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El Bakusquad estaba relajadamente sentado bajo la sombra de un gran árbol, en receso.

Sero y mina hablaban animadamente, el azabache reía de vez en cuando y la pelirosa igual, aunque de una manera un poco más chillona debido a su tono de voz.

Mientras que Denki veía al chico con el ceño fruncido y cruzado de brazos.

En ese momento era como una copia de Bakugou, pero con un mechón negro en su cabello, no hablemos del puchero que tenía en los labios.

Bakugou río internamente por eso.

Él, por otro lado, estaba esperando al que el idiota pelirojo volviera de a dónde sea que haya ido. Según Denki: al baño, según Sero: a comprar.

Mina no tenía idea de nada pues acababa de llegar hace poco.

—¿Por qué se demorará tanto ese idiota? —murmuró para sí mismo, lo más bajo que pudo.

A lo lejos, puede ver una cabellera de color carmín sobresaliente. Era Kirishima, quien venía corriendo en su dirección.

—¡Bakugou! —grita, cuando está cerca de él. Al llegar, posa sus manos en las rodillas, recuperando el aliento —Dios, Bakugou... Debes llamar a la policía, es urgente

—¿Qué pasó? —pregunta él, enderezándose. La cara de Kirishima refleja seriedad y preocupación —¡dí algo! ¿¡qué pasó!?

Los otro tres los miraban expectantes.

—¡Llámalos, ahora!

Bakugou saca él celular de su bolsillo, marcando rápidamente y poniendo el altavoz. Los pitidos al otro lado dela línea resuenan.

—¿¡Y qué carajos les digo!?

—¡Que hay un ladrón!

—¡¿Qué?!

—¡Sí, llama les y diles que me eh robado tu corazón!—grita Kirishima, con una seriedad que ni él se la cree.

Entonces, cuando las risas de sus amigos resuenan en el lugar, Bakugou le lanza el móvil a la cara.

—¡Imbécil!

—Ay...

Gran idiota | kiribaku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora