Gran idiota | kiribaku

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Era un día completamente normal. Eran alrededor de las cinco de la tarde, y era sábado.

Todo iba tan bien... Hasta que un gran estruendo resonó por el lugar.

Bakugou, Kirishima, Midoriya y Todoroki se miraron entre sí, los cuatro estaban en la sala común, jugando en el play en un vs cuando todo pasó.

La puerta de su edificio fue abierta, y cerrada rápidamente de un portazo, dejando ver a un sudado Endeavor ante todos, recargado aún contra la puerta.

—¿Qué mierda haces aquí, viejo? —preguntó el medio albino, enarcando una ceja.

Midoriya lo agarró fuertemente de la mano, asustado y aliviado en cierto modo. Al parecer ya no se llevaban tan mal. Supuso que luego de todo lo sucedido era normal.

En mayor ni respondió, tan sólo llevó yna mano a sus labios, diciendo que guardara silencio.

Pero fue en vano, los golpes en la puerta se escucharon.

—A la mierda...

—Shima, shima, mira, le gané a Deku —decía Bakugou, apuntando la pantalla de la tv.

Luego de unos instantes, eran seis en la sala común.

Sí, seis. Porque resulta que el mayor de allí había hecho una apuesta con un chico que tenía unas peculiares alas color rojo y andaba huyendo. Según entendieron, se hacia llamar Hawks.

—No es por enamorarlo, señor Endeavor —comenzó a decir, apoyando un codo sobre la mesa para luego recostar su rostro en la palma de su mano, en una pose coqueta —Pero ya sé hervir agua.

El mayor le ve con una ceja alzada, meditando todo.

Mientras que por otro lado, Bakugou lleva una mano a su boca, intentando aguantarse la risa ante la mirada de el medio albino.

Estaba tipo "Cargando window".

Se acercó al chico de las alas, alzándolo por la cintura para arrastrarlo hasta la puerta

—¡Fuera de aquí!

Entonces explotó en carcajadas.

—JAJAJAJA ESTÁ TIPO: "ENTONCES... LOS RECUERDOS DE VIETNAM VOLVIERON A MÍ" JAJAJAJA

Y su boca fue congelada.

—¡MHHH! ¡MHHH!

—¿Qué dices? —pregunta Todoroki de manera inocente —No te entiendooo.

—¿Y ahora cómo se supone que lo voy a besar? —se preguntaba Kirishima.

Una tarde completamente normal.

Digan le a Seimei que deje de engañarme plox.