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Ese incómodo momento en el que él chico que te gusta está sentado sobre tu regazo, restregándose su trasero contra tus piernas.

Kirishima se preguntaba: ¿cómo carajos habían llegado a eso?. Pues, la respuesta era simple, ¡Toda la culpa la tenía el jodido Deku! -cómo diría Katsuki-.

Izuku había llegado esa tarde acompañado de un tal Shinsou, el cabeza de uva, ojerotas, etc, etc. Y, vaya, Bakugou sí que tenía un don para ponerle apodos a la gente. Según Kirishima había entendido, estaba ahí para que Midoriya le ayudara con un regalo para su novio, el maldito bastardo roba quirks, cómo le llamaba el cenizo.

Justo en el instante en que ese par había ingresado a la sala común, el pelirojo tenía abrazado a Bakugou por la cintura mientras intentaba robarle un beso. El cenizo le tenía puesta una mano en la cara, alejándolo sin mucha fuerza al parecer.

Shinsou al verlos, se animó a preguntar:

—¿Son novios?

Bakugou volteó a verlo, sus ojos abiertos cómo platos. Un sonrojo se apoderó de sus mejillas.

—¡No! —le gritó.

El chico de ojeras sonrió con malicia.

—A ver, cojan.

—¡Shinsou-kun! —le reprochó Midoriya a un lado suyo, volteando para disculparse —Kirishima-kun, Kacchan, lo siento mu-...

Más no terminó de hablar. Bakugou se había lanzado sobre Kirishima, cayendo ambos al piso. Katsuki estaba sentado a horcadas sobre el pelirojo, mientras que éste se cubría los labios con sus manos, avergonzado.

—¡Kacchan! —gritó el peliverde, intentando acercarse para ayudar. Pero shinsou no lo dejó.

El muchacho le susurró algo en el oído, haciendo que Izuku se sonrojada avergonzado por la declaración.

—¿No me digas qué...? —dejó la pregunta a medias al ver cómo asentía con la cabeza.

—¡M-Midoriya! —le llama el pelirojo —¡Hagan q-que se detenga oh...! —Entonces shinsou estalló en carcajadas —¿¡De qué se ríen!?

—Kirishima-kun —intervino Midoriya —Shinsou-kun dejó de controlar a kacchan hace un rato.

—¿¡EHHH!?

Entonces, al voltear, se topó con la burlesca sonrisa de Katsuki plasmada en su rostro, a centímetros del suyo.

El rubio se acercó un poco más, mordiéndole el labio inferior.

—Quién fuera mecánico... —susurra Bakugou sobre sus labios, apretando con ambas manos los abdominales de Kirishima sobre la delgada playera que trae puesta —Para meterle mano a ésta máquina.

Luego de eso, se puso de pie y se fue del lugar, dejando a un muy sonrojado Kirishima con un problemita allá abajo.

Gran idiota | kiribaku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora