P.D.V. Catherine
¡Los últimos días de colegio! Estábamos a un suspiro...
Mientras, esperaba con ansias el sonido del timbre que anunciaría el fin de clases, por lo menos, de ese día; después, posiblemente podría invitar a Lauren por un café.
ring
Recogí mis cosas, y salí como de costumbre, en busca de mi novia. Mire hacia todos lados, hasta encontrarla en compañía de Aster, Azul y Bella.
–Hey, aquí esta mi Lauren –dijo Azul, cuando me integre a su "grupito"–.
–Perdón, y hemos hablado de esto, es MI LAUREN, o sea, mía –espeto Aster, de manera divertida–.
–ES MIA –volvió a decir Azul, rodeando mis hombros con sus brazos–.
Sin comprender que estaba pasando mire a Lauren, en busca de una explicación, ella sólo me dedico una pequeña sonrisa, divertida.
–Suéltala –siguió con el juego Aster–. No toques propiedad privada.
–Vamos Cath, dile que me perteneces, porque YO te conocí primero –exclamó la ojiazul–.
Ambas me miraron, esperando una respuesta. Antes de siquiera decir una palabra, Bella hablo.
–Catherine es de Lauren, ¿Qué no ven cómo la controla? Ya ni siquiera pasa tiempo con sus amigas, esta bastante claro.
El ambiente quedo en completo silencio por algunos segundos que se sintieron eternos; tenía la responsabilidad de decir algo, de defender a mi novia, o defender el simple hecho de que no era propiedad de nadie, aunque nuevamente me interrumpieron.
–Pues la verdad es que sí, chicas, Catherine es mía, le duela a quien le duela –respondió Lauren, con una enojo poco disimulado, y para reafirmar sus palabras, me beso–.
Junto sus labios con los míos, de forma arrogante.
Sabia que tenia que separarla, ya que simplemente me estaba usando para defender su orgullo, pero me dio igual, y deje que siguiera.
Disfrute de sus labios sabor a cereza, y cuando su lengua quiso entrar a explorar mi boca, también la deje, haciendo que el beso fuera más profundo...
–Vale, entendimos, asquerosas, pueden guardarse lo demás para un vídeo porno –dijo Aster, con su singular falta de vergüenza–.
Me separe lentamente de Lauren, y quise buscar sus ojos, pero ella voltio rápidamente, y fijo la vista al piso. De quien si tenia los ojos, era de Bella, mi mejor amiga me quería matar con la mirada.
Nuevamente el ambiente estaba más que incomodo, cada quien buscaba una excusa mentalmente, para salir.
–Bueno, chicas, tenemos que irnos, ya nos veremos mañana –Azul y Aster se despidieron de mí y de Lauren–.
Tome a mi novia de la mano, y tome el camino a su casa.
Lauren estaba callada.
Tenia muchas razones para enojarme con ella, pero no estaba enojada, era consiente de su empeño por aguantar todas las cosas desagradables que Bella le decía, se había hartado, era comprensible.
–Pensé que no te gustaban las muestras de cariño en publico –le dije–.
Su respuesta tardo más que nunca.
–¿Estas enojada?
–¿Por qué estaría enojada? Soy tu novia, puedes besarme cuando te de la gana.