Paso el fin de semana y regrese a la intrépida preparatoria sin muchas expectativas, las clases se normalizarían hoy.
Cruce las puertas de Crucenthl odiandola tanto, omitiendo que apenas empezaba la segunda semana.
–Buenos dias señoritas –nos saludo Abby con su ya conocida voz fuerte y clara– El verdadero comienzo es hoy, demuestren de que son capaces y sobre todo... –dejo la frase intermedia causando el silencio completo en el salón–. Descubran, se que no suena para nada bien, pero es lo más importante en esta época de su vida, descubran quienes son y que son capaces de hacer. Es todo.
Inspirador pequeño discurso. Descubran, vaya.
El instituto Crusenthl estaba dividido, teniendo desde preescolar hasta preparatoria pero dividiendo a las muchachitas de los jovencitos -escuela sumamente católica-. Famosa por tener el lema de crear un mundo mejor con una colegiatura por los cielos, dejando que solo alumnos muy específicos estudiaran en ella. Algunas chicas recibían una beca por sus aptitudes. También tenia la mejor cafetería del mundo fue algo que agradecía, especialmente en estos días en los que tenia que centrar toda mi atención a comer.
Como ya era habitual me encamine a ella para pedir mi almuerzo, sin embargo, me conforme con una rebanada de cheesecake. Me senté en las enormes colinas de pasto verde detrás de la cafetería, me encantaba ese lugar, pues dejaba a la vista un poco del patio en Preescolar, de vez en cuando me divertía viendo como se caían.
–Hola –escuche detrás de mi mientras daba un respingo– ¡Oh! Lamento asustarte, sólo veníamos a ver si podíamos sentarnos contigo.
Era Isabella o Bella como todas la nombramos. Los últimos días habíamos intercambiado palabras porque me lanzaba chistes y hacía una cara particularmente chistosa que me partía de risa.
–Claro, siéntense –les respondi con una sonrisa a lo que ellas tomaron un asiento sobre el pasto–.
Nara también estaba ahí junto a Azul y Catherine, faltaba Aster pero ella no había asistido ese día. Las cuatro llevaban comida en su tupper, claro, Nara y Bella formaban parte de las chicas con beca a las cuales nuestro instituto daba limites como no tener derecho a la comida en la cafetería a menos que la pagaras; pero Azul y Catherine no, supongo que no comian en la cafetería por ser empáticas.
–Bien, ¿Y que hicieron ayer chicas? –preguntó Bella sacándome del ensueño–.
Todas narraron su domingo, Azul fue a la boutique de su mamá aburriéndose infinitamente, Bella paso la tarde en su casa al igual que Nara sin nada que hacer y Catherine había asistido a una obra de teatro; todo contándolo entre bromas con las cuales me partía de risa estando dos veces apunto de escupir el postre.
–¿Qué hay de ti Lauren? –cuestiono Nara finalizado un ataque de risa– ¿Qué es lo que has hecho el domingo?
Dudé en contarles; había ido al centro de la ciudad porque una universidad en Suiza me quería, era mi verdad y no estaba esperando en presumirlo o nada menos. Pero ellas eran tan sencillas que tuve miedo de que me rechazaran o cayera en el mismo estereotipo de niña perfecta e insoportable de la secundaria. Y mentí.
–Fui por un helado, con mi familia –lo único que se ocurrió, y de alguna manera encontramos el modo de que mi comentario fuera chistoso y carcajeamos otra vez–.
De esa forma paso el descanso corriendo, para cuando la campanilla toco Bella me dijo con una sonrisa.
–Bienvenida al Clan, Lauren.
Le devolví la sonrisa y las cinco regresamos corriendo al salón.
Holis!! Bueno, aqui literalmente es donde empieza todo :) Ya lo que viene ni yo se como paso, pero sigan leyendo. Besos <3 <3 <3