45ª Realidad

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P.D.V. Catherine

3 días habían pasado desde mi conversación con Lauren, al final, terminamos como "amigas" 

Al principio no tenía claro cómo esa amistad iba a funcionar, sin embargo, obviando la esperada tensión entre nosotras, todo siguió igual a como 5 meses atrás. 

Las 6 nos sentábamos en una de las mesas de la cafetería, con un orden especifico: Lauren, Azul,  yo, Bella, Nara y Aster; de esa forma, nadie tendría un contacto directo con personas que nos incomodaran, lo cuál era una de las cosas más infantiles que había hecho. 

En cuánto a la convivencia, pese a las "advertencias" de Aster y Azul acerca de que la Bella hizo lo que hizo con alevosía y el fin de arruinar mi relación, yo seguí manteniendo mi amistad con ella, ya que me había asegurado que sólo lo hizo por mi bien, sin imaginar que esas fotos eran falsas.

En fin, lo importante era Lauren, mi Lauren... 

Apenas notaba mi presencia, aunque la idea de ser amigas fue de ella, parecía como si lo que menos quisiese fuera tenerme cerca; durante estos días compartimos 5 palabras, las fui contando. 

Debía ser paciente, volver a ganarme su confianza. 

También me daba cierta impotencia no poder abrazarla cuánto en medio de sus comunicados sobre la salud de su abuelita, sus ojos comenzaban a nublarse; justo como ahora... 

–Ya, no sé que va a pasar... –cubrió su boca con las mangas de su suéter– A veces pienso que sólo estamos perdiendo el tiempo, que debería... deberíamos dejarla en paz, que se vaya en paz... 

Aster, que estaba a su lado; la rodeó con sus brazos, en dónde ella se acurrucó. No pude evitar lanzarles una mirada fulminante, aunque tenía más que claro que entre ellas no había nada ¿O sí? 

Los celos me estaban matando.

–Ya, lo siento –Lauren se reincorporo–.  Gracias por escucharme chicas... 

Todas asentimos al unísono.

Las clases siguieron, cómo siempre; Bella me contaba una película mientras yo trataba de idear un plan, algo para acercarme a Lau, y no sólo alejarme, cómo lo venía haciendo. 

Llego la hora de salir, tome el primer autobús que me llevara a casa, no tenía ánimos para Teatro. Estaba por sacar mi teléfono, y entonces... su voz fue irreconocible. 

–¿Este autobús tiene paradas en el hospital de la ciudad? –le preguntaba a una señora–. 

–¿Lauren? –la salude intentando ser lo más casual posible–. 

Levantó la mirada confundida, en cuanto me vio, hizo una mueca muy parecida a una sonrisa. 

–Catherine... 

– ¿Puedo sentarme? –pregunté, señalando el asiento vacío a su lado–. 

No espere su respuesta, me senté y acomode a su lado, no buscaba incomodarla, pero era el momento perfecto para hablar; el milagro que estaba esperando. 

–¿Puedo saber a dónde vas? Pensé que no utilizabas el transporte –busqué un tema de conversación–. 

Como intento de liberar la tensión, Lauren suspiro hondo. 

–No lo uso, de hecho, estoy súper perdida –me sonrío tristemente–. Tengo que recoger algunos papeles del hospital, por... creo que ya sabes. 

Nuevamente ese sentimiento de abrazarla con todas mis fuerzas se apoderó de mí, quería demostrarle que no estaba sola. 

–Sí... –algunos minutos de silencio–. Lo siento mucho, no sé cómo expresarte que tienes mi apoyo, estoy para ti. 

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⏰ Última actualización: Jun 18, 2020 ⏰

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