P.D.V. Azul
Todas abrazamos a Cath, apenas salía de detrás de bambalinas.
–Eso fue espectacular, Cath –la felicito Nara, sonriendo–.
–Siempre nos sorprendes –agregue yo–.
Cath nos sonrío de manera triste.
–¿Dónde esta Lauren? –preguntó Aster–. Pensamos que estaría contigo.
Las 4 chicas esperamos con ansias su respuesta, las cosas no parecían ir bien.
–Ella... no vino –un silencio magistral se hizo entre todas–. Ella me...
–No es necesario que lo expliques, Cath –Bella tomo su mano, en señal de apoyo–.
–Cath, nos puedes contar, somos tus amigas y te ayudaremos a solucionar lo que sea que haya pasado –sentencie, ignorando lo que había dicho Bella–.
–Ví unas fotos, ella me engaño, en tu maldita fiesta –me reclamó, llena de odio–.
–¿Qué? –eso no era cierto–. Cath, ella no...
–Cómo sea, Mure, no necesitamos explicaciones, nos vamos.
Dicho esto, ambas dieron media vuelta, y se fueron.
–¿Pero qué mierda? –Aster tenia una mueca en el rostro bastante visible–.
Sentí la mirada de Nara sobre mí, al parecer pensábamos lo mismo.
–No creo que Lauren hubiera hecho nada de eso, hablamos hace poco, ella esta profundamente enamorada de Cath –dijo Nara–.
–Vamos, eso todos lo sabemos –Aster estaba sorpresivamente enojada–. Siento que fue esa idiota, debió hacer algo para separarlas o yo que sé.
–No, Aster –ahora Nara era la que estaba hablando–. Bella se encelo por Lauren, pero jamás haría eso, ella no es capaz de inventarse algo así.
Comentarios más, comentarios menos, yo sabía la única verdad, y sin importar de quién fuera la culpa, era mi deber solucionar aquello, por Lauren, porque en todo caso, yo la había metido en problemas.
–Lauren no la engaño, yo estaba con ella en la fiesta –abroche mi abrigo–. Y haré lo que sea para que Cath sepa la verdad.
Salí de la escuela de arte, llena de un sentimiento agobiante pero enérgico. Con lo poco que tenia de dinero, pedí a un taxi que me llevara a la dirección donde vivía Lauren.
Tardaron demasiado en abrir la puerta.
–¿Qué desea, señorita? –me preguntó una mujer bastante mayor–.
–Vengo a ver a Lauren.
–Lo siento, la señorita Lauren no esta en la casa, ¿Quiere dejar un recado? –mentía, aunque era comprensible que no deseara ver a nadie–.
–Disculpe, entiendo la situación, pero si Lauren realmente esta halla adentro, dígale que soy Azul, que necesito hablar con ella, la estaré esperando aquí afuera.
La señora detrás de la puerta sonrío cálidamente.
–Entra, a Lauren le encantara verte, esta en su habitación.
Después de agradecerle con mil "gracias" subí en donde me indico.
El pasillo estaba lleno de maletas y sólo una de las numerosas puertas estaba abierta.
–¿Lauren? –pregunté, mirando por el pequeño espacio entre la puerta y el marco–.
–¿Azul? –abrí la puerta, dentro estaba la chica que buscaba, preparando una maleta–. Qué sorpresa.