hacer? –la cuestione, sentándome junto a ella–.
–Es Moonlight de Beethoven, inculta –respondió y siguió con aquellas notas al azar–.
–¡Wow! Si realmente eso es Moonlight de Beethoven eres un asco en esto amiga –intente bromear, a lo que ella no respondió–. Aida... ¿Sigues enojada?
–Mj
–Basta, con lo de ayer fue suficiente, no me hablaste en todo el día –acaricie su melena rolliza, buscando un poco de su compasión–.
–Ok, te perdono –me dedico una sonrisa un poco falsa–. Pero tienes que llevarme a casa, mmm... ya.
Su condición me preocupo demasiado, sabía que estaba enojada, pero nunca creí que hasta ese punto. Aida jamás quería irse de la casa, y en ocasiones soltaba unas lágrimas para quedarse un poco más. Al parecer me leyó el pensamiento, porque rápidamente me explico.
–Un... un chico me invito a salir –se sonrojo–. Me dijo que me iría a buscar a mi casa, hoy, y debo estar ahí, Lauren.
Ahora era ella la que estaba suplicando; no pude evitar que una risa nerviosa saliera de mis adentros, Aida y un chico... que cosa más mona. Le prometí que la llevaría en cuanto terminara de arreglarme, y ella asintió feliz.
Volví a subir a mi habitación, con el fin de alistarme. En menos de 15 minutos ya estaba lista, agradeciendo a Crusenthl que nunca nos dejaran usar maquillaje, pues eso ahorraba bastante tiempo. Antes de bajar, eche una última ojeada a mis notificaciones, había algunos mensajes de grupos sin sentido, algunas notificaciones de Facebook, un mensaje de Wren y otro de Aster.
Abrí primero el de Wren, tampoco había hablado con ella el día anterior, los sábados eran días completamente ocupados para mí y además tenía entendido que ella también gastaba el día ensayando.
CathJ: Buenos días C:
En respuesta le mande un "Hola" sin mucha convicción. Apague el teléfono y me disponía a bajar cuando recordé el mensaje de Aster, lo abrí.
AshMers: ¿Nos podemos ver?
LaurenC: ¿Por?
AshMers: ¿Si o No?
LaurenC: En el parque de la estación de autobuses. ¿Sabes dónde es? Esta a 6 cuadras de Crusenthl.
AshMers: Lo ubico. Te veo allá.
Desconcertada baje por fin, y nos fuimos caminando a la casa de Aida, me despedí con un beso de ella. Después me encamine al parque, un poco nerviosa por lo que Aster podría decirme.
P.D.V. Aster.
"Mierda" Pensé al ver cómo Lauren se subía a su camioneta. Había olvidado pedirle que me ayudara con las vendas. Me senté en una de las tantas bancas blancas de Crusenthl para tocarme la cabeza. Era una tonta, como se me había podido olvidar algo tan importante.
–¿Estas bien? –preguntó una tierna vocecita junto a mí, abrí los ojos y era ella, la chica de ojos azules. Azul–.
–Si –conteste cortante, no tenía ganas de hablar–.
–Bueno, no te ves nada bien –su comentario me irrito, pero había algo en ella que... era extraño, si se hubiese tratado de cualquier otra persona, ya la hubiera dejado hablando sola, o le habría hecho alguna grosería–.
–Si, pues lo estoy, no te preocupes –por sorpresa, me saco una sonrisa, que rápidamente borré–.
Ella se percato y poso su mirada sobre mí, "¿QUÉ DEMONIOS?" pero por alguna razón deje que lo hiciera, que me viera, que me analizara... Al igual que yo lo estaba haciendo, aunque no era buena en eso; tenia los ojos azules, demasiado oscuros, azul oscuro, como el océano. Llevaba las manos llenas de anillos, unas manos lindas, cuidadas.
–Wo. ¿Qué es esto? –estaba tan perdida observándola, que no casi no me doy cuenta a tiempo que dirigía sus manos a mis muñecas–.
Me levante rápido, por mi mente pasaron un montón de insultos, pero sabía que no valía la pena, y menos con ella. De modo que mejor salí corriendo, sin explicaciones pero tampoco sin palabras hirientes. Me encamine a mi casa, no sin antes dar media vuelta para mirar por última vez a esa chica tan rara. "¿Por qué tienes que ser tan tonta Azul?" pregunte a mis adentros.
Habían pasado 2 días de eso, días en los que conseguí el número de Lauren. Y ahora me encontraba esperándola sentada en el pasto de un parque. Pasaron unos minutos antes de verla caminar hacia mí con un vestido amarillo floreado, mostrándose tan fresca como sólo ella podía hacerlo.
–Ese vestido es un asco Lauren, ¿Qué piensas cuando compras ropa?
–Mmm... ¿Hola?
Me mordí la lengua, Lauren era la única en la que confiaba y la única que me podía ayudar, no podía ser tan repulsiva con ella.
–Necesito tu ayuda –baje la manga de mi sudadera, dejando a la vista la venda ya totalmente negra–.
–Aster... –susurró–.
Cerré los ojos, y temblando me quite la venda poco a poco, mientras un olor asqueroso iba saliendo.
–¡Aster! ¿Qué te has hecho? –su voz era una mezcla de horror y tristeza–. Aster... –volvió a pronunciar mi nombre, aunque ahora de otra manera, sabia que estaba llorando–.
Abrí los ojos lentamente, no quería verme, no quería saber qué había fallado y que por eso ahora estaba ahí, traumando a Lauren. Ahogue una exclamación, me había jodido la mano, lo sabía, seguramente me la tendrían que amputar, parecía que estaba totalmente infectada. Sentí como el aire empezó a faltarme y de pronto un llanto sonoro proveniente de mi.
–Vamos a mi casa, esta a unos minutos de aquí, Aster. Tal vez ahí te pueda limpiar –hablaba entre pequeños sollozos–.
Le hice caso, y juntas caminamos hasta su casa, durante el trayecto conseguí tranquilizarme, aunque eso trajo en consecuencia, prestar mi atención en el dolor intenso que la herida provocaba.
–Mis padres no están hoy, entra mientras yo entretengo a mi nana –dijo, en la entrada de su casa–.
Corrí hacia las escaleras, y entre a la primera puerta que encontré, una especie de biblioteca. Su casa era linda, igual que la mía, igual que casi todas de las que estudiábamos en Crusenthl. Me entretuve mirando la estantería hasta que Lauren abrió puerta con un botiquín en la mano.
Me limpio. Fue algo rápido pero doloso, termine gimiendo de dolor mientras ella se mordía los labios, la situación era chistosa, la chica perfecta con el vestido perfecto quedo llena de sangre, la mayoría putrefacta. Era algo que posiblemente ninguna de las dos olvidaría.
Y cuando Lauren bajo por un poco de agua, no pude resistirme a mi tradición de escapar. Salí corriendo, hasta llegar al umbral, donde susurre un sincero "Gracias, Lauren" Después, regrese a casa.
Jeje, holi :3 Ya sé lo que dije hace ¿3 días? Pero les contaré mi conmovedora historia. Estaba en el hospital esperando. Abrí Wattpad y las únicas historias disponibles sin conexión eran las mías, entonces dije ¿Por qué no? Si les soy veraz, ya había olvidado cómo de que trataba esta historia, en fin, que la leo y no pueden saber lo que sentí.
Me di cuenta que sólo la escritura me podía salvar, que sólo escribir me podía sanar, que mientras escribiera y tuviera una historia en mi mente, estaría bien, sería una buena vida.
Esta historia es mi bebé más querido, de momento recordé todos los planes que tenía para él y... continuaré, C.R.E.O.
Ya he olvidado varias cosas, de modo que si me equivoco o cambio algo, pues sabrán que es porque soy tonta.
En fin, es todo, los amooooooooooo.
Enna.