P.D.V. Catherine.
Lauren Counstnie. Esa mañana llevaba el cabello color castaño claro alborotado -al no peinárselo se le habían formado algunos caireles– totalmente suelto, sin aquellos moños que tanto la caracterizaban o los pequeños arreglos que se hacía en el cabello para verse presentable y demasiado mona. Tenía algo diferente en ella, y era algo que se veía a simple vista, su aspecto familiarmente tranquilo y amistoso había cambiado a salvaje y un poco misterioso.
No pude dejar de observarla durante toda la clase de calculo y ciencias. Algo en ella me atrapaba, tal vez su mirada de fastidio que nunca había visto, o la piel morada debajo de sus ojos, probablemente era la ausencia de su sonrisa, o que su tez estaba más pálida que lo habitual.
Después de 3 largas clases, sonó el timbre, ella alboroto su abundante cabello y se junto con nosotras fuera del salón.
–Y Aster volvió a faltar –nos hizo notar Nara– Esa niña ya reprobó el semestre.
Bella le respondió con algo que no entendí, Lauren seguía actuando de una manera rara, y por más que quisiera dejar de verla, me volvía a atraer, como si ella fuera el imán y yo un débil metal.
–Yo... tengo que ir a por un libro –interrumpió de momento Lauren– Vuelvo en filosofía.
Y se fue. Era mi oportunidad, di media para seguirla, pero antes de dar siquiera un paso a su dirección, unas fuertes manos me sujetaron los hombros.
–¿A dónde crees que vas? –Bella me miraba con una mirada iracunda–.
–Acompañare a Lauren, ¿Tiene algo de malo? –la desafíe quitando su mano de mi hombro de forma un poco violenta–.
–Ya habíamos hablado de eso, Cath –me miro a los ojos–. Te dije que no quería que estuvieras tan cerca de Lauren...
–Dios, Bella, no seas tan mal con la pobre de Lauren. ¿No la viste hoy? Bastantes problemas se ve que ya tiene como para que te tenga de enemiga a ti –intervino Nara–.
–Da igual, Nara –ahora la que intervino fue Azul, con su voz cansada y un poco fastidiada. "Perfecto, hoy es el día de odiar la vida" pensé para mis adentros–. Cuando la señorita Isabella habla, la señorita Catherine obedece, así son las cosas, ya lo deberías de saber.
–¿Qué? Todo lo que hago es por el bien de Cath –se defendió Bella–.
–¿Y QUÉ TIENE DE MALO QUE TENGA NUEVAS AMIGAS? –espeto Azul–.
–Chicas, acabamos de conocer a Lauren y en verdad, no vale la pena pelear por alguien que no es ni nuestra amiga –hablo Nara para tranquilizar las cosas y la discusión termino ahí–.
Pero en cuanto a mí, no podía dejar de pensar que estaría haciendo Lauren. Bella me había pedido que le dejara de hablar desde la primera semana, y aunque me pareció algo injusto -como a todas- al final acepte para que Bella estuviera pacifica, al fin y al cabo, tan sólo era una chica más.
No en cambio, aquella tarde mientras comía Pocky de chocolate, posiblemente un poco aburrida con mi vida rutinaria, me prometí que comenzaría a conocer a Lauren. Se había convertido en un misterio, y a Catherine Jilguero le encantaban los misterios.
P.D.V. Aster.
Nuevamente había faltado a Crusenthl, me arrepentía por un lado, pues en aquella enorme casa me aburría infinitamente, pero por el otro lado, había tenido bastante tiempo para pensar y llegar a conclusiones un poco extrañas.
La primera vez que decidía ser linda con alguien me habían correspondida de una manera contraria, esto rompió algo dentro de mí, por más cursi que suene, pero ah... Azul ¿Por qué tenía que ser tan tonta?
Me daba igual, si cualquiera hubiera hecho lo que ella, estaba segura que se arrepentiría por siempre, pero había algo en Azul, en sus ojos color océano que me hacían querer estar cerca de ella.
Pero de pronto lo entendí, Azul, aquella chica tierna y adorable jamás saldría conmigo, en primera sabía que lo más seguro era que en su familia la homosexualidad fuera pecado, aunque eso sinceramente no me importaba, ya había convencido a varias chicas en mantener un amorío secreto, por más heteros que se creyeran. Lamentablemente estaba el segundo punto, uno bastante simple y a llaves tan complicado, Ella Azul y yo era Aster, los puntos opuestos a más no poder.
Y en ese momento tuve la idea más loca que había tenido en 16 años de vida. Ideas que sólo la pasión y un poco de amor te harían tener.Sólo hizo falta ir de compras y ya estaba, lo tenía, la única forma de acerarme a Azul.
Aún faltaban dos horas para que las clases en la AS comenzaran, pero necesitaba bastante tiempo para alistarme. Amarré mi escaso cabello en un chongo apenas visible y me coloque la peluca pelirroja.
Cuando me encontraba en la tienda, y supe que podía elegir el look que quisiera, recordé a la niña de los cuadros en la casa de Lauren, cómo ella, quería ser cómo ella, y compre la única peluca roja.
También había comprado algunos cosméticos, e intente maquillarme. Cuando por fin termine, me encontré con una chica totalmente diferente a Aster, a la que sólo le faltaba algo... Sonreí al espejo, sí, eso faltaba.
Y metida en unos jeans ajustados y una blusa de moda -algo que Aster jamás usaría- me encamine a la ArtsSchool, lista para inscribirme en Teatro.
No paso mucho tiempo antes de que Azul llegara junto a Catherine al enorme salón. Me acerque a Azul minutos antes de iniciar la clase.
–Tus ojos... son muy lindos –no sabía si había sido muy atrevida, pero me daba igual, este personaje que ahora era iba a ser bastante directa–.
–Oh –exclamo sorprendida– Los tuyos igual.
Su cumplido hizo que mis mejillas llenas de maquillaje se sonrojaran. Ella sonrío y yo no pude evitar hacerlo.
La clase empezó, aunque lo único que yo quería era estar cerca de ella, de Azul, de su cabello rubio que se meneaba en cada ejercicio. Varias veces me descubrió mirándola, y yo a ella.
–Chica de los ojos grises, no me has dicho tu nombre –pregunto cuando la clase finalizo–.
–Llámame Luna.
Ella sonrío y yo no pude evitar hacerlo.
Hola, 7u7 actualizando más temprano que la competencia :v Bueno, las dejo con estos capítulos bien suculentos y a la vez tan extraños :I
Los amo con todo mi Cora.
Enna