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Bakugou decidió darle vuelta el juego a Kirishima.

Bien, si el idiota de cabello rojizo quería jugar, pues lo harían, y no, no se la dejaría nada fácil, ya tenía en mente exactamente lo que haría.

Una risa escapa de sus labios mientras escribía todo lo que el profesor anotaba en la pizarra. Izuku tembló en su puesto atrás de él. El aura que emanaba Katsuki le provocaba temor y ganas de salir corriendo de allí.

—Bien, la clase terminó, hagan lo que quieran —dijo aizawa,  entrando en su saco de dormir. Faltaban apenas unos diez minutos para que la campana sonase pero él ya había terminado de anotar todo, ya cumplió su labor y ahora se disponía a dormir cómodamente en su saco de dormir.

Eijirou se disponía a terminar de escribir unas cosas en su libreta, al finalizar, comenzó a guardar todo en su bolso. Kaminari y Sero se le acercaron para hablar de cosas triviales, cómo siempre.

Todo normal, hasta que un grito lo descolocó.

—¡Hey, shima! —era Bakugou, quien se acercaba hacia ellos con las manos en los bolsillos.

—¡Bakugou! —Dicen al unisono los tres muchachos.

—¿Qué pasó, blasty? —inquiere el pelirrojo.

Bakugou sonrió ladinamente —¿Ya supiste? Se murió chupo.

Kirishima pestañeo, ladeó su cabeza a un lado, mirándole confundido.

—No entiendo, ¿qué pasó?

—¡Que se murió chupo! —exclama Katsuki, apunto de perder la paciencia.

—Sigo sin entender, blasty...

—¡JODER KIRISHIMA! ¡TIENES QUE DECIR: "¿CUÁL CHUPO?"! —grita exasperado el rubio.

Entonces el pelirrojo sonríe.

—¡ESTAAA! —Grita, saliendo del aula hecho una bala, seguido de un sonrojado y furioso Bakugou.

—¡HIJO DE TU PUTA MADRE!

Gran idiota | kiribaku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora