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Kirishima mantenía sus ojos fijos en la pantalla de su móvil, ignorando olímpicamente lo que sea que estuviese diciéndole su novio.

—Shima, ¿me estás escuchando? —inquiere Bakugou, cruzándose de brazos al ver cómo el pelirrojo ni se inmuta ante el enojo en su voz.

—Claro que sí bebé, lo que tú digas. —responde, acomodándose en la suave y esponjosa cama ajena.

—Shima... —le vuelve a llamar.

—Si bebé, te ves bien así. —pero no hacía caso.

¿Qué tanto hacía en el móvil? Pues estaba jugando de lo más concentrado, procurando que la pelota virtual no rebotace en ninguno de los cuadraditos de colores claros al caer, bajando de plataforma en plataforma.

Entonces Katsuki explotó. ¡No estaba obteniendo la atención de su novio! Y todo por un jodido juego.

—¡Kirishima Eijirou, te estoy hablando! —gritó, agarrando una de las figuritas de All Might que le había quitado al bastardo de Deku para lanzársela.

Si Izuku estuviera allí, o, siquiera se enterara de que le había lanzado dicha figura, le daría un gran sermón.

El objeto llegó directamente a la cabeza del pelirrojo, provocando que este soltase el celular que tenía entre sus manos, y, de paso, logrando que perdiera la partida.

—¡Maldición! —grita, sobándose la zona dónde le había llegado la figurita de acción. Tomó el celular nuevamente, fijándose que el nivel se había reiniciado —Bebéee, ¿ves lo que haces? ¡Ya iba a pasar de nivel! —se quejó, haciendo un puchero.

—¿¡AH!?

Bakugou iba a perder los estribos a este paso. Sabía la inmensa paciencia que debía tenerle a su novio, ya que era un completo idiota.

Uno realmente lindo, y suyo, claramente.

¡Pero era el colmo que no le prestara atención por estar pegado con un juego!

—No te enojes, blasty —dice Kirishima, guardando su celular y poniéndose de pie para ir a abrazar a su novio, rodeando su cintura —Ya, ¿qué me decías?

—Queti.

—¿Eh? —ladea su rostro, confundido.

Queti-mporta. —Bakugou se había enojado, cómo siempre.

Comenzando así, una de sus infantiles rabietas.

—Ah, aquí vamos de nuevo —Kirishima negó con la cabeza, suspirando.

Se alejó de su novio, caminando hacia la puerta para abrirla hasta atrás.

—Cuando se te pase el enojo, hablamos ¿sí? ¡Te amo! —fue lo último que dijo antes de salir de la habitación.

Bakugou miraba indignado el cómo su novio le había dejado con las palabras en la boca, y sólo en su habitación. Se cruzó de brazos y se lanzó a la cama.

Kirishima llevaba un buen rato en la sala común, mirando uno que otro vídeo en su celular. Vio la hora una vez más, esperando que Bakugou bajara pronto.

De repente, siente cómo el lugar junto a él se hunde levemente, y cuando menos se lo espera, tenía a su novio sentado en sus piernas, mirándole con el seño fruncido.

—¿Ya se te pasó el enojo, berrinches? —se burla Kirishima, abrazándolo. Katsuki lo miraba fijamente —¿Qué?

—So.

Una risa escapa de los labios del pelirrojo. Bakugou era tan infantil cuando tenía una de sus rabietas.

—Baja del cielo y dame un beso. —refutó.

El cenizo sonrió antes de tomar el rostro de su novio y plantar un beso en sus labios.

Gran idiota | kiribaku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora