35 Llanto

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Gaby y Danny estaban en el salón viendo una película mientras yo amasaba la masa de pizza. Hoy era tarde de películas y me tocaba a mí hacer la comida, pero les dije que empezarán a verla sin mi.

Hoy se cumplían siete años...

Siete años de esa gran separación que cambió un antes y un después en mi vida.

Cuando tenía doce años, iba en el auto junto a mis padres... Lamentablemente un camionero que iba borracho nos chocó. Mi hermano de tan solo cinco años iba en su silla para autos a mi lado. Solo recuerdo un sonido fuerte y a mi madre volteandonos a ver asustada y al mismo tiempo tratando de calmarnos.

Ellos murieron y yo no.

Me crié con mi tía Gina y Joseph, pero jamás fue lo mismo.

Aún sonrío al recordar vagamente cómo eran mis padres y mi hermanito...

Mantenía bien agarrado mi bolso para evitar cualquier tipo de peligro ya sea robo o engancharlo con algo y caer.

A cada paso que daba me sentía menos segura de querer ir.

Bueno. Nada en la vida es perfecto, y esto es algo que debo hacer.

Toqué la puerta, y ahí estaba la madre de Connor.

- ¡Jess, querida! ¡Pasa, pasa! Qué alegría tenerte aquí. Qué lástima que justo iba saliendo. Dime, ¿Cómo estás?

- Estoy bien, gracias.

- Me alegro, querida. ¿Vienes a ver a Connor? Me temo que sigue dormido, pero puedes subir a despertarle si quieres.

- Muchas gracias.

Subí al cuarto de Connor y me puse a pensar... ¿Será igual a él?

Luego de subir las escaleras y verle, sentí la necesidad de hacerlo.

Me quité los zapatos y entré a la cama de Connor. Cuando éramos pareja solía hacer eso siempre... Me acostaba con él, y no pasaba mucho hasta que me abrazaba aún dormido.

Apenas sus brazos rodearon mi cintura pesadas pero discretas lágrimas empezaron a salir.

En algún momento Connor despertó y me arrulló entre sus brazos mientras yo lloraba desconsolada.

Lloré con dolor, pero también con alivio. Éste es mi lugar, aquí, entre sus brazos cálidos.

- ¿Qué ocurre, mi amor? - preguntó en un susurro.

- Me hiciste tanto daño... Tanto... Y yo aún sigo necesitandote...

Sollocé más fuerte.

Él me abrazó sin importar nada, y dejó que llorara cuanto quisiera.

Habrá pasado media hora antes que dejase de llorar.

Lo primero que fui capaz de hacer, fue mirarlo a los ojos... Y como si un hilo nos atara, mi boca se acercó a la suya, uniendo nuestros labios.

Fue un beso tan especial... Tan único y conocido a la vez.

Amaba a este hombre. Lo amo, pero no sé qué debería hacer.

No sé qué hacer conmigo... Y con el bebé que estoy esperando...

¿Me Devuelves A Mi Novio?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora