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La hora de matemáticas era lo que más fastidiaba a Kirishima. Era algo en lo no era relativamente bueno y eso era un asco.

¿De qué le servirían las matemáticas para ser un héroe? Ni idea, pero... No hay que olvidar que la U.A es cómo un instituto cualquiera, aunque mejor que cualquier otro -el mejor de lo mejor-  en el que las clases son normales respecto al aprendizaje y que, aparte, se estudiaba para ser un gran pro hero.

Y se puso a divagar.

Ni se dio cuenta de cuándo tocaron para receso.

—¡Brooo! Te estoy hablando cómo hace cinco minutos y no me haces caso —alega el rubio con un puchero en sus labios.

—Lo siento, ¿decías...? —pregunta, mirando de reojo a Bakugou ordenando sus cosas y acomodándose en su pupitre.

—Te decía que Sero se volvió a enojar conmigo —responde. Da unos saltitos en su lugar, en modo de berrinche.

El Denki infantil hizo acto de presencia

—Tiene sus motivos, coqueteas con cada chica a la que ves. —respondió.

—¡Pero tú haces lo mismo con Bakugou! —alegó él.

Kirishima nota cómo el mencionado se endereza en su asiento.

—No es lo mismo.

—¡Claro que sí!

—No —dice firmemente —Yo coqueteo con Bakugou porque me gusta. Tú, en cambio, coqueteas incluso con chicas que no conoces.

—¿Y eso qué? Él no debería molestarse.

—Yo no lo veo así —responde rápidamente. Bakugou se había puesto de pie y caminaba hacia la puerta del salón —Digo, después de todo... Yo también me molestaría si la persona que me gusta coqueteara con alguien más.

Y se pone de pie, yendo tras Bakugou; quien ya había salido del salón. Dejando atrás a un boquiabierto rubio.

—¡Heeey, blasty! —grita, trotando tras de él.

—¿Qué mierda quieres ahora, shima?

—Esque no me respondiste a qué hora ibas por el pan. —dice, deteniendo su caminar.

Bakugou avanza unos pasos más, hasta parar en seco. Se gira bruscamente, apretando los puños.

—¡VETE A LA MIERDA, IDIOTA! —Le grita, pero el sonrojo en su rostro era muy notorio.

—¡CONTIGO Y SIN CONDÓN, GUAPO! —grita devuelta Kirishima, comenzando a correr en dirección contraria.

La jornada de clases terminó con un adolorido Kirishima con un chichón en la cabeza, más un sermón de aizawa para Bakugou.

Gran idiota | kiribaku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora