Gran idiota | kiribaku

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Las carcajadas del pelirojo resonaban por todo el lugar. De sus ojos salían pequeñas lágrimas por lo mucho que se estaba riendo, sin mencionar lo ruborizada que estaban sus mejillas.

Y es que vamos, no todos los días ves a un Sero con el ceño fruncido a mil, casi echando humo hasta por las orejas.

Oh sí, los celos llegan, y Kirishima se estaba riendo en la desgracia de su amigo.

¿La razón? Denki estaba hablando de una manera sumamente animada con Todoroki, en una de las esquinas de la sala común. Él estaba junto al azabache, al otro lado. Aparte de ellos, se encontraba Bakugou en uno de los sofá, leyendo un libro de lo que Kirishima alcanzo a ver, recetas.

—¡Ay, bro! —logra decir entre risas —¡si tan sólo vieras tu cara en estos instantes!

—¡Oh, demonios, cállate! —grita él, dándole un golpe no tan fuerte en el hombro.

Kirishima ríe nuevamente, yéndose a sentar junto a Bakugou, recargando su cabeza en el hombro del rubio, quién tan sólo voltea a verle unos instantes para luego volver su atención al libro, con una ligera sonrisa en sus labios.

Luego de un rato, Bakugou cierra el libro, poniéndose de pie para ir hacerse algo de comer.

Cuando está apunto de irse, el pelirojo lo llama.

—¡Oye, Blasty! —le grita.

—¿Qué?

—¿Conoces la canción de la nalga? —le pregunta, poniéndose de pie al igual que el cenizo, acercándose unos pasos hacia él.

—No —responde Bakugou, con simpleza —¿qué mierda es eso?

—Oh, bueno —Kirishima sonríe de lado, mirándole de manera coqueta —¿te la toco?

—¡Que te den, idiota! —Entonces un rubor se apodera de las mejillas del cenizo, negando con la cabeza mientras entra finalmente en la cocina

Claro está que Kirishima no desaprovechó la situación y estrelló su mano en el trasero de Bakugou, para luego correr por su vida mientras que un muy sonrojado y furioso rubio lo perseguía.