4 Lindos Recuerdos y Borracheras Peligrosas

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Antes que nada quiero pedir perdón por no escribir, pero el dia que publiqué el capitulo anterior, mi computador entró en coma, pero ahora estoy con un teléfono asi que desde ahora si podre escribir bien.

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Lo miré a la cara impresionada de que fuera capaz de hacerme algo asi, digo, estuvimos juntos el tiempo suficiente como para saber que hacer eso mas que molestarme, me dolería.

- Ya no te hagas la difícil, ¿quieres? Yo sé que te gusta... - dijo intentando besarme.

- Estás hebrio. - mascullé.

- Nunca me dejaste llevarte a la cama... arriba hay varias habitaciones, así que, que dices, ¿vamos?

- Jamás me iría con un cerdo tan asqueroso y vil como tu, me das asco.

Me tomó de los brazos bruscamente y empezó a besarme el cuello.

- ¡Suéltame, imbécil! - grité. - ¡Brad, basta!

- ¡Que la sueltes! - gruñó alguien detrás de mi, pero ni siquiera podía mirar gracias a mi apestoso ex que no me soltaba.

Las cosas ocurrieron tan rápido, que no alcancé a darme cuenta cuando Brad estaba tirado en el piso con Connor sobre él.

Él me estaba defendiendo... Él a pesar de todo no quería que nadie me hiciera daño.

Golpes iban y venían, y yo solo chillaba sin dejar que lágrimas corrieran por mis mejillas.

- Co-Connor, basta, por favor... - supliqué.

Brad estaba aturdido  por lo que solo atinaba agarrar para salir de allí, él es fuerte, pero el alcohol le están jugando una mala pasada, él jamás bebía porque hace muchos deportes y no le conviene, pero esta vez no sé qué le ocurrió.

Me sentía mareada, me tambaleaba de un lado a otro, y cuando Connor lo notó me sostuvo por la cintura para que no cayera.

Nos miramos por unos segundos a los ojos  dándome cuenta que le sangraba el borde de su cela donde tenía un pequeño cortecito.

Tomé su mano y lo arrastré a una de las habitaciones.

Y no, no lo llevé a la cama.

Entramos al baño y le hice sentarse sobre la tapa del váter mientras sacaba la maletita de primeros auxilios.

Mojé una bolita de algodón con el alcohol para desinfectar, y la pasé con cuidado para que no le doliera, igual se removió para no quejarse.

- Lo lamento. - murmuré tratando de hacerlo todo con más cuidado aún.

- Sabes que no tienes que hacer esto.

- Y tú sabes que de todas formas lo haré.

Él pareció darse cuenta de su rencor hacia mí y en su intento de levantarse yo lo empujé para que se volviera a sentar.

- Escúchame bien, tú tampoco tenías por qué haberme ayudado allí, pero lo hiciste, así que ahora no me importa si quieres que te ayude o no, porque lo haré igual, no importa si fue mi culpa p no que te cortaras.

Me miró fijamente casi entre enojado y rendido pero no se movió.

La curación solo me tomaría unos segundos, pero si era esa mi escasa oportunidad de estar con él, la aprovecharía.

Sonreí al recordar una ocasión en la que estábamos casi en la misma situación, solo que yo estaba sentada en sus piernas mientras le quitaba el maquillaje luego de amarrarlo a una silla y pintarlo en contra de su voluntad. Claro que esa vez mientras le quitaba el maquillaje nos besábamos y él me acariciaba...

¿Me Devuelves A Mi Novio?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora