8ª Una leyenda Oriental.

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Termine nuevamente compartiendo mesa con Catherine, pero esta vez Nara y Bella estaban en la mesa siguiente a la nuestra, de modo que era demasiado fácil hablar (nos ganamos algunas llamadas de atención, nada grave). Al terminar el trabajo de Ciencias, Nara y Bella voltearon sus sillas para estar con nosotras. 

–¡Wow!¿Quien quiere ser mi hilo rojo? –preguntó repentinamente Catherine, sacando un pequeño trozo de estambre rojo, con el cual rodeo su meñique–.

–¿A que viene eso? –era Bella con su sonrisa encantadora–.

–No lo sé, estaba en mi mochila –le contestó Catherine–.

–Vale, pues amarralo a Lauren –sugirió Nara, pronto sentí la cálida mano de Catherine sosteniendo la mia y colocando la otra extremidad del estambre a mi meñique–.

Seguimos las clases amarradas la una a la otra, transformándose en algo divertido los momentos en los que se nos caía un lápiz o cuando nos jalábamos mutuamente y tan sólo nos regalábamos una sonrisita traviesa a modo de disculpa.

Llego la hora deseada y al tiempo que la maestra se despedía yo sacaba de mi mochila el tupper de Simona, con Catherine ayudándome.

–¿No se lo van a quitar ya? –preguntó Bella sacando junto a su comida las tijeras de su estuche–.

–¡Espera Bella! –exclamo Nara antes de que las tijeras de Bella ya estuvieran sobre el estambre, después soltó una risita picara, debió ver mi aspecto de confusión porque añadió en mi dirección– No esta de acuerdo con la relación -.Mis mejillas enrojecieron aunque sabía que no tenía sentido, tan solo era una broma–.

–Pensé que se sentirian incomodas caminando por Crusenthl unidas, y sí una maestra las ve... –nos sonrío encantadoramente–. 

–Es un juego Bella –le respondió cariñosamente Catherine y así termino la ¿Discusión?–.

Cuando llegamos a nuestro lugar The Tree (nombre dado por Azul) las cosas cambiaron un poco, pues siempre nos sentábamos de modo que terminaba entre Azul y Nara, pero con el estambre termine sentándome alado de Catherine, como era de suponerse.

El cielo estaba nublado y quizá por este hecho la conversación no siguió su habitual dirección a cosas graciosas y sin sentido; en cambio, Nara se aclaro la garganta captando nuestra atención.

–¿Saben de Aster? –apenas lo pronuncio llego a mi mente la imagen de sus muñecas, como gotitas rojas cayeron al suelo pero sobre todo; como, con la simple acción de ponerse un suéter su secreto quedaba sellado, sin nadie que lo viera, sin nadie que la pudiera ayudar, y yo que lo sabía no me atrevía a siquiera pronunciarlo– ¿Lauren? ¿Sigues ahí?

–¿Qué? Ah, sí. Aster... –tragué saliva –. Yo realmente no se de ella, igual y se enfermo.

Pude ver sus caras de confusión a la vez que movían la cabeza de un lado al otro. Sentí el pequeño tirón en el meñique, gire la mirada encontrándome con los ojos castaños de Catherine llenos de duda a lo que solo le brinde una sonrisa.

–Bueno, yo tampoco sé nada, pero no debe ser nada grave –susurró Azul mientras jugaba con el pasto–.

No recuerdo muy bien como continuo la platica, pues en mi mente seguían los enormes ojos grises de Aster mirándome con tanto desprecio, por creerme que la vida era feliz para todos. ¿Pero que podía entristecerla a ella? No tenia idea, ni siquiera la conocía.

Otro tirón, ahora mucho más fuerte; estaba tan sumergida en mis pensamientos que voltee disgustada hacia Catherine, apunto de exclamar un "¿que te sucede?" o algo parecido. Pero su rostro confundido me regreso a la realidad.

–¡Vamos Laurel! –se levando ayudándome a levantar, me sorprendí al ver como las chicas ya estaban a dos metros de nosotras–. Estabas tan ensimismada que me daba pena ¿despertarte? y toca Historia, nadie quiere llegar tarde.

Pude haberle contestado con un "esta bien" o pedirle disculpas por hacerla llegar tarde a una clase importante, pude haberle reclamado por tirar del estambre tan fuertemente o decirle que mi nombre no era "Laurel" si no "Lauren" y que era una estupida por confundirlos, pero de mi garganta solo salió un sonidito con el cual le quería comunicar que estaba totalmente de acuerdo con lo que sea que hubiera dicho. Empezamos a caminar con calma y en silencio.

–¿Estas bien? –me preguntó a dos salones de "nuestro salón"–. Podemos saltarnos la clase si no lo estas .

Respiré para salir ya completamente de mi nebulosa. "Vale, ya podrás arreglar lo de Aster más tarde" me dije.

–Lo estoy Wren –conteste, pude ver desde los cristales como nuestra maestra estaba de espaldas, así que jalé a Catherine hasta nuestra mesa tratando de hacer el menor ruido posible–.

Lamentablemente volví a mis pensamientos tan rápido la Srta. Gajiola comenzó a hablar. WREN lo había sacado de un libro, mi libro favorito cuando mi único género literario era el juvenil Fangirl. La señora llamaría a su hija Catherine, pero al enterarse de que tendría gemelas no se complico y llamo a un Cather mientras que a la otra Wren. Wren era un bonito apodo.

–Vas y vuelves –escuché decir a Catherine, a Wren y sonreí instantáneamente porque efectivamente me había escapado a mis pensamientos de nuevo –¿Qué piensas?

–Mhm, en muchas cosas Wren –ya esta, lo había dicho de nuevo y ella no se había inmutado–.

Volví a fingir que prestaba atención a la clase, pero Wren me volvió a interrumpir.

–Esto... ¿Quieres acompañarme a la salida? –preguntó, junté las cejas al no entenderla del todo, así que ella siguió– Bueno, solo el recorrido de se hace de aquí a la puerta.

–Oh, claro –acepté sin mucha convicción–.

–Counstnie, Jilguero –pronuncio la Srta. Grajiola a modo de advertencia–.

Ambas volvimos nuestra mirada al pizarrón, pero pude escuchar como Wren susurraba "levantas rápido tus cosas" antes de que el silencio volviera a reinar.

Por fin llego el momento en el que la campana sonaba por última vez. Ordene como pude mis cosas con una mano (recibiendo varias quejas de Wren a las cuales me reía).

–Adios chicas –nos despedimos al unísono y después Wren me jalo hasta la entrada. Se asomo por el portón–. Bien, la señora no a llegado –me sonrió y sin saber que hacer yo también le sonreí–.

–¿Para qué querias que viniera? –le cuestione para terminar con mi duda–.

–Para que me acompañaras ¿No es obvio? –desde lejos se escucho como alguien pronunciaba su nombre de forma poco delicada– Bien, me tengo que ir – anuncio y yo empece a buscar algo que nos ayudara a romper el estambre–. No –me detuvo–. Solo, espera, yo te lo quito.

Y así lo hizo, con movimientos ágiles desato mi meñique para después irse corriendo a son de los gritos.

Cuando ella ya se había ido completamente las niñas empezaron a salir en mayor volumen de los salones, al voltear la mirada me tope con los ojos de mi madre desde su ya conocida camioneta blanca.

–¿Quien era ella? –preguntó apenas me subí y ella arranco-.

–Una amiga.

–¿Una nueva amiga?

–Sí, se llama Wren.

¡¡Hola!! Dos cosas, la primera es que me acabo de dar cuenta que no son corazones, son estrellitas, así que denle muchas estrellitas a esta historia y los voy a amar para toda mi vida <3

La segunda es que no había actualizado porque tuve que contestar 70 páginas de un libro de español (tarea atrasada) lo bueno de esto es que explicaba mucha gramática y ortografía, de modo que habrá más calidad en la historia. 

Los quiero un montón y esperen el siguiente capitulo 7u7 

Bah.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora