Me había pasado nuevamente toda la madrugada despierta, no podía dejar de pensar en Wren, en un constante, Dios mío esto es horrible. Trate de tranquilizarme y caí en conclusión de que sólo estaba confundida, estaba tan presionada por la preparatoria que hasta me estaba imaginando cosas, de modo que decidí tomarme un descanso de todo, de la escuela, de la presión, de Wren...
Lamentablemente, mi cuerpo no estaba acostumbrado a descansar nunca, y pronto fue demasiado tarde para seguir en la cama tuve que levantarme y buscarme algo que hacer. Baje a la cocina para entretenerme con alguna de las historias de Simona, o aprovechar para que me enseñara alguna receta, o me diera algún consejo, o lo que fuese.
-¡Simona! -grite en forma de saludo mientras la abrazaba fuertemente-.
-Mi niña, ¿No debes estar en cama? La señora Counstnie me dijo que estabas enferma -solté una risita nerviosa, pues había sido la excusa para que me dejara faltar al colegio. Cosa que Simona entendió de inmediato-. Pero en mi opinión te ves de maravilla.
Le pedí que guardara el secreto con el gesto de poner el indice sobre mis labios, a lo que ella asintió con una sonrisa traviesa y siguió preparando lo que seguramente sería la comida. Me senté a esperar qué se desocupara, pero algo llamo mi atención, una enorme libreta roja sobre la barra de la cocina.
-¿Simona?
-¿Si mi niña?
-¿Qué es esto? -ella volvió y yo le señale la libreta-.
-Oh... -se volvió a voltear hacia la parrilla- Es un directorio, ya sabes, ahí están los nombres, direcciones y teléfonos de... mmm... pues prácticamente de toda la colonia. Ayer lo saque para saludar a una amiga que tengo, y se me olvido guardarlo. ¿Lo podrías hacer tú? Déjalo en los cajones de la sala.
La obedecí sin preguntas, pero mientras acomodaba aquel directorio en el cajón correspondiente una idea llego a mi mente.
-Simona, ¿De casualidad crees que este la dirección de la familia Mers?
-No sé, seguramente sí, buscalo.
Corrí las páginas un poco desesperada; A, G, K, M. M, allí estaba, Mers. Como a unos 4 kilómetros, 30 minutos caminando, tenía que hacerlo, tenía que saber si Aster estaba bien.
-Nana, voy a salir y después me voy a la AS. Te Amo -salí corriendo antes de que me pusiera alguna objeción-.
El camino era largo, cosa que no me favorecía para nada, pues no quería pensar. Estaba un poco asustada. Había visto a Aster tres días atrás, antes de que escapara de mi casa sin explicaciones, y se veía lamentable, aún no podía quitarme de la cabeza las imágenes de su muñeca, de sus lagrimas... Ahora no sabia que me encontraría, y la idea de encontrar un funeral me aterraba a cada paso que daba.
Aster... Te pronto ya estaba en la dirección, junto a una gran puerta de madera se podía leer "Familia Mars" Debía ser su casa. Toque de manera un poco violenta; una, dos, tres, cuatro, cinco, seis veces, siete, ocho... Posiblemente estaba en la escuela, sí, debía ser eso.
Di media vuelta, no valía la pena quedarme aquí todo el día. Un paso, dos pasos, tres pasos, cuadro pasos, media vuelta, correr, saltar, agarrarse, caer en pasto. No podía dejar a Aster así de fácil o me arrepentiría por el resto de mi vida.
Camine sigilosamente por la casa, aunque sabía que los padres de Aster nunca estaban en casa. Abrí con cuidado la puerta principal.
-¿Aster? -pregunté a la nada-.
-Puta madre, Lauren ¿Qué haces aquí? -hablo una voz desde el sillón-.
-¿Aster? -camine al sillón-.
Estaba ahí, cosa que me emociono; al menos estaba viva. Vestía un pantalón negro junto a una playera de manga larga, cosa que agradecí, pues no estaba preparada para volver a ver "eso". Se le veía bastante bien, su cara del color natural, todo parecía bastante normal. Sólo una chica viendo una película. Era extraño recordar que minutos antes pensaba que podía estar muerta.
-Sí, soy yo -contesto mientras apagaba la televisión-. Mierda, Lauren, estas llena de tierra ¿Por qué te metiste así a mi casa? -su expresión lo decía todo, estaba desconcertada, y como no iba a estarlo-.
-Bueno, toque y nadie abria.
-Pensé que eran comerciantes.
-Sólo quería saber si estabas bien.
-Lo estoy.
No pude evitarlo, y la abrace con todas las fuerzas que me quedaban. Aunque a ninguna de las dos nos gustaran los abrazos.
P.D.V. Aster.
Estábamos camino a la ArtsSchool. Había oido de ella, pero nunca quise siquiera conocerla. Sin embargo, después de que Lauren hubiera interrumpido en mi casa, me dijo que era una buena idea tener un pasatiempo, y entonces ARTSCHOOL. Acepte porque ya quería salir de la cárcel que era mi casa, aunque claramente jamás iba a asistir a algo así.
Pasamos algunas horas mirando bailes, los talleres, precios. Hasta que comenzaron a llegar los estudiante. Era la hora de la salida de la mayoría de escuelas de la zona. Y desde los cristales pude ver a Wren y Azul acercarse a la entrada. Azul... hace tanto que no la veía, me hubiera gustado saber si me extraña o si al menos se daba cuenta de mi ausencia.
–Aster, tengo que entrar a mis lecciones. ¿Nos vemos mañana? –avisó Lauren–.
–Hasta el lunes –recibí una sonrisa conforme por parte de Lauren– A excepción que vuelvas a entrar como ladrona.
–No lo haré –dicho esto, corrió escaleras arriba–.
P.D.V. Lauren.
Ahí estaba lo que tanto había querido evitar, al verla con su sonrisita a través de los cristales de la AS quise matarla. ¿Cómo era posible que pudiera sonreír tanto? Tome mi cabeza entre mis manos, "Déjalo ya, Lauren" Y así lo hice, me despedí de Aster y corrí a mi salón.
Dentro, deje que las notas y la melodía me llevaran consigo, me tranquilizaran . Cerré los ojos, y mientras entonaba una sonata, pude olvidarme de todo, de pronto era de nuevo aquella chica, que estaba emocionada por entrar a la preparatoria, que tenía a Lelia, que tenia todo...
Una seguidora de mis lectoras fav. me hizo darme cuenta que estoy obsesionada con Aster, y la verdad es que sí :3 Así que mejor hago la historia de ella :3 Ocno.
Bueno... ¿Qué les digo? No tengo nada :c
Sólo... espero que les este gustando, y los AMOOO!
Bai. Enna.