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Kirishima veía con horror cómo su novio estaba sentado en el sofá de la sala común, leyendo una revista con toda la tranquilidad del mundo. Y es que; a su alrededor, todo estaba hecho un desastre.

Se encaminó hacia él, teniendo cuidado al pesar entre sus compañeros y de no pisar las cosas regadas en el piso.

—Suki, bebé...  —le llamó suavemente, más el rubio no despegaba sus ojos de la revista.

—¿Qué quieres? —responde, cambiando de página.

—¿Sabes? —hizo una pequeña pausa, agachándose para esquivar una taza que lanzó cierto pecoso —Creo que estás pasando mucho tiempo con Midoriya...

Katsuki despegó finalmente sus ojos de la dichosa revista, mirándole con una ceja alzada.

—¿Y eso qué tiene de malo? Tú me dijiste que pasara más tiempo con él.

—Sí, pero... —un gran grito lo interrumpió.

—¡NO PEDÍ TU OPINIÓN, SANGRE SUCIA, INMUNDA! —Le gritó el peliverde, atando a Sero con sus propias cintas —¡JÁ! ¡Te gané, perra!

Kirishima lanzó un chillido, volteando a ver a su pareja indignado.

—¡Estás corrompiendo su alma! —le reprochó, apuntándolo con un dedo.

—Oh, —Bakugou sonrió con orgullo ante las acciones que cometía el pecoso —esa estuvo buena.

—Definitivamente no volverán a ver Harry potter.

—¿Y Deadpool? —preguntó Bakugou, alarmándose ante lo dicho, tanto así, que se puso de pie.

Su mirada estaba llena de pánico

—Tampoco. —negó, volteándose para ver como Kaminari salía corriendo de la sala tras su novio, quién de un momento a otro terminó colgado de cabeza en el árbol del jardín. —Nada de violencia.

—¡No puedes negarme Marvel! —se apresuró a decir, negándose rotundamente ante ello.

—Gracias por recordármelo, no verás nada de Marvel por un mes. —Kirishima realmente estaba intentando contener una carcajada al ver su rostro todo afligido.

—¡Tú no me mandas!

Kirishima giró sobre sus talones, enfrentando a su pareja, acercándose a este para dejar sus rostro a tan sólo centímetros del suyo.

—¿Me estás retando, mi amor? —murmuró, sonriéndole de manera coqueta.

—N-no me digas así. —Desvío su mirada hacia un lado, avergonzado.

—Mhhh, ¿por qué no, mi amor?

Bakugou no aguantó más, tomó todo el aire que pudo, alejándose levemente de él antes de gritar:

—¡Ah! ¡Chinga tu madre! —y se fue indignado de allí.


¿Listxs para la última maratón de este fic? Porque yo no. HHHHHH

Gran idiota | kiribaku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora